Día 11: Jueves por la tarde.
Unos minutos después de la llegada de Manuel a Sistemas Devlin, Gabriela fue llamada a su despacho.
Él la miró con ojos helados.
- ¿Por qué has venido hoy a trabajar? ¿Estás loca?
¿Loca? Como la mayoría de la gente, que responde a una crisis aferrándose a la rutina, a Gabriela ni siquiera se le había ocurrido la idea de quedarse en casa.
- Yo... pues...
- ¿Es que crees que quiero ver a mi hijo por primera vez en la guardería de la empresa? -la mirada hostil del hombre encendía sus facciones-. Ve abajo y saca a mi hijo de aquí. Después entra en el coche que esta esperando en la puerta y llévate a Alex a mi casa.
Angustiada por su hostilidad, Gabriela asintió.
Debería haber pensado que Manuel querría conocer a Alex. Pero solo cuando él le había dado el conejito de terciopelo, significando su deseo de aceptar a un niño que él creía engendrado por otra persona, Gabriela se había dado cuenta de lo fuertes que podrían ser los sentimientos de Manuel por su propio hijo.
- Tu habías decidido que me había acostado con otra mujer y te vengaste negándome el derecho de conocer a mi hijo -la condenó Manuel entonces.
- Rompimos mucho antes de que supiera que estaba embarazada -protestó Gabriela-. ¿No recuerdas que solías hablar de aquel amigo tuyo, según tu "atrapado" por una buscavidas que se había quedado embarazada?
- No intentes justificarte de ese modo. El hijo de esa mujer podría ser de una docena de padres. Lo nuestro era muy diferente... o, al menos, yo creí que lo era...
Gabriela se puso colorada.
- Pero yo creí que tu me acusarías de querer atraparte porque eres rico... ¡No quería que me pusieras la etiqueta de buscavidas!
- Estoy esperando tu dimisión -dijo Manuel entonces, como si no hubiera hablado.
Decidido, aparentemente, a no permitir que se defendiera.
- ¿Y encima me despides?
- Solo estoy protegiendo a la madre de mi hijo para que no siga ensuciando su reputación y la mía.
- Ayer me dijiste que te daba igual lo que pensara la gente...
- ¡En cuanto entré en este edificio deberías haberme dicho que tenías un hijo y que era mío! Deberías... -Manuel dejo escapar una risa amarga- deberías habérmelo dicho cuando descubriste que estabas embarazada. Yo no te habría dejado sola cuidando de mi hijo...
- ¿Aunque fuera culpa mía que se engendrara?
- Soy lo suficientemente mayorcito como para saber que haciendo el amor nacen niños. Y que, a veces, ese particular evento creativo esta fuera de nuestro control.
Gabriela se sintió como un gusano. Y era él quien la hacía sentirse así. Lo había juzgado mal, se había equivocado tomando decisiones, había asumido lo peor, se había rendido a sus pesimistas expectativas.
Intentando contener las lágrimas que amenazaban con asomar y con un nudo en la garganta, reunió fuerzas para hacerle la pregunta definitiva:
- Entonces... si hubiera acudido a ti hace un año diciéndote que estaba embarazada, ¿que habrías hecho?
Los hermosos ojos del hombre la cortaron como cuchillos.
- Hubiera dicho que era el destino... y me habría casado contigo.
- Debe ser muy fácil ser perfecto y saberlo siempre todo... cuando las cosas ya han ocurrido.
Gabriela salió del despacho entonces, sintiendo que él había desgarrado su corazón.
ESTÁS LEYENDO
Guapo, Rico & Griego.
Fanfiction-Hubiera dicho que era el destino... y me habría casado contigo. -Debe de ser muy fácil ser perfecto y saberlo siempre todo... cuando las cosas ya han ocurrido. Protagonistas: Gabriela Ramirez y Manuel Padilla. Historia: Snooby. (Histor...