Capítulo 19. FINAL.

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Día 12: Viernes por la tarde. 

En la limusina, cuando iban a buscar a Alex, Manuel la apretó entre sus brazos como si quisiera soldarla a su duro torso. Después de haberla besado hasta dejarla sin aliento, estaba mirándola con sorpresa. 

- Yo creí que sabías lo que yo sentía... 

- ¿Y cómo iba a saberlo? ¿Por transferencia del pensamiento? 

- Cuando estábamos juntos el año pasado, podría haberte dicho que te quería la primera semana, pero decidí que sería... bueno...

- ¿Mejor permanecer callado? 

- Más sensato por el momento -sonrió él, mirándola con aquellos ojos miel llenos de admiración-. Entonces perdiste a tu madre y yo sentí que te había perdido también... 

- ¿Eso era lo que sentías? -preguntó Gabriela, sorprendida. 

- Me dejaste fuera de tu vida y yo no sabía si volver a entrar a la fuerza o esperar... al final di un paso atrás y eso fue mi error... 

Gabriela ahogó un gemido. 

- Yo pensé que estabas hartándote de mi. 

- Me sentí destrozado cuando me dejaste... bueno, por fin lo he dicho. Después, esperé un par de semanas e intenté ponerme en contacto contigo, pero te habías cambiado de casa. 

- Dime, ¿por qué pensaste que Alex no era hijo tuyo? 

- Porque, al principio, me pareció muy pequeño. Pensé que era un par de meses menor de lo que es. Me volví loco durante unos días. Aunque, en realidad, estaba loco de celos -admitió Manuel por fin. 

Algo que llevaba desde el miércoles dando vueltas en la cabeza de Gabriela apareció de nuevo. 

- Mario abrió la puerta de tu casa la noche de la fiesta. ¿Por qué no se encargó él de organizarlo todo?

Ante la referencia del mayordomo, Manuel sonrió, travieso. 

- ¿Aún no sabes por qué, yinkeka mou? ¡Tuve que inventarme un trabajo para ti! 

- ¿Inventarte? 

- Eso de la ayudante personal solo era para estar cerca de ti. Si hubieras ido directamente al equipo de dirección, no había tenido la oportunidad de verte a solas. En cuanto me recuperé de la sorpresa de verte en Sistemas Devlin, decidí que intentaría volver a ganarme tu corazón... 

Gabriela estaba transfigurada por lo que estaba oyendo. 

- Pero la entrevista... te mostrarte tan impersonal. 

- Si me hubiera puesto "personal"... tu habrías salido corriendo -sonrió él, antes de reclamar otro beso-. Tuve que convencerte de que te trataría como a una empleada, pero me temo que eso ha sido un reto imposible...

- Para mi también. No podía pensar en ti como jefe. 

- Me encantaba cuando te ponías celosa... pero cuando me dijiste que pasara un buen fin de semana con Alisha James, yo pensé que estabas riéndote de mi. 

Habían llegado a su destino y la limusina estaba parada, pero Manuel y Gabriela, perdidos en un nuevo abrazo, se dieron cuenta de eso diez minutos más tarde. 

Corrieron para buscar a Alex y entre besos y abrazos le dijeron que era un niño maravilloso. Arropado por el amor de sus padres, Alex bostezó y se quedó dormido, mientras ellos se tomaban de la mano y soñaban con un futuro juntos. 

Fin. 

Guapo, Rico & Griego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora