Día 10: Miércoles por la tarde.
- ¡Por la oficina corren los rumores más increíbles sobre ti y el jefe! -estaba diciendo Geovanna, que miraba especulativamente a Gabriela y después, sin molestarse en disimular, la caja con el logo de un famoso diseñador que había al lado de su escritorio-. Ten cuidado porque aquí se sabe todo y la gente está empezando a hablar.
- ¿De verdad? -preguntó Gabriela, sorprendida de que su problema hubiera adquirido, además, otra dimensión.
La de Manuel en la oficina. Ojalá hubiera escondido la caja del vestido, pensó.
- Manuel Padilla se marchará de aquí, pero tú tendrás que quedarte...
- ¿Que dicen esos rumores?
Geovanna hizo una mueca.
- Bueno, dicen que estuvieron toda la tarde del lunes en su despacho sin salir una sola vez... y también dicen otras cosas que yo no me creo.
- ¿A que te refieres?
- Pues, bueno, ya sabes como es la gente. Dicen que Alex... bueno, como el niño tiene el pelito oscuro y la piel morena...
- No digas más -la interrumpió Gabriela, escondiendo la cabeza ante el desesperante acierto de aquel rumor.
- El equipo de dirección está convencido de que Manuel te ha dado este puesto para que los espíes.
Dicen que cuando estás con Manuel Padilla, la puerta siempre está cerrada.
Era absolutamente cierto y no precisamente lo más habitual en las reuniones entre un empleado de su categoría y un poderoso genio de los negocios.
Sintiéndose culpable y angustiada por todo ello y, sobre todo, por tener que decirle a Manuel que Alex era su hijo, Gabriela tomó el teléfono y marcó la extensión de su jefe cuando Geovanna salió de su despacho.
- Manuel... tengo que hablar contigo, pero no quiero ir a tu despacho.
- ¿Por qué?
- Me parece que nuestro comportamiento ha causado muchos rumores...
- A mi esas tonterías me dan igual -la interrumpió él con tono superior-. Y tú tampoco deberías preocuparte.
- Mira, tenemos que hablar de Alex...
- No estoy preparado para eso... quizá no lo esté nunca -dijo Manuel entonces, con aparente firmeza.
- No lo entiendes...
- Claro que lo entiendo. Tú y tu hijo son un paquete. Puede que sea insensible, pero no soy idiota -volvió a interrumpirla él con frialdad-. Un coche irá a buscarte a casa esta tarde a las ocho.
Después de eso, Manuel colgó el teléfono, dando la conversación por terminada. Gabriela lanzó un gemido de desesperación. ¿Por qué estaba tan segura de que podía conseguirla otra vez? ¿Era tan evidente que seguía enamorada de él?
¿Y cómo se atrevía a decir que estaba pensándose si podría soportar volver con ella desde que sabía que tenía un hijo?
Quince minutos después, durante la hora de la comida, fue una sorpresa para Gabriela mirar por la ventana de la cocina de la guardería, donde estaba lavando el biberón de Alex, y ver a Manuel hablando con la supervisora.
Estaba mirando alrededor, como si buscara a un niño en especial, y Gabriela observó la evidente incomodidad de la mujer cuando señaló a Alex. Manuel dio un paso hacía el niño y apretó los dientes, pálido.
Un minuto después, salía de la guardería.
ESTÁS LEYENDO
Guapo, Rico & Griego.
Fanfiction-Hubiera dicho que era el destino... y me habría casado contigo. -Debe de ser muy fácil ser perfecto y saberlo siempre todo... cuando las cosas ya han ocurrido. Protagonistas: Gabriela Ramirez y Manuel Padilla. Historia: Snooby. (Histor...