Noche dos

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Cuando desperté, vi el reloj y eran las 11:26 PM y no tengo nada listo, me voy a demorar, joder. No me gusta llegar tarde, aunque no hay quien me llame la atención por mis retardos, no quiero ser impuntual, me gusta este empleo, mucho, además de que quiero escuchar bien al tipo del teléfono; no sé, hasta siento bonito por estar allí, quizás hasta les tome cariño a esos robots, pobres, ser un humano es épico, ¿quién querría ser una máquina llena de cables en vez de nervios? Pero este no es momento para una reflexión existencial.

Cuando llego, veo que otra vez el guardia del turno anterior no apagó el ventilador. ¡Demonios! Aunque lo olvido a los pocos instantes por que suena el teléfono: "Hello? Hello, hello? ". Hola, teléfono. Lástima que únicamente sea una grabación, así tendría con quien hablar, no porque me sienta sola, sola no estoy, están esos pequeños, más bien, enormes seres que rondan por aquí y por allá, pero me gustaría hablar con alguien. Al escucharlo, lo primero que oigo es que me felicita por estar aquí en la segunda noche, al menos eso entiendo, nada que me la está rayando este cabrón. Como sea. Abro sin querer las cámaras, ¡la canción de la caja está a punto de terminar! La olvidé por completo y no puse atención a las palabras del sujeto, nada mas recuerdo algunas palabras como "antiguos animatrónicos" y "olor". Espera sujeto telefonista, ¿esos antiguos animatrónicos también se moverán? ¿Foxy? ¿Quién diablos es Foxy? ¡¿La cabeza de Freddy no funciona con Foxy?!

"Don't forget the music box". Está bien, no olvidaré la caja de música. ¿Títere? Mi cerebro estaba a punto de colapsar con tanta pregunta, tengo tantas dudas que si un filósofo me viese se quedaría idiota.

Comencé mirando la cámara 11 y en ella a su principal, la marioneta dentro de la cajita de música. Miré el conducto de ventilación izquierdo, no hubo nada. Mire el pasillo, no hubo nada. Miré el lado derecho, no hubo nada. Volví a la caja.
Hello. Eso sonó como la voz de un niño y una risa infantil envuelta en una tela macabra me erizó la piel. Di cuerda, vi el pasillo, nada. Ducto derecho, nada. Ducto izquierdo... y una bola con rosadas mejillas, ojos saltones y una sonrisa forzada, estaba allí. La ingenuidad de sus ojos me hizo sentir afecto, no tuve miedo, pero me coloqué la máscara y escuché como se alejó.
Una vez mas, cuerda, pasillo, conductos de ventilación. Otra vez, cuerda, pasillo, ductos. Cuerda, pasillo, ductos. Cuerda y cambio el orden: ductos, pasi... ¿Qué es eso? ¿Es un lobo? ¿Un zorro? Ayer no salió, tal vez es... Es... Es... ¿Cómo dijo el del teléfono? ¡Ja, Foxy! Pero, si no funciona la cabeza, ¿qué hago? Piensa, piensa. Ya sé. Decidí que como era antiguo tal vez podría afectarlo con la luz, por el hecho de estar encerrado, tal vez la luz le molestaría. Tomé mi linterna y... empezó mi plan: enciende, apaga. Enciende, apaga. Enciende, apaga. ¡Que perra soy con sus desgastados ojos! Enciende, apaga. ¡Ay pobre! Ya la última, enciende, apaga.
Mi vista se volvió a la caja de música. Cuerda, ductos, pasillo... y el zorro no estaba. Hasta me siento mal por flashearlo tanto, espero no necesite un trasplante de córneas. (Él, no yo).

Mi linterna tarda en encender el pasillo principal, pero cuando funciona, veo un oso, un lindo oso tierno y gigante al que me gustaría abrazar, así que dejo la luz en él para observarlo, aunque tengo que dejar de verlo para ir hacia la caja; casi no alcancé  a darle cuerda porque el oso se metió a mi oficina, no quise arriesgarme, así que puse la cabeza de Freddy en mi cabeza para protegerme del otro Freddy. No se iba pronto y yo tenía que controlar a la marioneta. ¿Y si se sale?
Me empezaba a marear, una nube se atravesó en mis ojos, un silencioso chillido me aturdía los oídos, sólo espero que no me vaya a desmayar.

Cuando volví a ver bien, el oso ya se había ido. Quité la máscara lo más rápido que pude, revisé el pasillo y ductos, como no hubo nada, me dirigí a la caja para evitar caer en manos de la marioneta. No he revisado las demás salas, no quiero que el zorro descompuesto me ataque o que el títere salga de su cajita; más que miedo, quiero tener todo en orden, si se llega a salir un animatrónico y hace un desmadre aquí, seguro me corren. Digo, estoy segura de que por algo tienen encerrado al títere mamón.

¡Joder, mi cabrona lámpara no prende! Y siento que en el pasillo está Foxy. Veo los conductos  y ¡tará! Está esa pata y su lindo babero en el conducto izquierdo y el conejo marica de lado derecho. ¿Y ahora que? No me dio tiempo de ver la Corner Prize, donde está la marioneta.
Me pongo la cabeza, no se van.  La caja, la caja... la caja. Uno... Dos... Tres... adiós, por fin se alejaron; sin ver el pasillo, confío en mi instinto de supervivencia y me vuelvo a la cajita, de verdad espero que el zorro no esté ahí.

Escucho un ruido tan cerca...

Y sí...
















Hora de salir.

Un amor demoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora