Minijuego: sálvalo

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Encuentro una sala, una sala al final de la pizzería, ¿cuantas más habrá que nunca me di cuenta? Me meto y me siento a salvo, aun puedo ir al teléfono, eso creo hasta que giro la cabeza para ver lo que ya se que está detrás de mí.

---¿A donde pensabas ir, niña? ¡Eres mía! ¿Pensaste que podrías esconderte? ¡Yo soy el puto amo de cada rincón de este pútrido lugar!---Vincent me encontró.

En ese momento en mi espalda baja, justo en el lado izquierdo, siento parte de mi vida escurriéndose por mi piel y logrando humedecer mi ropa.
Me toma del brazo derecho, girándome y poniendo el cuchillo en mis labios, pero esta vez no es mermelada de fresa, esta vez pruebo mi sangre, recién salida, con aún una chispa de vida entre todo ese color rojo.

---¡Mía, mía, mi cómplice eres tú!---Vincent grita.

Mis ojos alcanzan a captar un nubosidad exageradamente luminosa y blanca dirigiéndose hacia nosotros. Este es mi fin. Este es la luz que ves al final del túnel, ¿o es la luz de la Rosa de Guadalupe? Cómo sea, ya sólo estoy... esperando... esa luz... me encandila... me ciega... me duerme...









***

Despierto, no se cuánto tiempo estuve inconsciente, pero en segundos oigo unos gritos horribles y con mucho dolor en el sonido emitido, luego enfoco bien mi vista, en el otro lado de esta gran sala, hay un conejo dorado, un animatrónico que se retuerce y convulsa, se oye como se perforan sus órganos y la sangre alegre explota a chorros como fuegos artificiales de fiesta pueblerina. Ya no me importa lo que sea.

Me paro como puedo, poniendo mi mano sobre la herida para no desangrarme aún más, camino chueco, la debilidad y los mareos son mi bastón, pienso: "aún puedo llegar al teléfono y llamar a la policía" y avanzo, despacio, para aturdirme con un grito desesperado.

---¡ELSA, AYÚDAME!

El que está adentro del traje es Vincent pero no pienso hacer caso, ni ayudarlo.
Sigo caminando con mis pasos de bebé, tambaleándome en la cuerda floja de la vida y la muerte.

---¡No, espera!---Y un grito cesa con ese dolor, al menos eso pienso y continúo.

Ya voy por el pasillo, ya voy a llegar, mi corazón está llegando a la meta de la carrera que hace un rato empezó a correr, un calor frío toma parte de mi cuello. Ya voy por el pasillo principal, sonrío, pero mis pies me ruegan que me detenga, yo les ordeno que sigan, que no me fallen esta noche, sólo una vez más, ya pudimos cuatro noches, podemos... sí podemos.





Ya estoy en el pasillo principal y aunque caigo al piso, trato de ir a gatas dejando huellas rojas con mis manos de mi vitalidad en los cuadros blancos y negros, al mismo tiempo de repetirme a mi misma que los fantasmas no existen, que ellos no metieron a Vincent en el traje, tratando de convencerme que se suicidó, que ninguna fuerza intervino y luego pienso en Dios, que tal vez me ayudó o fue la Rosa de Guadalupe.

"Los animatrónicos no tienen alma, no tienen fantasmas, no hay niños fantasmas" me sigo diciendo, hasta llegar a la puerta de mi oficina. "Yo no soy su cómplice".

¿Foxy, dónde estás?... Chica, ayúdame... Freddy, sálvame... Bonnie, necesito ayuda...














***

Ya estoy en la oficina, mis labios ahora son un desierto, secos. Al poner un mano en la oficina cae mi cuerpo completo al piso, tengo que darme la vuelta, aún puedo... aún puedo... llamar... el tipo... d-del... teléfono... Foxy... ¿dónde estás?...
Freddy préstame tu cabeza...
Ya se quien es el asesino... Corran niños...
¡El hombre de morado viene!...
¡Chica, huye... Vincent quiere matarlos... corre corre...

Tengo que... voltearme...
¿que es eso?...
Y una de mis visiones, se hace realidad, pues escucho una linda música infantil, como de cuna... ¡Es la caja de música!...
Y sale la marioneta, tiene un traje negro y blanco con botones y su cara es blanca...

Y sale la marioneta, tiene un traje negro y blanco con botones y su cara es blanca

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Tal vez me matará... pero no, en vez de eso salta sobre mi y coloca su mano en mi herida... me abraza fuerte y la abrazo también...

Un amor demoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora