No se que es lo que pasa entre Vincent y yo, podría decir que somos novios, pero también podría decir que únicamente somos amigos. Nunca lo sabré, no quiero arriesgarme a que deje de hablarme o deje de unir sus labios con los míos, no quiero que pare de hablar de su experiencia, de su filosofía; mi ser está puesto en él de tal forma que si yo cuestiono algo no se demora en responder, mis ojos parecen suyos, a excepción de que él no puede ver la forma en que yo lo veo, si lo hiciera se daría cuenta de que lo amo.
Hay veces que desaparece por dos días y me siento perdida en un mundo en el que no me pertenece, pero con él, todo es tan pequeño, con él no hay nada que yo no pueda lograr, mis miedos escurridizos han salido por una ventana de mi mente y es gracias a Vincent y lo mejor es que es real, un humano tal cual, con errores y defectos, que para mi esos defectos lo perfeccionan, verlo tan cerca, verlo comer, escuchar su respiración cuando duerme, su corazón latiendo y despertándose por la fresca mañana, su olor a cigarro, whisky y café, así tal cual es todo como debería de ser y está bien, no quiero arruinarlo, así me gusta, sus abrazos quebradores, sus helados besos, sus pinceladas en forma de caricia, él es mi autor y yo su obra.
No se lo que somos, no me interesa preguntar, me interesa sentir, oler, vivir el momento así como está pasando, no necesito nada más, no importan los regaños, los problemas familiares, las vacaciones, nada importa si tengo este momento en el que lo estoy besando. Nada importa, nada cuesta, nada en absoluto, ni mañana, ni ayer, importa ahora.
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Un amor demorado
RandomElsa tiene 17 años y en medio de su locura juvenil, se enamora de un misterio.