Capítulo 4

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Un ebrio.

-Ven aquí, preciosa- dijo el bastardo con voz

ronca y un repugnante olor a alcohol encima.

Me aparté de sus gigantescas manos y lo golpeé

en la entrepierna sin dudarlo. – ¡Si serás zorra!-

gruñó cayendo al suelo, con las manos en el

punto exacto de mi golpe.

Arqueé una ceja divertida.

-Sí, igual de zorra que tu madre- le dije antes de

marcharme.

Había sido una noche larga… y quería descansar.

{Narra Harry}

Aun me sentía mal por haber pensado así de

ella. ___________ había intentado ser agradable

conmigo y yo sólo había metido la pata hasta el

fondo.

«Nunca la volverás a ver, Harry. Ya no pienses

en ello. Intenta arreglar las cosas con Becca.»

Becca. Mi futura ex esposa. ¿Cómo es que un

par de horas junto a esa preciosa pero letal

stripper me habían hecho olvidar

completamente a mi dulce Becca?

Caminé hasta mi coche con las manos en los

bolsillos y sin expresión alguna.

Una vez dentro del Audi, observé el Antro

Anacks, que desde afuera parecía increíblemente

discreto y común.

Mis amigos me habían recomendado ir allí. Los

últimos meses no habían sido demasiado alegres

para mi vida, por lo que me propusieron la idea

de ir a “despejar” mi mente.

«Vaya fiasco ha resultado ésto»

Cuando todos mis problemas parecieron haberse

confabulado para formar un tornado dentro de

mi cabeza, una duda más se hizo presente.

«¿Volveré a verte otra vez, __________?»

{Narras tú}

-¡Despierta, __________!- gritó esa maldita aguda

voz desde el marco de la puerta.

-¡Es Domingo! ¡Déjame dormir!- gruñí enterrando

mi rostro en la almohada.

-Tenemos que ir a la iglesia, ¿no piensas faltar o

sí?- cuestionó mi madre en tono amenazante.

-Ya, déjame a mí aquí, y vayan ustedes. Creo que

Dios de tantas veces que me ha visto allí, ya

recuerda mi rostro de memoria- bromeé

ácidamente.

Observé como mi madre me fulminaba con la

mirada.

-Mira que rebelde me has salido- se quejó con

las manos en la cintura y luego dijo algo entre

dientes para que yo no lo escuchara, pero lo

comprendí perfectamente.

Ella le preguntaba a Dios qué había hecho ella

para que tuviera una hija así.

Antes de que se marchara, provoqué un poco

más su cólera.

-Pues, has hecho cosas sucias con papá- reí

secamente- aunque no creo que Dios vaya a

decírtelo de ese modo. Dudo incluso que te lo

diga.

Ella me miró entre ofendida y helada. Negó

furiosamente con la cabeza, y se marchó sin

antes hacer que el sonido del portazo retumbe

en todo mi cuarto.

Bien, sorprendentemente pese a todo lo que

decía, yo era creyente.

No creía en la iglesia, pero si en Dios.

De todos modos, nada me privaría del hecho de

poder provocar a mi madre con bromas al

respecto.

Me removí en la gigantesca cama buscando la

suavidad del colchón bajo mi cuerpo.

Las imágenes de la noche anterior llegaron a mi

mente como un molesto torbellino abrumador.

Harry.

¿Por qué seguía enojada con él?

One and Only-TERMINADA- Harry&tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora