Me observé fascinada frente al espejo. Aquel
vestido púrpura oscuro envolvía mi piel de
forma exquisita, acentuando delicadamente cada
curva estratégica. Sólo un par de centímetros
por encima de las rodillas y algo de espalda
desnuda. Admito que mamá había hecho una
buena elección.
El maquillaje en proporciones adecuadas y el
cabello suelto, una sedosa cascada.
Sonreí. Siempre he sabido que me veo bien en
ligueros y tacones aguja, pero de alguna manera
me hace sentir bien que también puedo verme
bonita sin estar semidesnuda y con cuatro capas
de maquillaje sobre mi piel.
Oí el tintineante timbre en la sala y luego se
escuchó un taconeo precipitarse por la escalera.
Medio segundo después alguien tocó la puerta
de mi habitación.
-Puedes pasar- avisé distraídamente mientras me
acomodaba el sencillo escote.
-Señorita Liejett. El joven Styles está esperándola
en la sala- me avisó Greta, otra de las mucamas.
Hice un mohín hacia ella. Detestaba tanta
formalidad. –Por favor, __________- rogó ella ante
mi expresión fulminante y yo solté una risita.
-Dile que bajaré en un minuto.
Greta asintió y salió disparada escaleras abajo.
Hoy era el día de la gran fiesta en la mansión de
los amigos de papá. Sus empresas se habían
unido para lanzar un nuevo producto al mercado
por lo que ésta sería la fiesta de presentación.
Mamá y Amelia –la mujer de la otra familia-
habían organizado minuciosamente aquella
celebración, sin molestarse por el dinero,
cubriendo absolutamente cada detalle.
Realmente sería algo grande.
Taconeé hacia la puerta luego de tomar mi
abrigo y mi bolso. Bajé cada escalón con
cuidado de no tener ningún accidente debido a
los altos y finos tacones que llevaba en mis pies.
Me dirigí a la sala, no sin antes echarme un
rápido vistazo al espejo que cubría una pared
del vestíbulo. Una vez más, contenta y
emocionada llegué a mi destino.
Harry iba con un esmoquin gris oscuro y como