Dolor

1.7K 84 11
                                    

Mi cabeza dolía, y mi estómago daba vueltas. No recordaba nada de lo que había sucedido anoche. Poco a poco, fui abriendo mis ojos. Éste definitivamente no era el cuarto del Hostel. No... reconocía ésta habitación. Era la de Leo, pero él no estaba ahí conmigo. ¿Qué mierda había pasado anoche? Se supone que iríamos a tomar unos tragos, y lo último que recuerdo es estar comando tequila con él en la barra.

Me vestí, y bajé en busca de él. Grité su nombre, y respondió desde la cocina. Entré, y estaba cocinando algo.

-Hola linda -dijo sonriente- ¿cómo amaneciste?

-Con dolor de cabeza

-Ése es el precio que tenes que pagar por una buena noche -dijo riendo-

-¿Podes decirme qué pasó anoche?

-Ah... queres que te lo recuerde -dijo acercando su boca a la mía-

-¿Qué haces? -dije mientras corría mi rostro de su alcance-

-¿Qué pasa?

-Éso estoy intentando averiguar. ¿Qué paso anoche? ¿Y por qué desperté desnuda en tu cama?

-¿No te acordas de nada?

-Claramente no

-Bueno, fuimos a cenar y

-¡ÉSO SÍ! -grité, y al instante me arrepentí porque mi voz penetró en mi cabeza como mil alfileres- A lo que me refiero es... si tuvimos sexo

-Pues... sí, Mara, tuvimos sexo

-Mierda -dije, volteandome para retirarme de la casa-

-¿A dónde vas?

-No sé, lejos de acá

-Pero pensé que estaba todo bien

-¿Porque te aprovechaste de mi cuando estaba borracha?

-¿Me aproveché de vos? Vos también querías por lo que recuerdo eh

-Bueno, perdón, fue un error. No volverá a pasar

-¿POR QUÉ COMPLICAS TODO? -gritó mientras tiraba un plato al suelo-

-Los dos lo complicamos. Claramente cambiamos mucho

-¿Por qué decís eso?

-Porque el Lionel que yo conozco jamás le gritaria a una mujer. Y jamás le preguntaría a nadie sobre si puede amar a alguien o no.

En ése momento su teléfono sonó. Supe al instante que eran los dirigentes del club.

-reí- ¿Sabes qué? Siempre creí que me engañabas con Angélica. Ahora me doy cuenta que ésa relación -dije apuntando a su celular- es la única que siempre te importó. Que seas muy feliz.

Dicho esto, salí de la casa rumbo a la calle. Lionel no me seguía, ya no más. Habíamos cambiado, bueno, él lo había hecho. No sabía si estaba bien o estaba mal. No sabía si él debería haber sido más infantil o yo más madura. Lo único que sé, es que ésos niños que jugaban a amarse, ya no estaban. Se habían esfumado.

Y en sus lugares habían un hombre serio cuyo único propósito era enorgullecer a los demás, y una chica demasiado emotiva, que cambió el orgullo de sus padres por una vida de aventuras. Pero ésas aventuras no siempre son bellas, algunas, como éstas, son turbulentas y terminan cayendo en picada.

-
Habían pasado 3 meses desde la última vez que había visto a Lionel. Él no me llamó, ni yo a él. Como dije, algo en mi se había roto, y supuse que en él también. Ya no había vuelta atrás.

Gol Del Destino (Lionel Messi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora