Graffitis en las paredes

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Luana y yo estábamos en un tienda de ropa, yo no quería comprarme nada, pero ella insistió. Ni siquiera pensé que iba a ponerme, no estaba nerviosa ni nada. Ni siquiera me sentía emocionada por salir con Leo, como otras veces. No me malinterpreten, lo amaba con locura, pero como les dije antes, había algo dentro de mi que se había roto.

-Éste -dijo Luana enseñandome un vestido rojo bastante revelador-

-Estoy intentando que no se confundan las cosas, y vos decís que vaya con un vestido que prácticamente dice "a la mierda la comida, vamos a la cama"

Reímos.

-Pásame la camisa roja -le pedí-

-No

-¿Qué?

-No te vas a vestir simple. Lo vas a hacer sufrir

Me agradó la idea.

-Oh, santa mierda -dijo-

-¿Qué? -pregunté intentando ver qué había descubierto-

Se volteó y me mostró lo que había encontrado.

-Perfecto -sonreimos con complicidad-

-

Lionel me envió un mensaje diciendo que estaba afuera, esperándome en el auto. Luana me acompañó hasta abajo.

-No sé si está bien esto -dije mirando mi atuendo-

-Estás hermosa, y re hot

En ése momento Gustav pasó a nuestro lado, y al verme se ahogó con su café.

-Ésa es la impresión que buscamos -dijo Lu riendo ante la situación-

-Está bien, deseame suerte

-Con ése escote no lo necesitas

Conté hasta cinco y abrí la puerta. Lionel estaba apoyado en su auto, mirando su celular, y cuando subió su mirada, sus ojos fueron directamente a mi escote, mientas su boca caía.

Había elegido una remera con escote bastante pronunciado, y muy sexy, y el atuendo finalizaba en una mini falda negra y de cuero que llegaba un poco más arriba de mis rodillas, y unas botas negras hasta las rodillas. [multimedia]

-Hola -dije cuando estuve cerca de él-

-Ho... Hola -dijo intentando no mirar a mi escote-

-¿Vamos? -dije como si nada-

-Va... vamos -abrió la puerta para mi-

-Gracias -le sonreí-

-

Fuimos hasta un restaurante bastante moderno. Cuando entramos, todos voltearon a vernos. Al principio creí que era por Leo, pero al ver sus rostros me di cuenta que era por mi. Nos sentamos en la mesa que Lionel había reservado, y pidió un vino.
-¿Cómo va todo? -preguntó, aún incómodo-

-Todo va genial para mi, ¿y vos?

-Bien, volví al ruedo -refiriéndose a los entrenamientos- ¿vos? ¿Qué hiciste estos días?

-Salí todas las noches, la pasé genial

La mirada de Lionel cayó, claramente triste.

-Vamos, era una broma -dije tocando su brazo-

La sonrisa volvió a su rostro.

-¿Vos cómo estás?

-¿Cómo queres que este? -dijo, y me sentí mal al instante- Cada vez que llego a casa espero que aparezcas y me sonrias. Pero sólo encuentro silencio.

Gol Del Destino (Lionel Messi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora