Capitulo 2

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—Krista, ¿me estás escuchando? —Aileen agitó una mano frente a la castaña para llamar su atención.

—No, perdón, estoy perdida —se disculpó.

—En el mundo de los sueños querida —dijo burlona—. Dime, ¿qué te pasa? Eso ya no es cansancio, te tomaste un café en la mañana.

—Es que —sonrió haciendo una pausa—. conocí a un chico.

—WOW, WOW, WOW —levantó sus manos—. ya decía yo. ¿Cuál es su nombre? —la miró pícara.

—Ni siquiera lo sé —respondió Krista con enfado haciendo una mueca.

—¿Cómo? ¿Otra vez te fuiste de antro y no me llevaste? —le reprochó indignada.

—No, fue el viernes en la pijamada que hice con Emily.

—Oh.

Ese día Aileen no pudo asistir debido a que debía cuidar de sus hermanos menores mientras sus padres salían de la ciudad. Se había lamentado mucho no poder ir ya que esos niños eran muy traviesos y lograban desesperarla.

—¿No me entiendes verdad?

Aileen negó lo que hizo que Krista riera.

—Bueno, sabes que me gusta mucho la pizza de...

—Sí, sí, el local que se encuentra cerca de la plaza —la interrumpió.

—Eso —la señaló con su dedo índice dándole la razón—. un chico muy guapo hizo la entrega esta vez —no pudo evitar sonreír al recordarlo. Y es que él le había quitado el sueño y toda concentración que ella pudiera tener. No había puesto atención en sus clases y ahora no tenía ni idea de como hacer sus tareas, en fin, «ya se las arreglaría» pensó.

—Descripción —pidió Aileen con una sonrisa coqueta.

—Media cerca del uno setenta y algo, cabello castaño, piel clara, nariz perfilada, sonrisa hermosa y sus ojos...

Ambas suspiraron. Krista por recordarlo nuevamente, y Aileen por imaginarse a uno de sus actores favoritos.

—¿Y qué piensas hacer?

Antes de que Krista pudiera contestar fijó su vista en su reloj de mano y saltó rápido de su asiento.

—Tengo que irme, mi clase esta apunto de empezar —exclamó apurada.

Aileen asintió y dijo:

—Pon atención, ¡no dejes que se te suban las hormigas, eh!

—Claro —rió y salió corriendo.

•°•°•°•


No puso ni la más mínima atención.

Horas después, estaba intentando resolver uno de los ejercicios de contabilidad y era justo ahora cuando se lamentaba el no haber puesto atención.

—Vamos, tú puedes —se animó.

Estaba logrando resolverlo, luego de un buen rato, cuando su celular sonó. Contestó al ver de quien se trataba.

—¡Hola! —exclamó con emoción.

—¡Hola Kris! Estaba pasando por tu casa y me pregunté si podríamos ir por un café y a dar una vuelta.

—Claro —respondió al momento, pues tenía tantas ganas de quedarse haciendo sus deberes, como de tirarse por un acantilado.

—Bien, ahora mueve el trasero y baja que estoy esperando afuera.

Con una sonrisa colgó. Se trataba de su amigo Taehyung. Ellos eran amigos desde la infancia y se trataban con mucha confianza por obvias razones. Muchas personas habían pensado que eran novios, sin embargo, ellos solo se querían como hermanos, o bueno, algo parecido, pues siempre estaban apoyándose en sus peores momentos. Aunque para muchas personas fuera difícil de entender lo que tenían entre sí, ellos preferían no desgastarse desmintiendo a las personas de lo que pensaban, por lo que simplemente sonreían. Tampoco era que les desagradara tanto la idea. Ambos eran de buen parecer. Incluso habían compartido besos entre ellos, eso no se podía evitar habiendo convivido tanto. Pero eso no afectaba su relación. Aunque pensándolo bien, los hermanos, no compartían besos entre sí ni de broma.

—Pensé que nunca bajarías —dijo el pelirojo bromeando.

—Calla tonto, apenas tardé unos segundos —le dio un manotazo juguetón.

Rieron y comenzaron a caminar. Hablaron de cosas sin sentido por horas, ya que eso era lo que siempre hacían, o por lo menos casi siempre. Al regresar Kris invitó a Taehyung a pasar. El aceptó y le ayudó con algunas dudas que tenía la chica respecto a su tarea. Era una bendición que él tuviera conocimientos sobre eso, de lo contrario ella estaría arruinada.

—Bueno, debo irme —el chico se levantó y besó la frente de Krista.

—Te acompaño a la puerta —dijo ella.

El la detuvo antes de que si quiera, pudiera moverse un centímetro.

—No es necesario, te veo luego —le sonrió dulcemente y salió de su habitación.

Krista terminó de guardar sus cosas y se dió una larga y bien merecida ducha, al salir se recostó en la cama y fue allí, donde no pudo evitar pensar en ese chico.

«¿Qué estará haciendo Ahorapensó«probablemente repartiendo pizzas».

Se debatió en si debía llamar servicio a domicilio para así con un poco de suerte poder verlo. Pero rápido sacudió la cabeza al darse cuenta que podría estar actuando como una acosadora.

Se levantó y decidió ver un poco de televisión, tal vez así aliviaría un poco de ansiedad. Tenía tan sólo tres días sin verlo, no era para tanto, quiso pensar. Encendió la pantalla encontrándose con su Dorama favorito justo a tiempo.

Después de un rato su estómago gruñó pidiendo alimento. Se preguntó la última vez que había comido y su mirada fue a dar al teléfono inalámbrico que reposaba en la mesita de al lado del sofá.

«Tal vez sea el destino» se dijo cuando reparó en que sólo llevaba casi tres horas sin probar alimento. No era posible que tuviera hambre otra vez.

Dudosa, tomó el teléfono en sus manos y marcó rápido el número esperando no arrepentirse después.

El Chico De La Pizza → HoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora