Había pasado una semana completa en la que Hoseok y Krista no se habían encontrado, ni cruzado palabra alguna.
—Qué día —suspiró Krista agotada.
Se encontraba en su habitación tras haber llorado por horas, así había sido su última semana. Se arrepentía tanto el haber rechazado a su chico. Aún podía recordar cuando él, esperanzado le había pedido que fuera su novia y ella le rechazó hiriendo sus sentimientos. El sólo bajó su cabeza ante la respuesta inesperada de Krista y se alejó creyendo que ella no le correspondía.
Había sido una tonta y ahora como tal estaba llorando, ella ahora estaba viviendo lo que sola, se buscó.
El timbre sonó abajo y sin ánimos se dirigió a la puerta. Suspiró al ver a su amigo, el pelirrojo.
—¿Qué haces aquí? —preguntó triste.
—Así recibes a tu amigo —sonrió de lado.
El estaba enterado de lo sucedido, Emily se lo había contado y él se sorprendió al sentirse triste.
El creía que si ellos dejaban de salir, todo iría genial, pero se había equivocado.
Su amiga quería a el chico de la pizza y él la quería a ella. ¡Qué tarde había entendido las cosas!Decidió visitarla para levantarle el ánimo pero al verla supo que sería difícil. Ella llevaba puesta su pijama y su cabello suelto, al natural. Tenía la nariz roja y los ojos hinchados debido al llanto.
—Pasa —se hizo a un lado y se dirigió a la sala para sentarse en el sofá.
—Kris, no me gusta verte así —dijo triste sentándose a su lado y pasando un brazo por sus hombros.
—A mí tampoco —hizo una mueca.
—¿Quieres decirme como te sientes? ¿Desahogarte?
—Bueno, creo que mi apariencia lo dice todo —sonrió sin ganas.
—¿Porqué lo rechazaste si lo querías? —cuestionó de pronto.
—Pensé que lo decía por mi hermana. Esa noche ella dijo tantas cosas que insinuaban que se me declarara, y cuando lo hizo creí que era porque se sentía presionado —su voz se quebró—. pero veo que no. No puedo quitármelo de la cabeza —sus lágrimas se hicieron presentes para tristeza de ambos.
Taehyung acarició su cabello suavemente en un intento de consolarla.
—Bueno yo creo que él te quiere —tomó su mejilla con delicadeza—. Está lo suficientemente grande como para tomar sus propias decisiones, ¿en verdad crees que iba a hacer caso de las palabrerías de una chica de quince años? —preguntó incrédulo—. yo creo que no. Él te lo pidió porque quería hacerlo.
—Soy una tonta —se acurrucó a su lado, escondiendo la cabeza entre su cuello.
—No, no lo eres. Despistada sí —bromeó.
—Calla.
—¿Sabes? no es tan tarde, aún pueden arreglar las cosas —le susurró el pelirrojo aún sorprendido por sus palabras.
—Creí que estabas feliz porque nos separábamos —ella se separó de él para verlo a los ojos.
—Lo estaba, pero ahora me doy cuenta que ustedes se quieren y... —aclaró su garganta al decir esas palabras que tanto le costaban—. él es... Un buen chico —rodó los ojos nada más terminar la frase.
—No te escuché, ¿puedes repetirlo? —le dijo divertida.
—Lo hiciste, no volveré a decir eso.