—Yo lo sabía, ¡lo sabía! —gritó Emily emocionada haciendo que los que estaban alrededor la vieran extrañados—. ¡él está interesado en ti!
—¿Tú crees? —preguntó Krista.
—¡Claro! Si no, no hubiera aceptado salir contigo. Piensa tonta —Emily dijo obvia.
—¡Estoy tan feliz! —exclamó la castaña—. por cierto, ¿dónde está Aileen?
—Sus padres no vuelven hasta la noche, tiene que cuidar de sus hermanos.
Un recuerdo vino a la mente de Krista. Ella prometió ir a ver a su familia. Con todo lo de Hoseok lo había olvidado por completo.
—¿Sabes? tengo que irme. Nos vemos luego —abrazó a su amiga.
—No olvides la cita con Hoseok —le recordó.
—¿Cómo crees? —rió y salió de la cafetería.
Cuando llegó a su destino tocó el timbre y esperó. Nadie habría. Volvió a intentarlo y entonces una soñolienta castaña de unos 15 años apareció frente a ella.
-¡Jessica! ¿Cómo estás? —le sonrió con emoción contenida.
—Con sueño —la chica contestó tajante.
—Hum —atinó a decir un tanto incómoda—. ¿puedo pasar?
No contestó, sólo se hizo a un lado para que su hermana pudiera entrar.
—¿Está mamá?
—No, salió con unas amigas. Yo no estaría aquí sino fuera por ella.
—Oh, seguro que no tarda. Cuéntame, ¿cómo has estado?
—¿Te parece que estoy bien? —la miró mal.
Ahora Krista entendía a lo que su mamá se refería. Jessica se sentía incomprendida, viendo como sus amigas salían y ella estaba como prisionera en su casa. Tenía un coraje dentro de sí que no le permitía tratar bien a los que le rodeaban.
La mayor suspiró.
—Ven sientate —se dirigió a la sala esperando que su hermana la siguiera.
—Supongo que es una orden —hizo una mueca y se sentó junto a la castaña.
—¿Qué te pasa? ¿Yo te he hecho algo para que me trates así? —le cuestionó tranquila.
—Te fuiste, eso pasó —reprochó.
—Eso es algo que tarde o temprano iba a suceder. No debes culparme, yo ahora soy mayor, pasé la etapa de tener que obedecer a mis padres en todo, tú todavía no, y por eso debes estar con nuestros padres, pero debes tener en mente que también llegará un momento en el que crezcas y tomes tu propio camino. No te desesperes, yo quisiera tener tu edad otra vez para no lidear con todas las responsabilidades que tengo. En serio, disfruta esta etapa —le dijo dulcemente, pues ella entendía cómo se sentía. Con una mirada de complicidad, añadió—. Si te portas bien, puedo convencer a mamá de que te deje salir de vez en cuando —le guiñó un ojo.
—¿Mamá te pidió que me dieras este sermón? —la miró burlona.
Eso acabó con la poca paciencia que había en Krista. Entendía que su hermana era una adolescente y estaba pasando por ese tipo de problemas, pero eso no significaba que debía irrespetar a todo el mundo.
—¡Ya basta! Estoy tratando de tener una charla bien contigo y tú no dejas el sarcasmo. Quieres que te traten como un adulto, pues comportate como tal. Haber si así mamá te da un poco más de confianza.
Las palabras de la mayor hicieron que Jessica reaccionara y se diera cuenta de como la estaba tratando. Sintió una chispa de culpabilidad, y no queriendo bajó la mirada avergonzada.
—Lo siento —susurró apenas audible.
—Está bien. Mira yo sólo quiero que estés bien, y como te dije antes, tal vez pueda hablar con mamá y convencerla que te deje salir más seguido, ¿Vale? Sólo prométeme que te vas a comportar —tomó su mano y la acarició.
—Si —contestó emocionada, antes de ponerse seria nuevamente—. perdóname. Mi madre aveces me desespera.
—Te entiendo —la miró.
En verdad lo hacía, ya había pasado por esa etapa y su mamá no había sido la mejor hablando con ella. Todavía recordaba la vez que se escapó en la noche, y Alicia la descubrió. Estuvo un mes castigada sin celular, televisión y salidas.
Fue lo peor.
Krista miró la hora y se dio cuenta que todavía tenía tiempo antes de la cita con Hoseok, por lo que decidió preparar un pastel con su hermana. Tenía tiempo que no convivían y Jessica la extrañaba mucho. Krista era la que siempre la ayudaba con su tarea y a maquillarse o darle consejos de chicos, lo que no se le daba muy bien contando la poca experiencia que ella misma tenía. Jessica agradecía que su hermana la hubiera visitado y al mismo tiempo sintió un poco de culpa por como la trató en un principio.
Cuando dieron las cuatro Krista decidió que era hora de irse ya que todavía no sabía que iba a usar para su cita.
—Jessi, me tengo que ir —anunció.
—¿Porqué? Aún es temprano —hizo una mueca—. ¿no me digas que te duermes a esta hora? —se rió.
—No —negó—. es que, no le digas a mamá pero tengo una cita —susurró como si las paredes escucharan.
Jessica la miró emocionada. Que ella no tuviera novio, no significaba que no le diera gusto por su hermana.
—¿En serio? Y, ¿es guapo?
—¡Vamos! Yo no he tenido novio feo —rieron.
—¿Tienes una foto?
—No, pero si puedo te la consigo —pestañeó con ilusión.
—Bueno ahora vete rápido que necesitas quitarte esa cara de momia —la menor bromeó.
—Vas a ver enana —la abrazó con afecto—. me voy, cuídate y haz lo que te dije. Hablaré con mamá, lo prometo.
—Está bien —sonrió—. suerte con tu futuro novio.
Krista puso una mano en su pecho en modo dramático y tras darle un beso en la mejilla salió más que feliz.
Ahora tenía que asegurarse de verse bien para Hoseok.