capítulo 37: Me lo prometes?

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-_______?- Niall me está mirando fijamente. Tengo la mente en otro lugar. Me lo ha confesado. Solo me quiere como una amiga. Estas son las palabras más dolorosas que nunca me han dicho. Más amargas que el café sin leche de las mañanas o el chocolate de alto porcentaje de cacao.- confío en ti.

El rubio me sonríe. Me acerca a él y me abraza. Deja lentamente un beso en mi cabeza y acaricia las puntas de mi largo y oscuro cabello que cae por mis hombros.

-entonces me lo contarás?- le pregunto mirándolo a los ojos mientras sigue acariciándome el pelo. Noto como me voy ahogando poco a poco. Sus ojos como gotas de agua me inundan el alma. Son precisos, más que eso, son míos. En este momento solo están posados en mí.

-Te lo prometo.

­-porqué no ahora Nialler?- Me besa la frente y seguimos allí  de pie, abrazados y compartiendo nuestro calor. Sigue haciendo mucho frío. Casi no siento los dedos de los pies. Están congelados, como mi corazón cuando Niall dijo que éramos amigos.

-Es muy largo y después de lo que te contaré seguro que no quieres volver a hablar conmigo.

-como dices eso? Niall James Horan eres mi mejor amigo, me acompañaras al baile, tengo amigos que no saben tanto de mí como tu… y además…-me empiezo a inquietar en sus brazos. Rápidamente me pongo más roja que los pantalones que Louis suele llevar con esa camisa se rayas a conjunto.

-además…- intenta continuar Niall. Sonríe y me acaricia mi mejilla rosada. La besa lentamente y sigue haciéndolo por mi nariz, frente, mejilla, pómulos y casi llega a los labios pero juguetón no lo hace y mira mi reacción, que es totalmente de desconcierto.- además…

El irlandés se pega todavía mas aunque por un principio pueda parecer difícil.

-además fuiste mi primer beso y eso nunca lo podré olvidar.

Dibujo una amplia y blanca sonrisa en mi rostro imitando la de Niall, que me sujeta el mentón con las dos manos y me besa. Presiona sus labios contra los mío saboreando mi gloss de frutas rojas. Paso mis brazos por su cuello un poco tímida, pero con un movimiento seco de Niall, los poso en sus hombros y nos acercamos más. Giramos el cuello a distintas direcciones para profundizar nuestro beso. Niall sonríe y mi corazón va a mil. No escucho nada solo la respiración entrecortada del irlandés.

Muy despacio nos separamos y el rubio aún no me suelta de la mano. Con su pulgar la acaricia haciéndome cosquillas y provocándome discretas risitas.

-es mi abuela.

-tu abuela? De que estás hablando?- río. No tengo tiempo de pensar en nada. Solo en el maravilloso sentimiento que acababa de compartir y del molesto movimiento de las mariposas en mi interior.

-la mujer de la tienda era mi abuela.

*******

-Su abuela!!! puedes creerlo? Lleva casi doce años sin hablar con ella- me decía Paula a gritos desde la otra línea del teléfono.

Hacía solo media hora que había llegado a casa. Me había quitado todos mies prendas de lana porque en mi hogar no hacía frío. Mi hermano se preocupa cada mañana de poner la calefacción. Sus detalles me encantan. Lo hacen tan especial.

-Paula es más complicado.

Explico detalladamente lo que me había contado mi vecino irlandés. Cuando todavía vivían en Irlanda sus padres casados y Greg, Niall pasaba a mendo a ver a su abuela. Era la persona en la que más confiaba. Era su gran benefactora y su mejor amiga. Cocinaban y preparaban juntos deliciosas galletas todas las tardes de otoño. Merendaban en los parques y daban de comer a las ocas del río. Nialler solo tenía cinco años cuando sus padres decidieron separarse. Maura y Bobby se dieron cuenta de que no conseguirían por más tiempo estar juntos. Afectaría en su relación personal y familiar, pero debían hacerlo. Antes de que sus padres se separaran el pequeño irlandés visitaba a su abuela diariamente. Él le pedía a todas horas que le ayudara a que sus padres no se separaran. Su abuela le contestaba: ‘’Todo saldrá bien mi pequeño duendecillo. Todo está en manos de Dios. Todo se arreglará. ‘’  El pequeño de los Horan trabajaba diariamente para la reconciliación de sus padres. Pero que podía hacer un niño de cinco años a quien solo le hace caso su abuela? La respuesta es bien sencilla: Nada. Tres meses más tarde su madre a cargo de la custodia de sus dos hijos, se mudaba a Inglaterra en busca de una nueva vida y mejores oportunidades. Quería olvidar todas esas peleas y desacuerdos con su marido y quería empezar de nuevo. Niall se lo tomó bastante mal. Allí en Irlanda tenia a sus amigos, su familia, su hogar y la persona a la que más quería: a su abuela.

El rubio corría por los pasillos de la pequeña y acogedora vivienda de la anciana mujer. ‘’dijiste que se arreglaría!’’ gritaba con toda su furia el pequeño niño. ‘’cariño eso no depende de mí’’ respondía calmada su abuela mientras acariciaba la frente de su nieto. ‘’abuela no me quiero ir y dejarte.’’ Niall ya lloraba. Saladas lágrimas se escapaban de su carita y mojaban sus mejillas. ‘’No me dejaras, siempre me tendrá en tu corazón mi duendecillo. Prometo viajar todos los meses, semanas, solo para verte.’’ La mujer sentada delante del infante lo cogió en brazos y mientras este lloraba en su regazo le acariciaba la espalda. ‘’Me lo prometes?’’ ‘’ te lo prometo’’.  Pero esa promesa nunca se cumplió. La anciana tenía su negocio de costura allí y no podía cerrarlo para viajar. No tenia tampoco el suficiente dinero para viajar a Inglaterra cada mes ni tenía el tiempo necesario. Pasaban los meses y  la mujer llamaba casi cada tarde para conversar con su nieto. ‘’Cuando vendrás abuelita?’’ preguntaba ansioso el niño. ‘’Muy pronto tesoro’’. Seguían pasando los meses y el sexto cumpleaños de niño llegó con la esperanza de que su abuela volviese. Su padre Bobby fue a visitarle y pasaron el día juntos, pero con quien más quería estar era con su abuela. No lo llamó por lo que el niño se llevó un disgusto. Pasaron dos años y la abuela dejo de llamar. ‘’ se habrá olvidado de mí? ‘’ se preguntaba Niall ‘’es imposible, nunca se puede olvidar a la familia’’ y sus esperanzas resurgían.

Dos años hacía que no hablaba con su abuela. No había vuelto a Irlanda por lo que no pudo pasar a verla a su casa, y por más que llamaba la anciana no le cogía el teléfono y poco a poco él la fue olvidando. Se mudó un par de veces, pero siempre en Inglaterra. No volvería a pisar Irlanda, no volvería a ver a su apreciada abuela.

-Yo creo que la culpa es de la vieja- me decía Paula justo después de contarle la historia.- no debería haber dejado de llamar a su nieto. Yo nunca lo haría

-quien sabe Paula? la señora es mayor, tenía un empleo y tal vez no tenía tiempo.

-te estás escuchando? La familia ante todo ______, y tu debería saberlo más que nadie teniendo a tus padres a cientos de kilómetros en Manchester. Qué pasaría si alguna vez tu madre dejara de llamarte? O tu padre note enviara la paga? Dejaran de preocuparse, no mandaran dinero a casa para vuestros gastos, comida…

Paula tenía razón. No era escusa para la mujer dejar a mi Niall sólo justo en el peor de los momentos.

-seguramente viviría en un cartón en l calle y vendería los órganos de lou por internet.- digo a Paula. Las dos soltamos una sonora carcajada. La imagen me viene a la cabeza y casi me saltan las lágrimas de reír.

-ahora en serio _______. Niall lo pasó mal una vez. No dejes que vuelva a pasar. Quiérele tanto como él a ti.    

Dos minutos después de su discurso cuelga. Paula está en lo cierto al 100%. Es el momento de hacer algo por mi irlandés. Algo que no se espera. 

What do I stand for? (Niall & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora