Capítulo 22. (R)

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V.Judy:

―No, no me gusta. ―quejé de nuevo después de verme al espejo otra vez.

―Hija, tienes un buen cuerpo y ese vestido se te ve bien, mira ―mi madre se acercó a mí, estirándome los brazos―. Tiene una gran manera de encajar tu cintura... Y ya me quiero ir de aquí, tengo una comida que preparar. ―me susurró algo molesta al oído.

―Si Judy, además, el escote no esta tan ajustado ni es muy revelador. ―explicó Francine.

―Si pero siento que este no es el indicado. ¿No tiene otro? ―pregunté a la señora encargada.

―No señorita, los quince vestidos que se ha probado son los que tenemos para los de talla mediana, y en especial más para conejos. Aunque... Bueno... ―me miró pensativa unos segundos―. Tenemos uno pero no se ha vendido en un tiempo ya que las personas prefieren las cosa extravagantes. ―bueno, no tengo nada más que perder, ¿No?

―Entonces, tráigalo. No me queda más.

―Espéreme un segundo. ―se fue corriendo hacia su cubículo de trabajo y se fue dentro de la puerta que había detrás de este que decía "Solo Personal Autorizado".

―Judy, a este paso cerrarán la tienda y no encontraremos el vestido. ―reclamó mi pequeña amiga ratona.

―No, yo sé que está aquí. ―repliqué optimista.

―Judy, querida, creo que deberías elegir uno de los que te enseño. ―dijo por opción mamá.

Di un suspiro yendo a darme por vencida, dejándome llevar por los consejos de mi madre y amiga, pero en ese momento llegó la señora con el vestido entre sus pezuñas, y al ponerse frente a todas nosotras, lo estiró dejándolo ver por completo de mejor manera.

―Este es, es uno completamente en blanco, el escote no es tan revelador pero tiene su nivel de expresión. La falda es abierta y el con el movimiento del cuerpo va de un lado hacia el otro como un vestido de baile. Es completamente cómodo pero es un poco recortado por delante para darle el estilo de cola tradicional al vestido.

―Judy, ¿Te gusta?

No tenía palabras, realmente no pude decir nada al verlo. Tomé el vestido sin pensarlo más y entré al vestidor como alma que lleva el diablo. Minutos después salí puesto aquel hermoso vestido. Este es, este es el que buscaba. Sabía que estaba aquí, sabía que no había que perder la esperanza tan pronto.

― ¿Qué le parece señorita Hopps? ―preguntó la encargada.

― ¡Me encanta! ―grité emocionada, viendo de arriba abajo―. ¿Dónde están los tacones? ―pregunte para ver si podían hacer complemento con el vestido, así que mamá me los entregó con rapidez, me los puse y realmente estaba completo, por fin estaba completo. El vestido perfecto―. Me lo llevo. ―dije sin más.

―Excelente elección señorita. Déjeme ver el precio, ahora regreso. ―volvió a correr, esta vez hacia la caja registradora.

―Ese vestido esta... ¡Increíble! Te queda espectacular. ―chilló Fru Fru al verme en el vestido.

―Querida, definitivamente tienes un buen gusto para las cosas. ―aduló la amiga elefante.

―Ay, ya me dieron ganas de llorar. ―y mamá volvió a llorar, como siempre. Por suerte, Francine, que sabe más que todas nosotras en consolar a las personas ―y me refiero a mucho más que nosotras― estaba a su lado.

―Este es el precio señorita. ―dijo la oveja volviendo con la factura en las pezuñas. Mire el precio el cual estaba un poco alto pero dentro de nuestro presupuesto establecido.

No me importan ellos... Me importas tu. Parte N.-1 (Serie de Fanfics)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora