No me importan ellos... Me importas tu. Parte N.-1 (Serie de Fanfics)

Capitulo 2. (R)

V.Nick:

Algo me dice que su mirada furiosa, junto con sus labios fruncidos no hace muy buena combinación en cuanto a haber hecho esta inofensiva broma para quitarle su esfero/grabadora. ¿O realmente era inofensiva?

― ¡Nicholas! ¡Devuélveme eso! Es personal. ―intentó quitarme la grabadora, dando un salto hacia a mí, pero puse mi pata rápidamente, haciendo que se alejara un poco mientras casi trata de sacarme los ojos.

Estaba a punto de presionar el botón nuevamente para ver qué era lo que respondía Zanahorias a la grabación, cuando un estruendo nos interrumpió. La densa nieve había tapado el parabrisas, con una gran capa así que encendí las plumillas para que se limpiara. Y era lo que menos esperaba que pasara, en frente había un choque de dos autos. Los dos animales, un rinoceronte y un león, se bajaron para pelear pero antes de que sucediera nada, llegamos antes para evitar el posible pleito y hacer el arresto seguido. Llamamos a las grúas, los esposamos y los llevamos a la comisaria por ir a alta velocidad en zona nevada y peligrosa de conducir.

¿Es que acaso no saben manejar en nieve?

No fue un día normal pero si me despejo unas cuantas dudas más. Finalmente, me quedé con la grabadora de Pelusa y no volvió a mencionar el tema en lo que restaba del trabajo. Me la pasé escuchando esa frase durante todo el día pensando si era una especie de broma o era de verdad, y más me inclinaba por la segunda opción. La hora de salida había caído y guardé mis cosas rápidamente para poder irme a casa antes de que Zanahorias me dijera algo, misión imposible está de más decir.

― ¡Nick! ¡Espera!. ―gritó detrás de mí, mientras se acercaba corriendo.

― ¿Qué sucede pequeña Zanahorias? ―pregunté calmadamente para evitar cualquier nerviosismo que pudiera querer escapar en ese momento.

―Lo que paso hoy... en ThundraTown... ¿Qué querías hacer? ―vaya, y yo que pensaba que no iba a recordarlo hasta que volviera a su casa.

―Quería tu grabadora ―dije burlón―. Pero como no me la dabas, pues tuve que recurrir a mis métodos persuasivos. ―la molesté con mis cejas subiéndolas y bajándolas dos veces, cosa que no funcionó del todo.

Una expresión de molestia de formó en su rostro. Una más molesta que antes.

― ¡Eres un tonto! ―me gritó, ¿Acaso se había ofendido?―. No quiero verte. ―dijo molesta y pasó de mí hacia la salida, a paso fuerte y firme.

― ¡Eh! ¡Espera Hoops! ―la seguí rápidamente y antes de que saliera, la tomé por los hombros y le da la vuelta para que me mirara de frente. Odio cuando las personas no me miran cuando me hablan.

―Su... suéltame. ―me dijo tratando de zafarse―. No quiero verte. ―intentó otra vez, zafarse de mi agarre lo cual era difícil por el tamaño.

―Judy, mírame. ―le dije finalmente, serio―. ¿Estas enojada porque pensaste que te estaba seduciendo?

Abrió los ojos como platos, aun mas ofendida y como si le hubiera dicho una grosería, me apartó de un empujón y me gritó:

― ¡No! ¡Estoy molesta porque me gustas! ¡Pero eres tan torpe que ni te das cuenta! ―luego de eso, en un acto rápido, saltó increíblemente y de un rato al otro, me veía enfrascado en un beso. ¿Cómo era que había llegado a eso? Pero tengo que admitir que se siente muy bien.

Creen que seré un manipulador, charlatán y todo eso sobre los zorros, pero ahora no pensaba en nada más que nosotros y ese cálido beso. Esto es lo más hermoso que he pasado con ella, nunca. Era como tocar una nube con los labios y sentir una frescura inimaginable. Como estuvieras en la playa más perfecta de todas.