Capítulo 12. (R)

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― ¿Garraza? ―pregunté sorprendida―. ¿Qué haces aquí? ―se veía emocionado, demasiado emocionado.

―Judy, primo, familia, ¡Cachorro!... ―me gritó en toda la cara, casi cayéndome encima. Se tranquilizó un poco y dijo tranquilamente: ― ¿Podría pasar primero?

―Claro, seguro ―dejé el paso libre de la puerta para que entrara.

Se dirigió a la sala, que sinceramente no sé si alcance en uno de mis sillones, más se sentó con algo de dificultad en uno de ellos, de la sala y luego siguió con lo que me había gritado en la puerta.

―Veras, como te había contado, mi primo iba a quería tener hijos con su esposa la cebra. ¿No? ―habló emocionado.

-Sí, lo recuerdo. ―respondí sin problema.

―Pues lo consiguieron. Han adoptado a un hermoso cachorro de guepardo de no más de seis meses. ¡Es hermoso! ―abrí los ojos como platos de la sorpresa―. Pero esa no es la mejor parte, ellos dijeron que estaban buscando un buen nombre para su hijo y adivina a quien eligieron.

―Por tanta emoción y entusiasmo que veo en ti, se me hace que a tu padre. ―bromeé a lo que él se rió divertido.

―No tonta, a mí. ―corrigió―. Eligieron mi nombre, Benjamín, para su hijo. ¿No es grandioso? ―pues de hecho, sí.

―Felicidades Ben, es una excelente noticia. ―dije feliz, pero algo adolorida por la herida.

―Oh, te cuidado Judy. ―dijo preocupado―. Pero sí, es grandioso. Que mi primo, el que siempre me molesta, me haya elegido para ponerle de nombre a su hijo primogénito es... No sé, solo sé que me siento muy feliz. ―dio un gran suspiro para luego relajarse en el sillón―. Y tú ¿Cómo has estado estos dos días en casa? Seguramente, estar por una vez quieta, debe ser divertido. ―comentó burlón.

―Ja, ja, eres todo un comediante Garraza. ―repliqué sarcástica―. Pues de hecho, me ha estado yendo bien, un poco aburrida pero nada que Gazelle no pueda mejorar. ―al instante, y por casualidad, se empezó a reproducir "Un Ángel con cuernos" de Gazelle.

―Como adoro a esa cantante. Quisiera que venga a dar un concierto pero está en su gira mundial y ya pasaron los conciertos aquí. ―comentó desanimado, agachando las orejas y poniendo su carita triste de felino.

―Estoy segura de que vendrá, Ben. ―dije―. Solo hay que revisar las fechas de sus conciertos otra vez, y nadie es más fan que tú en ese sentido. Y no puede haber gira mundial sin que ella pase por aquí... otra vez.

―Tienes razón. ―afirmó más animado.

―Oye, una pregunta. ¿Qué haces fuera del trabajo? ―sí, recién ahora me acabo de dar cuenta de que él estaba en plena mañana en mi casa, en vez de estar en el trabajo.

―Oh, es que le pedí a Boggo el día. Roenzales me está cubriendo hasta que regrese, jeje.―explicó despreocupado.

Me dio un poco de incredulidad las palabras que dijo pero qué más tenía que hacer. Así que aproveché la mañana hablando con él sobre lo que ha pasado esos días en la comisaria, ya que es una de las pocas personas que han venido a visitarme así que, está bien.

Se fue a eso del mediodía y volví a quedar sola en casa. El aburrimiento me estaba matando y yo no me puedo quedar quieta, necesito hacer algo. Creo que saldré un rato, tampoco es que estoy confinada a un encierro ni tampoco estoy tan débil como piensa Nick, como si me hubieran lanzado misiles.

Subí, con suavidad y dolor, al segundo piso y me cambié de ropa igual de adolorida. Si no me recupero pronto, me voy a morir por estado vegetal. Me puse una camisa azul de rayas, como las que utilizo en casa de mis padres y un jean. Tomé mi bolso, las llaves de la casa, mi teléfono y salí de casa.

No me importan ellos... Me importas tu. Parte N.-1 (Serie de Fanfics)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora