Capítulo 21. (R)

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Parecía que la tranquilidad había vuelto a las vidas de nuestros queridos héroes de Zootopia. Jack cumplió su promesa que le hizo a Nick cuando se conocieron. Desde la misión no han vuelto a involucrase en ningún caso de fuerza mayor lo cual es lo que más molestaba a Bogo, ya que eran de los dos mejores policías. Aunque el zorro no podía decirle que no a una buena misión "come-donas" de Garraza.

Savage, por otro lado, decidió quedarse definitivamente en Zootopia pero no porque él quisiera, si no, que aunque tal vez no pueda enamorar a Judy, podría verla más seguido aun así que recién la hubiera conocido. Nick y Jack a veces tienen encuentros incómodos que pudieron haber terminado en pelea, pero nada que la coneja de ojos lila no pueda arreglar.

Bill y sus secuaces, Fang y Rhino, se encontraban encerrados en una cárcel de máxima seguridad de la cual no saldrían de ahí por mucho tiempo. Y la bestia asesinada por Jack, en un laboratorio de confianza para dar comienzo a sus estudios biológicos.

Aún siguen sin saber de dónde provinieron los modificados, el ladrón y el atacante, pero gracias a Nick, Lobato se encargaría de eso por fin. Demostró que podía ser un excelente detective frente al búfalo y lo asigno a aquel departamento de misterios casi imposibles de resolver la mayoría de las veces.

Sí, los problemas se habían ido definitivamente, pero no quería decía que sus planes hubieran acabado ahí.


***

V.Judy:

Ha pasado un largo tiempo desde que terminó ya la pesadilla. Y como hemos tenido, finalmente, tiempo para nosotros; Nick y yo hemos estado haciendo los arreglos para nuestra gran boda. ¿Dónde se celebrará? Solo digamos que los campos húmedos con las plantaciones deliciosas es una buena opción. Hace ya tiempo que no regreso allá, y no hay mejor lugar que la naturaleza misma... y mis padres acosándome a cada segundo.

Fuera de eso, contratamos lo que vendría siendo el estudio de sonido, cortesía de Finnick ―no sé de dónde saca tanta gente―, los arreglos florales por parte del señor Emmit Nutriales y cosas demás que realmente, no serían relevantes de contar. Solo faltaban el traje y el vestido para ese día tan especial. Nos casaremos en dos semanas ya que, ya hemos esperado esto mucho, mucho, tiempo y no hacerlo esperar más.

Llamé a mi madre ―o para aclarar, ella a mí― y algunas compañeras amigas del trabajo, entre ellas mi amiga ratón Fru Fru, para que me ayuden a elegir el vestido perfecto para la boda ―sinceramente, Fru Fru tiene un excelente gusto para los vestidos―. La había llamado un día antes de ir a probarme los vestidos, así que estuvo en la mañana por nuestra casa. Finnick también, por la mañana, se llevó a Nick; junto con otros compañeros del trabajo, para que se fuera a probar el traje mientras que nosotras fuimos a la tienda "D' Gucci" para probarme y comprar el vestido adecuado.

―Ay hija, no me esperaba que este día fuera a llegar tan rápido. ―dijo mi madre tratando de parecer fuerte―. Mi pequeña Judy se casa. ―no pudo contener las lágrimas y se puso a llorar de la alegría, o creo que eso parecía, no lo sé.

―Ay mamá, tranquila. ―la abracé―. Sabíamos que este día llegaría. ―dije tratando de consolarla―. Tranquila.

―Es que ya creciste... y... y... ―y volvió a llorar.

―Señora Hopps, si le sirve de ayuda, usted ayudara a escoger la comida para la boda. ―propuso mi amiga ratona, tratando de que parara de llorar.

―Está bien, será una entrada un tanto fuerte. ―propuso "recuperándose" de su dramatismo. Y rió para luego sentarse.

Disimuladamente tomé a Fru Fru entre mis patas tratando de no dañarla o hacerle algún daño a su vestido, y la lleve a un lugar más privado.

― ¿Por qué le dijiste eso? Ahora voy a tener que llamar nuevamente al chef. ―le reclamé un tanto molesta.

―Lo siento, lo mismo paso con mi mamá cuando me iba a casar y no paraba de llorar, ni si quiera el disco planitum de Jerry Volé la calmaba, y eso que ella ama a Jerry Volé. ―hizo una pausa―. Le ofrecí eso de último segundo y se tranquilizó. Al parecer todas las madres quieren participar en la boda de sus hijas, si quiera, en un nivel muy pequeño. ―habló como si hubiera deducido un misterio. Yo exhalé demasiado fuerte, casi haciéndola volar, para poder tranquilizarme.

―Está bien ―dije finalmente―, pero tú la ayudaras para que no elija algo que mate a Nick... o a algún otro depredador. ―miré hacía donde estaba mi madre y mis amigas con sutileza―. Aun les tiene un poco de miedo.

―Tranquila, no creo que será para tanto. ―me comentó. Al darme vuelta, ella estaba mirando sus diminutas uñas por lo que le dije:

― ¿Enserio? Tal vez quieras mirar detrás de mí. ―moví mi cabeza un poco, dejando que ella mirara a mamá.

Mamá estaba hablando al aire y de vez en cuando se reía un poco raro y decía "Te lo merecías" ―algunas veces hacia como si hubiera dado veneno también― por lo que ya puedo deducir de dónde saqué ese instinto suicida también.

―Okey, tu madre me espantó un poco. ―dijo asustada.

―Ni que lo digas.

Salimos del escondite y la señora encargada se acercó a nosotras.

―Muy bien señoritas, hoy encontraremos el vestido de novia perfecto para la afortunada. ―trajo varios vestidos en un perchero móvil―. Prueba este primero, tiene un hermoso estampado de rosas con unas bolitas brillantes en los centros. El escote no es tan llamativo y su cintura se verá perfecta.

―Okey, vuelvo en unos minutos. ―tomé el vestido mencionado por la señora y entré al pequeño cuarto privado para cambiarme.


***

V.Nick:

― ¡Ya sal de ahí Wilde! ¡De todas formas tenemos que verte! ―gritó Boggo del otro lado de la puerta.

―Si Nick, no vas a casarte dentro de un vestidor. ―gritó mi amigo fenec.

¿Por qué tuve que invitarlos a ellos a esto? Con Lobato, McCuerno, Delgato y Colmillar me bastaba... Ay... Me arrepentiré de esto toda mi vida. Abrí la puerta de un solo golpe dejándome ver completamente.

―Puf... Lo siento, espérenme un segundo. ―sé lo que quería hacer.

Caminando suavemente, mi amigo del desierto se fue caminando despacio mientras se tapaba su hocico hasta que desapareció detrás de un muro de la tienda.

―Lo mismo... digo... espérenme un segundo. ―y así se fueron excusando Lobato, Colmillar, McCuerno, Bogo y Delgato, siguiendo al fenec en la misma dirección. Tal vez no fueran excelentes amigos pero al menos deberían reírse más bajo, no como una manada de bueyes en estampida.

―Vamos Nick, no te ves tan mal. ―me aduló Garraza.

― ¿Enserio? Siento que me hubieran puesto un bozal en todo el cuerpo.

―Mírate en el espejo y dime si Judy no te querría así. ―hice lo que me dijo.

Entre nuevamente al vestidor con el alto espejo y me mire frente a él. Con toda mi concentración, traté de imaginarme a Judy a mi lado con el vestido de novia, en medio de la boda, caminando juntos y... nos veíamos perfectos.

―Garraza, creo que tienes razón. ―dije seguro―. Está bien, me llevo este. ―acepté finalmente.

―Así se habla Nick.

Después de otros ―varios y estúpidos― minutos, todos los que se habían ido para burlase de mi "en secreto" volvieron con lágrimas en los ojos de la risa. Pero, al verme ya puesto con mi ropa normal, pararon casi de inmediato de reírse. ¿Quién se ríe ahora? ¡Yo! Porque sus carotas de molestia son increíbles. Seguido de eso y sin nada más loco que hacer en este día tan extraño, fui a caja para pagar el traje ―bastante caro por cierto― y después de eso, salimos todos de la tienda, sin embargo, algunos tomaron los vehículos en donde habían llegado y se fueron cada uno por su lado, a excepción de Garraza que yo lo traje a él.

Pero, volviendo a la imagen de yo y Judy en nuestra boda... Realmente pienso que no importará lo que piensen los demás, si es que al final de cada día que yo viva, tendré siempre a una hermosa coneja que me haga compañía, tanto cuando esté alegre, como cuando me rompa en mil pedazos y necesite a alguien que me ayude a recomponerme.

Creo que aquel día, será el mejor de mi vida.

No me importan ellos... Me importas tu. Parte N.-1 (Serie de Fanfics)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora