Cap 19

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- ¿qué? - preguntó ella, mirándole a los ojos aceituna - ¿Qué podamos arreglarnos y convivir sin lastimarnos todavía más? Esto tal vez sí. Ahora que podamos empezar desde cero y hacer de cuenta que nada pasó y que vuelvas a besarme creyendo que me entregaré como hice tantas veces antes, eso no, Alfonso.

- Y ¿a qué vinimos? Platicamos y no nos vamos a arreglar, ¿es esto?

- ¿Con arreglarnos quieres decir que volvamos a estar juntos? No sé si te acuerdas que en este mismo pasillo me llevaste al baño y me hiciste tuya para después dejarme sola como una cualquiera.

- Perdón, perdón, perdón - susurró él - yo sé que nunca pediré perdón lo suficiente. Pero no te besé por nada de esto y no es que quiera arreglarme contigo a la fuerza... apenas me dolió verte como estabas, me dolió lo mucho que te extraño, me dolió haberte alejado de mí. Alejarte de mí fue lo más estúpido y al mismo tiempo lo más sensato que hice en mi vida.

Alfonso respiró un par de veces antes de seguir hablando. La tomó de las manos, todavía prendiendo sus ojos a los de ella.

- Anahí, yo... yo te amo. Tú eres mi equilibrio, fuiste la persona que más me hizo feliz en esta vida y después de ti solo he sido feliz a la mitad. Y por miedo de este querer y de este amor sin medidas, nos alejé, te lastimé y cuando tuve la oportunidad de rescatarte y traerte de vuelta a mi lado, dejé que mis celos y mi orgullo y también mi miedo fuera más fuerte de lo que siento por ti. Pero no ha pasado un solo día en el que no te haya pensado, no ha pasado un día en que no haya querido llamarte y saber de ti, verte, besarte, amarte. He tratado de respetarte, sé que no fue fácil lo que sufriste por mí y que has tomado tus decisiones y seguido con tu vida como debe ser y no quería ser yo el que ya volviera destrozando todo en tu vida como la primera vez. Sé que fui para ti como un huracán, no quería, no quiero hacerlo de nuevo. Pero lo que yo no entiendo es ¿Por qué con él? ¿Por qué te hiciste esto? Lo que más me duele es verte perderte de ti misma día a día.

- No puedo hablar de esto. Hoy no, todavía no - dijo ella en un tono de súplica - entiende que para mí es difícil revivir todo lo que vivimos y lo que no vivimos. Más difícil es oír tus palabras y oír mi corazón pidiendo a gritos que te haga caso, que te comprenda, que te perdone, que me entregue a ti. Pero yo estaba allá, Alfonso, con el corazón roto y el alma vacío. Estuve hecho un nada por ti. No es que no te perdone, es que no sé si pueda borrar este terrible recuerdo del dolor. Es que no sé si creer en más este encuentro que la vida nos ha dado a los dos, porque las otras veces, solo acabaron en lágrimas para mí, en más dolor.

- Por favor - suplicó él, sin saber porque le pedía por favor precisamente.

- Lo mejor es que me vaya - dijo ella - fue suficiente para una noche, ya no puedo - se secó más algunas lágrimas.

- No, por favor. Por favor - siguió él - todavía tenemos mucho por hablar, por favor.

- Por favor, Poncho - también le suplicó ella - necesito respirar, necesito calmarme, necesito pensar.

- Pero ¿y entonces? ¿es esto? ¿No se acaba la plática, nos vamos a nuestra casa, hacemos como si nada hubiera pasado y mañana nos vemos en el ensayo como los extraños que fuimos hoy por la mañana? ¿Para qué sirvió que empezáramos con esto, entonces?

- ¿Has aprendido conmigo a ser así de impaciente? Si no lo ves, yo lo veo muy claro. Esta plática te abrió los ojos, te hizo ver tus propios errores detrás de los míos y pedirme perdón. Confesaste que me amas, Alfonso. Nunca había oído un te amo de tus labios, ni cuando éramos amigos. ¿no sientes como si tuvieras diez quilos menos al hablarme eso? - Alfonso no la contestó, apenas bajó el rostro al suelo, Anahí volvió a levantarlo, haciendo que la mirara - yo pensé una vez que componer y cantar mi dolor me quitaría el peso de encima, pero, aunque me hizo bien, no me curó. Pero siento como esta plática me va curando... nos va curando a los dos. Era lo único que debíamos haber hecho desde el primer momento: hablar.

- Cuando éramos solamente amigos hablábamos tanto, hablábamos sobre todo, ¿Qué fue lo que pasó? ¿en dónde nos perdimos?

- Me he preguntado esto casi todos los días - confesó ella - me pongo a pensar que tal vez no debía de haber sido nunca de otra manera, que siempre deberíamos de haber seguido amigos y apenas amigos.

(A&A) | Segundo Amor ✓®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora