Alfonso puso las manos en la lateral de su tanga y quiso desnudarla, pero Anahí no lo permitió. Le quitó las manos de encima y se volteó, tambaleando tantito por efecto del vino. De espaldas a él y mirándolo por encima de su hombro, empezó a bajarse la única pieza de ropa que le quedaba, despacio, meneándose las caderas.
Alfonso metió una mano adentro de su bóxer y se acarició el miembro admirando las nalgas, los muslos, todo el cuerpo perfecto de Anahí, esculpido a ejercicios y años de clases de baile.
- Ven - pidió ella, apoyándose con los codos en la mesa y arreglándose para él - siénteme. Siente lo que tengo de más caliente.
Se acercó a ella peligrosamente. Se mojó un dedo con saliva y lo llevó a su intimidad, acariciando despacio sus pliegues y su entrada húmeda. Gimieron los dos al mismo tiempo, Anahí se movió en contra de su dedo, borracha de las ganas de tenerlo, Alfonso vibró al sentir como el cuerpo de ella ansiaba por él. Miró alrededor, buscando su cartera y no tardó en encontrarla, sobre la mesita de centro. Corrió hacia ella, quitándole un condón de adentro y, tirando el empaque en algún lugar del suelo, vistió a su miembro y regresó a la entrada de ella, ahora acariciándola con su miembro.
- Poncho - suplicó ella - por favor...
Alfonso se movió en contra de ella, sintiendo como su miembro le invadía los adentros. Era tan malditamente apretada y caliente que palabras no llegarían para expresar el placer que sintió. Anahí se movió un poco, acomodando a Alfonso dentro de ella y poniéndose cómoda para empezar el meneo de caderas junto a él.
Alfonso la agarró de los hombros, empezando a moverse dentro de ella, sintiendo como cada vez tomaba más de él. Anahí se meneaba las caderas, gimiendo, sintiendo las arremetidas fuertes y profundas de él. Así siguieron entre gemidos, susurros y arremetidas hasta que se cansaron de estar de pie.
Anahí lo llevó al sofá, lo hizo sentarse y se sentó sobre él, dejando que la invadiera otra vez. Se apoyó en sus hombros y empezó a subir y bajar por su miembro con más velocidad. Alfonso la ayudaba con los movimientos, subiendo y bajando las caderas de ella con sus manos. ¡Qué caliente se sentía aquel contacto!
Se movían de manera casi desesperada, buscando el ápice de aquel encuentro de intimidades.
- Oh, Poncho... córrete conmigo - pidió ella.
Alfonso sintió como sus paredes le apretaban el miembro y se entregó al calor de ella, sintiendo como su miembro se estiraba por última vez antes de liberar el líquido de su gozo.
Cuando Anahí se despertó ya eran casi las cuatro de la mañana. Se dio cuenta que habían estado durmiendo en el sofá. Alfonso estaba sentado, con su cabeza tirada hacia atrás. El cuello le iba a doler cuando se despertara, pensaba Anahí. A ella también le dolía el cuerpo, especialmente su cuello. Había estado acostada sobre las piernas de Alfonso.
Se levantó y se estiró como pudo, se moría de sueño y todavía seguía tantito borracha. Se sentía un poco mareada y tenía dolor en la cabeza. Miró alrededor y encontró su blusa (faltando uno de los tirantes) y sus pantalones tirados a un lado, se rio bajito. Dios, ¿qué habían hecho?
- No hay nada de malo - comentó para ella misma - dos adultos, solteros. ¿Qué tiene de malo? Aparte... siempre como que tuvimos esta conexión y... pues... esas ganas, creo. Es apenas sexo, ¿verdad? - aseguró con ella misma - ¿estoy hablando conmigo misma? Estoy loca - constató.
Agarró su tanguita azul sobre la mesa y la miró de uno y otro lado para ver si sería saludable utilizarla, pero, la verdad, no le quedaba de otra, no había traído ninguna pieza de ropa, mucho menos pieza íntima. Pensó en ponerle a Alfonso más cómodo en el sofá o llevarlo a su cuarto, pero, aunque apenas habían tenido sexo y se conocían hace años, le daba pena que la viera así, desnuda. Quizás fuera exactamente porque se conocían ya hace muchos años y después de todo este tiempo, los dos habían simplemente tenido sexo, que le daba pena que la viera así. El punto es que lo dejó seguir dormido ahí y se dirigió al baño de visitas en el pasillo.
En el baño, encontró toallas limpias y jabones en el armario. También se encontró una camiseta blanca sin mangas que olía al perfume de Alfonso. Olía muy bien, pensaba ella, aspirándole el olor. Se bañó bajo el agua caliente, sin mojarse el pelo y salió nada más que 10 minutos después, solo necesitaba relajarse un poco. Vistió su tanguita y la blusa de Alfonso, porque era lo único que había de ropa por allá, decidió no poner ningún perfume, pues el suyo todavía se sentía muy bien en su piel. Liberó su pelo de la cola que había hecho para bañarse y cuando empezaba a peinarlos, sintió como le abrazaban por detrás con aquellos brazos fuertes y el perfume que le encantaba le invadió hasta los huesos.
- Poncho - susurró ella.
Él la miró en el espejo y sonrió.
- Te ves muy hermosa con mi blusa...
- Gracias - dijo, sonrojada - oye... ¿Qué hicimos?
- Lo que teníamos ganas. ¿o es que te arrepientes? ¿te acuerdas de todo, verdad? - preguntó para estar seguro de que no andaba tan borracha como para no saber qué estaba haciendo.
- No, no me arrepiento - dijo ella - y, sí, me acuerdo de todo - la última palabra le salió pausadamente.
- ¿De todo? - preguntó él, con una sonrisa pícara en los ojos.
- De todo - ella le devolvió la sonrisa.
- Me duele todo - le contó él - quedarnos dormidos en el sofá no fue la mejor opción. ¿Qué tal si nos vamos al cuarto?
- A mí me parece perfecto - dijo ella, dejando el cepillo sobre el lavabo y volteándose a verlo.
Los ojos de Anahí automáticamente se dirigieron a las partes más íntimas de Alfonso. Venía apenas en bóxer. Ella lo miró todavía sonrojada.
- ¿Qué? ¿Pensabas que venía desnudo? - preguntó él.
- Creo que cuando me desperté estabas desnudo - habló en tono de secreto - porque yo estaba desnuda - susurró - pero estaba oscuro y no vi nada, pues...
- Bueno... si quieres, regresamos a la situación inicial...
- ¿Qué? - preguntó ella, sonriendo, haciéndose la desentendida.
- Tú y yo... desnudos.
Aquella fue apenas la segunda vez que Anahí y Alfonso hicieron el amor, pero estaba muy lejos de que fuera la última.
Flashback Off
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(A&A) | Segundo Amor ✓®
RomanceAnahí y Alfonso se hicieron los tontos por muchos años, ocultando las ganas que tenían el uno del otro y esto había sido muy difícil para ellos. Pero más difícil fue lo que vino cuando decidieron por primera vez dejarse llevar y aprovechar lo que se...