~Capítulo 7~

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Había llegado más temprano de lo normal al instituto.

No aguantaba la situación en mi casa, mis padres tenían el día libre y a la hora del desayuno lo único que hicieron fue gritar. Así que inventé una buena excusa para irme caminando.

Me senté en una mesa del jardín de la entrada y saqué algunos libros y cuadernos.

Había estado muy mal la tardé anterior. No tenía cabeza para nada, y por ende no había terminado los deberes.

Estaba terminando una redacción de literatura, cuando alguien se sienta frente a mí. Ni siquiera tuve que subir la vista para saber de quién se trataba.

Me quedé callada y seguí con lo mío.

-Hola Vanessa- saludó Emma.

La miré por unos segundos. No tenía nada contra ella, pero no quería hablar con nadie. La estúpida pelea de Alonso me había afectado más de lo que hubiese querido. Después volví a fijar mi vista en los deberes.

-Vanessa, ¿exactamente qué es lo que te molesta?

Solté mi bolígrafo que bailaba sobre la hoja en blanco y me frote las sienes.

Tragué saliva con dificultad.

-No lo sé. Es decir, no sé cómo Alonso pudo hacer eso... simplemente.. no sé cómo pude relacionarme con una persona así.

Emma soltó un suspiro.

-Mira Vanessa, la realidad es que Alonso es así. Él se mete en problemas siempre y...

-Pareciera no afectarte su carácter- la interrumpí.

-No es eso. Sí que me molesta, pero he aprendido a lidiar con eso. Alonso es mi amigo, mi mejor amigo, se podría decir, desde hace mucho tiempo, desde niños. Y no voy a cambiar lo que es solo porque a mí no me guste su forma de ser. Tiene defectos, Vanessa, pero la verdad es que todos los tenemos. Él me acepta como soy y por tanto yo también.
Me quedé mirándola a los ojos.

-La verdad- continuó- él siempre será así. Hace mucho que no se metía una pelea y eso comenzaba a sonar bien, qué él decidiera escoger otro rumbo. Sin embargo, después de años de conocerlo sé qué no va a cambiar, y no me molesta que sea así, y Vanessa, si es tu amigo debes de quererlo así.

Me quedé mirando un punto fijo en el vacío.

Emma en cierto modo tenía razón, pero Alonso se había vuelto tan cercano a mí que aún no podía creerlo. Sabía qué siempre tenía problemas, pero nunca llegué a pensar que casi mataba a una persona, porque eso fue lo que vieron mis ojos.

Me estremecí de solo recordarlo.

Volví a fijar mi vista en el cuaderno y continué escribiendo, hasta que Vanessa me arrebató el bolígrafo.

-Vanessa, mírame- me dijo, y tuve que hacerlo- no lo tomes a mal, pero hace una o dos semanas solo te quejabas de su existencia y ahora resulta ser muy cercano a ti, ¿qué es lo que cambió? Él sigue siendo el mismo de siempre y de la noche a la mañana él te importa...

Dejó la frase en el aire.

Bajé la vista. A decir verdad, ni yo misma sabía porqué me afectaba tanto su modo de comportarse.

-Es que, ni yo misma lo sé- confesé- es decir, sí, estaba molesta con él desde que lo conocí, pero después se disculpó conmigo por haberme tratado mal y yo.... y bueno en ese momento creí que podríamos ser amigos, pero me molesta que se meta en problemas tan fuertes... me molesta y mucho- solté en un hilo de voz.

•Una Historia Como La Nuestra• PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora