Entré a casa con una gran sonrisa en el rostro que era imposible ocultar.
Todos lo habían notado, tanto mis padres como Sarah; pero yo sólo respondía algún "es que hoy fue un buen día" o cosas por el estilo.
Me tumbé en mi cama mirando el techo imaginando cualquier cosa.
Sentía que una carga bastante pesada había desaparecido. Me había frustrado por mucho tiempo el hecho de mi confusión con Alonso, pero ya sabía que desde el inicio no había más qué ocultar.
En ese momento mi teléfono sonó, provocando que mi mesita de noche vibrara al compás de éste.
Ni siquiera miré la pantalla, solamente respondí.
-¿Hola?
-Hola Vanessa- me estremecí al escuchar de quién se trataba.
Había pasado ya un buen tiempo desde que escuché su voz.
Pensé en colgar sin más pero ella ya había empezado a hablar tras mi notoria sorpresa.
-Vanessa, sé que no quieres hablar conmigo pero... sabes, necesito de una amiga...
-Anelly, creí que la última vez había dejado en claro que no quería volver a hablar contigo- dije con voz algo fría, pero a la vez triste al recordar todo.
Se hizo una larga pausa.
-Sí... puedo recordar todo. Me equivoqué Vanessa, fui una tonta y ahora sólo quisiera recuperar tu amistad- dijo casi en un murmullo.
Sentía que un sombrío ambiente se había instalado en mi habitación; sentía todo oscuro a pesar de que los rayos del sol aún traspasaban la fina tela de mis cortinas.
-No sé si eso sea posible- respondí con amargura.
Si creía que sólo con llamar y fingir interés íbamos a arreglar todo, estaba equivocada.
Normalmente yo no era una persona rencorosa, nunca podía vivir tranquila sabiendo que estaba enfadada con alguien; pero lo qué Anelly había hecho... bueno, iba más allá.
Desde luego no creo que alguna persona podría vivir tranquila de ese modo. Yo ya había aprendido a olvidar al menos un poco el tema los dos últimos meses.... pero esa llamada provocó que mi mente se sacudiera, como si de un momento a otro estuviera de nuevo en Portland.
Y la sensación ya no era como estar en mi hogar.
Anelly soltó un suspiro del otro lado de la línea.
-Lo sé. Sé qué ya no será posible.
-Es bueno que lo entiendas- le reproché.
-Bueno... sólo llamaba para saber cómo te iba. Tenía tiempo sin saber de ti.
Suspiré con amargura.
-Estoy mejor que nunca Anelly. Y la verdad, no tienes porqué volver a llamarme. Después de todo nuestra amistad se acabó- eso último me dolió tanto a mí como a ella. Podía sentir cómo se le escapaba un sollozo, y desde luego un nudo en mi garganta se había adueñado de mí.
Pero no me mostraría débil ni me retractaría.
-Eh... sí, lo siento...
-Adiós - interrumpí en un tono distante.
Colgué antes de que ella quisiera decirme algo más.
Miré a través de mi ventana.
La llamada me había afectado un poco.

ESTÁS LEYENDO
•Una Historia Como La Nuestra• PAUSADA
RandomCuando Vanessa se ve obligada a dejar su natal tierra de Portland, Oregón, un mundo de nuevos caminos comienzan a surgir. Ella no sabe lo que le espera en su nueva vida, lejos de su ciudad, de sus amigos y de su instituto; sin embargo debe a adaptar...