Me quedé sonriendo tontamente en medio de la ladera un buen rato.
Cuando el sonido del claxon de un auto sobre la calle me devolvió a la realidad, recorrí pesadamente el poco tramo que me separaba de mi casa.
Al entrar en mi villa, pude divisar mi casa a lo lejos pero me preocupó el hecho de ver estacionada una pequeña furgoneta blanca y roja....de paramédicos. Millones de pensamientos pasaron por mi cabeza. A ciencia cierta sea lo que fuere tendría que ver con mis padres. La sonrisa que hasta entonces tenía plantada en el rostro se borró de inmediato. No quería sacar conclusiones pero tampoco darme muchas esperanzas.
Caminé lentamente acercándome más a mi hogar. Coloqué la mano sobre el pomo de la puerta pero dudé un momento. Un escalofrío recorrió mi cuerpo totalmente sólo de pensar qué pasaba. Una parte de mí quería entrar y sacarse la duda lo antes posible, pero otra parte me decía que no era nada bueno. Y odiaba cuando mi mente no se ponía de acuerdo.
Después de una pequeña guerra conmigo misma, abrí la puerta y encontré el lugar extrañamente silencioso. Cerré la puerta tras de mí y encontré a mi padre y Sarah sentados en el sofá. Ambos preocupados. Qué hacía Sarah ahí era mi incógnita. Ella debía estar en la universidad aún.
-Eh....¿E-está todo bien?- titubeé.
Mi padre giró su rostro hacia mí y soltó un suspiro.
-No exactamente cariño...es tu madre. Ella, bueno, no lo sé, repentinamente se desmayó y llamé a la ambulancia...y a Sarah.
El miedo me recorrió completamente.
-Pero, ya está todo bien, ¿no?- pregunté en un tono más bajo del que hubiese querido.
Mi padre miró al vacío y está vez Sarah respondió.
-No...Vanessa, los pramédicos se están encargando de ella...pero, nos dijeron que estaba algo delicada.
Me senté en el sofá completamente afligida y confundida.
¿Y si mamá está mal?
¿Y si es algo malo?Negué con la cabeza. No podía estarlo. O al menos eso quería creer.
Un par de minutos más tarde salió un hombre de bata blanca del dormitorio de mis padres, donde supuse estaría mi madre recibiendo las atenciones necesarias.
Todos, como si estuviéramos coordinados para hacer ése movimiento, nos pusimos de pie, lo cual resultaba tonto puesto que estábamos en casa, no es un hospital.
-Bien...ya realizamos unos exámenes médicos. Ahora está más relajada pero debe descansar, si es posible tomarse el día mañana- anunció con expresión indiferente.
Me preguntaba cuántas veces había tenido que dar noticias de ese tipo.
-¿Entonces ya está todo bien?- pregunté.
-No hemos descartado ninguna posible causa. Fue un desmayo algo complicado. Tendremos que esperar a que estén los resultados, quizá en uno o dos días los llamaremos a este hospital - le tendió un papel a mi padre con la dirección- y ahí discutiremos sobre esto. Sin más, me retiro. Déjenla descansar. Ahora mismo le hemos administrado calmantes puesto que estaba algo alterada.
Asentimos con la cabeza y después se fueron él y un grupo más de chicos con el mismo uniforme.
-Bueno- rompí el silencio que se había hecho- iré a mi habitación.
Caminé lentamente escaleras arriba y me tumbé en mi cama bastante frustrada, y sobre todo preocupada. Deseaba más que nada que mi madre estuviera bien, que sólo se tratara de falta de sueño... O de azúcar.
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•Una Historia Como La Nuestra• PAUSADA
RandomCuando Vanessa se ve obligada a dejar su natal tierra de Portland, Oregón, un mundo de nuevos caminos comienzan a surgir. Ella no sabe lo que le espera en su nueva vida, lejos de su ciudad, de sus amigos y de su instituto; sin embargo debe a adaptar...