Una semana después, Emma, sus padres y sus hermanos estaban esperando en la sala del hospital.
-Mamá, Harry también viene. Vosotros me ponéis nerviosos y le he llamado porque es él, el único que me tranquiliza- dijo Emma.
-Mentira, es porque quieres estar con él- replicó Aroa con una sonrisa- se te nota.
Por suerte, Aroa se sentaba al lado de Emma, así que le pegó un tortazo en la cabeza.
-Mira, ahí viene tu novio- April se llevó otra torta por parte de Emma.
-Hola familia. ¿Ya sabes lo de…?- preguntó el bienvenido.
Todos negaron con la cabeza, nerviosos. Harry se sentó al otro lado de Emma, que estaba vacío. Ambos se dieron la mano y la apretaron fuertemente sin soltarlo. Después de 12 minutos, alguien llamó:
-Emma Smith Lawrence.
Todos se levantaron nerviosos. Emma temblaba violentamente, casi no podía andar de los nervios.
-Emma. Emma, mírame- la aludida miró los ojos verdes de Harry- tranquilízate. Te juro que lo que pase ahí dentro, entre nosotros no va a cambiar nada. Pase lo que pase.
Emma le siguió mirando y sonrió. Esta vez no iba a echarse para atrás. Se inclinó hacia la cara de Harry y le besó en los labios. Fue un beso cortito, pero intenso. Cuando el pico se terminó, ambos sonrieron y Harry la deseó buena suerte. El cantante no podía pasar, solo estaba permitida para familiares. Toda su familia vio la escena, pero no dijeron nada. Menos las gemelas, claro, que soltaron unos que otros grititos. Emma entró en una sala bastante grande. Sólo había una mesa con un ordenador, unas sillas enfrente de la mesa y una camilla en una esquina.
-Sentaros, por favor- como no había suficientes sillas para seis personas, April se sentó encima de su madre, Aroa de su padre y Justin en la única silla que quedaba. Emma prefirió quedarse de pie.
-Como vosotros sabéis, vamos a informarles de la enfermedad que padece Emma Smith- los padres de la chica se miraron, no sabían que era una ‘enfermedad’.
-Señor, me está asustando. ¿Es grave?- preguntó el padre de Emma.
Su voz temblaba. El doctor miró a toda la familia. Uno por uno, primero a las gemelas, luego a Justin, después a los padres y finalmente a Emma. Y mirando directamente a los ojos de Emma, dijo:
-Emma padece cáncer de riñón.
El aire se desvaneció, los nervios cesaron y las miradas se quedaron perdidas. De repente, el silencio se expandió por toda la sala. Unos gemidos interrumpieron el silencio. Su madre lloraba silenciosamente. A su padre no se le veía, pues tenía la cabeza cabizbaja. Aroa y Justin estaban abrazados, acariciándose y llorando. April estaba sentada en el suelo, con la mirada perdida. Y Emma estaba de pie, sin saber qué hacer. Finalmente, decidió salir por la sala, dio un portazo y salió corriendo por el pasillo del hospital. Oyó unos gritos que la llamaban, eran de Harry. Pero ella siguió corriendo, quería huir de la enfermedad que padecía, salir del cáncer. Quería ser libre y correr para siempre. Llegó a una sala vacía, era blanquísima. Emma fue hacia la esquina y se sentó con las rodillas a la altura de la cabeza. Empezó a llorar. Notó que alguien la abrazaba y la acariciaba el pelo. Estuvo así cinco minutos, hasta que Emma levantó la cabeza.
-Cáncer de riñón.
Una lágrima se cayó por la cara de Harry. Dos. Tres. Cuatro lágrimas. Después, brotaron muchas más. Emma abrazó a Harry.
-¿Hay cura?- su voz ya no era la misma. La preciosa y atractiva voz del cantante había cambiado. Era una voz temblorosa, llena de miedo.
-No lo sé- dijo ella.
-Te dije que lo que pasara ahí dentro, entre nosotros no cambiaba nada- respondió Harry- te quiero.
-Yo también te quiero- dijo sinceramente Emma.
Se miraron por unos minutos y la chica tomó la palabra de nuevo.
-Míralo por el lado positivo. Si no tuvieras la enfermedad, tú y yo no nos hubiéramos conocido. ~~~
Hayley no ha dirigido la palabra a Guiomar, Anna y Emma en una semana. El miércoles, Emma no sabía nada y cuando se enteró, suplicó a Hay que la hablara y que lo que había dicho era una completa mentira. Anna y Guiomar también la suplicaron para que la hablasen, pero Hayley no se lo perdonó. Durante la última semana, había estado en el recreo sola, en los intercambios sola, en el camino a casa sola… No había hablado con sus tres amigas en una semana, había hecho un récord. Pero para ella la resultó muy duro. Sabía que en ese momento Emma estaba en el hospital para informar a su familia las causas de los mareos y vómitos. Pero Hay estaba segura de que no la pasaba nada. Era un simple virus. Pero en el fondo de su corazón dudaba, así que cruzó los dedos.
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Es la peor semana que ha vivido en su vida. Hayley no la hablaba desde hace una semana, está ocultando a sus amigas de que esta liada con un policía de 26 años, Emma estaba en el hospital por lo de su enfermedad y… Pero principalmente temblaba porque en ese preciso momento, estaba haciendo el test del embarazo. La semana pasada se acostó con su novio y se rompió el condón. Fue la última vez que le vio.
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Había sido una semana muy dura, casi no hablaba con sus amigas. Sobre todo con Hayley. Guiomar estaba de muy mal humor toda la semana, no se sabe porqué. Emma estaba muy nerviosa y quería estar sola, por lo de su enfermedad. Hayley estaba enfadada y muy cabreada. Siempre estaba sola y muy desolada, y no la había dirigido la palabra en ningún momento. Y ella, bueno ella estaba encerrada en un mundo paralelo. No hablaba, apenas comía y no podía dormir. Tenía unas ojeras increíbles. Dentro de tres semanas se marchaba a Italia, debería aprovechar el tiempo con sus amigas, pasarlo bien y olvidar lo que hará en el futuro. Pero al parecer, todas estaban tristes y nadie hablaba una a la otra. Cuando se iba a tumbar en la cama, sonó el timbre. Seguro que era uno de los amigos de su padre, después de 30 segundos alguien abrió la puerta de su habitación.
-Anna, hai una visita- era su hermano pequeño. Quería decir ‘Anna, tienes una visita’, ellos siempre hablaban en italiano.
-Digli di venire- contestó la chica extrañada. ‘Dile que pase’. Alguien alto entró en la habitación. Y cerró la puerta delante de las narices de su hermano. Anna se quedó boquiabierta.
-Hola.
-Ho... Hola.
Liam se sentó en el borde de la cama.
-¿Qué haces aquí?- preguntó Anna sorprendida.
-¿Es que no te alegras de verme? Oye, que casi me comen las fans de la calle- se quejó Liam. Anna se echó a reír. A sido la primera risa desde la semana pasada.
-Sí, me alegro muchísimo.
-Menos mal que ha servido de algo visitarte hoy. Que el otro día no sirvió de nada- contestó el cantante.
-Lo siento muchísimo, de veras. Es que...- Anna formuló bien la respuesta- estaba un poco triste. Ya sabes, los altibajos que tiene una cualquier adolescente.
-Tú no eres una chica cualquiera- sonrió Liam- sé que estabas triste por algo muy importante. ¿Por qué no se lo cuentas a las demás? Harry me ha contado de que últimamente os habéis distanciado.
-¿Y él cómo lo sabe?
-Se lo ha contado Emma- respondió Liam- últimamente han estado muy juntos por lo de Emma...
-Espero que no la pase nada- comentó tristemente Anna
-Y yo, estoy muy preocupado. Emma es una buena chica- dijo el joven suspirando.
-Lo es- susurró Anna.
-Anna- de repente Liam obtuvo una voz sombría- dime lo que te pasa.
-Que dentro de tres semanas vuelvo a Italia.