-Esta chica lleva su estuche por todos los lados- comentó malhumorada Guiomar llevándose las manos a la cabeza.
-¿Todavía sigues con eso?- preguntó Hayley anonadada- estas obsesionada con Marii.
-Chicas, olvidadlo- interrumpió Emma la conversación, si no fuese por ella, acabarían peleándose.
-Tienes razón- contestó Hay dedicando una mirada asesina a la mayor de todas- por fin mañana es el día tan inesperado. Pensaba que no llegaría nunca- resopló.
Las tres sonrieron mientras llevaban libros en sus brazos.
-Por fin llegó el dulce día- apoyó Guiomar alegremente- ¡Amo Semana Santa!
-Pero si no crees en Dios- rió Emma- que aprovechada eres.
-Cuando llegue a mi casa me tocaré…- hizo una pausa la rubia- la barriga.
Hayley y Emma se rieron a carcajadas, sabían que no iba a decir eso.
-Por cierto, ¿Qué tal con tu profe Marquitos?- preguntó picarona Em.
-Seguro que bien- respondió Hay irónicamente.
-Pues sí, me va muy bien- dijo Guiomar un tanto orgullosa.
-Se nota, tus notas han subido bastante este año- animó la morena muy contenta.
-¿Y tú con las revisiones?- preguntó Guiomar refiriéndose a Em.
-Pues muy bien, he ido cada semana y me va bien- respondió ella alegre- espero que se acabe.
-Y yo.
Las tres estaban felices, por fin mañana verán a One Direction y a Belén. Caminaban directas a la casa de Guiomar ya que se iban a quedar a dormir allí y mañana ir directamente al aeropuerto.
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En cuanto sonó el timbre, todos los alumnos incluso el profesor se marcharon corriendo de la clase, por fin llegó la queridísima Semana Santa. En la clase sólo se encontraban dos chicas.
-Hey, ¿qué harás en la semana libre que tenemos?- preguntó la pelirroja levantándose de su sitio tranquilamente para dirigirse al de su amiga.
-Mis amigos de Inglaterra vendrán a visitarme- dijo Anna sintiéndose un poco culpable por no habérselo dicho antes- pero dentro de cuatro días.
-Ah…- Bambi se sintió apenada, quería pasar el puente con su única amiga.
-Te queda muy bien el nuevo look- cambió de tema Anna mientras caminaban en los pasillos.
-¿Tú crees?- preguntó ella dando vueltas- dicen que te pasa algo nuevo, se cambia de color de pelo. Así que decidí teñirme de rojo, por ti.
-Pues te queda como un guante- respondió Anna sonriente.
Ambas siguieron caminando el largo pasillo en silencio, hasta que Bambi se paró.
-Voy al baño un momento- dijo ella nerviosa- ya te adelanto.
Anna asintió y siguió caminando. Y al cruzar la esquina, se chocó con alguien y ambos se cayeron de culo.
-Ay, perdona. No te había visto- dijo una voz masculina ofreciéndo la mano.
-Perdóname tú a mí, si es que soy una patosa- dijo Anna incorporándose. Levantó la cabeza y vio a la persona que menos se esperaba.
