Emma entró a su casa. Lo único que quería hacer es dormir. Se sentía afligida, no tenía ganas a nada. Sus padres se asomaron al vestíbulo por el ruido de la puerta al cerrar. Cuando se dieron cuenta que era su hija, con la cara llena de lágrimas, se acercaron a ella y la abrazaron.
-Dos meses no serán nada, cariño- susurró su padre en el oído de su hija- ya verás.
Emma les sonrió débilmente y subió a su habitación a descansar. Caminó el pasillo que llega a su habitación. Cruzó la puerta entreabierta de la habitación de las gemelas. Sus hermanas, al verla, salieron del cuarto y abrazó a su hermana mayor.
-Por lo menos hablaréis por el skype- animó Aroa- ¿no?
-Sí- Emma las sonrió, como a sus padres y entró a su habitación.
Se sentó en la cama, con la espalda apoyada en la pared y abrazando a sus rodillas. Bajó la cabeza y comenzó a llorar silenciosamente. One Direction no era el único motivo que la hacía llorar, si no, la operación del lunes, el enfado con Guiomar y la despedida de su prima y Anna. Ahora mismo no le apetecía hacer nada, se quedó así varias horas hasta que el sueño la atrapó.
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Su amiga tenía razón. ¿Cómo iba a ser Marii? Ella y Belén no se conocen.
Pero es que está segurísima de que vio la otra parte de la foto. Salía Marii sonriendo, cree haberlo visto pero no sabe ni dónde ni cuándo. Pero por otra parte, quizá Emma tenía razón, será la envidia la que le esté comiendo la cabeza y crea que es ella.
Echará muchísimo de menos a sus locos chicos. No puede creer que hace tan sólo un mes eran sus ídolos, sólo unos cantantes que perseguían sus sueños. Y ahora, un mes después, eran sus mejores amigos. Desde luego, nada es imposible.
Guiomar se levantó de la cama en la que reposaba y se sentó en el suelo. Le dolía la espalda de estar tanto tiempo tumbada, así que cambió de postura.
Lo primero que vio al sentarse es su teléfono fijo que reposaba en la mesa de los deberes. ¿La llama? Debe pedirla perdón, por dudar de una tontería. Además el lunes es la operación y no quiere estar enfadada si pasa algo...
Coge el teléfono decidida y marca el número que se lo sabe de memoria. Pulsa los nueve números correctos y piensa antes de darle al botón de llamada. Decide que sí y da click al botón.
Bip. Bip. Bip. Al tercer bip, Guiomar cierra los ojos y cuelga. No, ella es la que tiene que pedir perdón. Emma la dijo envidiosa. No va a ablandarse, es ella la que tiene que disculparse. Tiró el teléfono al suelo y bajó al salón a ver una película.
Desde luego es su amiga que la tiene que pedir perdón.
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Llevaban dos horas en el avión, llegarían a Noruega dentro de nada. Zayn estaba sentado al lado de la ventanilla, escuchandoChange Your Life de Little Mix, la banda de su novia.
<Cambia, cambia tu vida, llévatela toda>
Ha sido un viaje muy cansado y triste. A nadie le apetecía hablar y cada uno iba por su bola. Louis era el que más le preocupaba, él era el que interrumpía cuando el ambiente era tenso, o cuando alguien estaba triste. Pero ahora estaba muy callado y ya no hacía las mismas bromas que antes.
<Vamos a permanecer juntos, sabemos que vamos a superar todo>
Se giró para atrás para verle. Louis estaba pensativo, mirando al vacío.