Era lo más hermoso que había escuchado en toda su vida. Estaba tan feliz que no pudo reaccionar. Su corazón latía a un millón por hora y su cuerpo temblaba. ¿Lo había dicho de verdad? Se limitó a mirarla con una sonrisa de oreja a oreja. Después, se dio cuenta de que Belén sostenía una maleta enorme de color azul decorada con flores. Niall arqueó una ceja y Belén se rió.
'Me voy con vosotros a Italia y después vuelvo'- signó ella después de la confesión- '¿no os importa, no?'
Niall no dijo nada y se limitó a mirarla. Primero miró su preciosa cabellera, a continuación sus ojos azulados como los suyos, después su nariz respingona y chiquitita y finalmente sus labios.
'Si os molesto no pasa nada'- hizo una larga pausa y al ver que Niall no decía nada continuó- 'ya... Ya me iba, perdóname. He sido un poco inesperada al decir eso' 'Lo... Lo siento Ni...'
Niall agarró sus suaves manos para que parara de signar. Rodeó sus caderas y la atrajo hacia sí. Ambos acercaron sus cabezas y las frentes se chocaron, manteniendo los labios a escasos centímetros. A continuación, Belén le sopló el flequillo de Niall, para poder ver sus hermosos ojos, lleno de expresividad. De repente, Niall se acordó de Hayley, que hace unos días también le sopló el flequillo. Los se sonrojaron y se separaron lentamente.
'¿Vamos?'- propuso Niall- 'se estarán preocupando por mí'
'Todavía no me has dicho si podré ir o no'- replicó Belén con una sonrisa, quería ver que dijera que sí.
'Por supuesto'- respondió Niall con una amplia sonrisa.
Niall cogió la maleta enorme de Belén y la llevó a rastras, mientras Belén miraba de reojo al chico que acababa de perdonar.
-¿Belén? ¡BELÉN!
Todos se sorprendieron de la recién llegada y se acercaron a ella corriendo. Hicieron muchas preguntas, pero la rubia se limitó a decir que viajarían con ellos. Aceptaron encantadísimos, sobre todo Niall.
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-Acaban de llegar a Italia- sentenció gravemente- mantente alerta.
-Sí, tranquila, todo saldrá bien- contestó la persona al otro lado del teléfono, mientras acariciaba su cabello con las manos para tranquilizarse.
-Eso espero- repuso Taylor malhumorada.
Hubo un momento de silencio. Una ligera brisa diurna hacía crujir los cristales de las ventanas y el fuego ardía con luz parpadeante en la chimenea de la casa de Taylor.
-Adiós- despidió y un segundo después colgó sin volver a mirar el móvil.
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Anna no podía respirar más, iba a explotar de alegría. ¡Por fin llegó el día que tanto esperaba! Hacía una hora que se habían visto y ahora estaban en un comedor lujoso de un hotel cerca del concierto que iban a dar en Sicilia. Afuera del hotel se podían escuchar gritos ensordecedores de las fans.
'¿Dónde vives?'- signó Belén lentamente, para que Anna la entendiera.
Anna señaló un piso muy alto en la ventana. Belén entendió que vivía allí.
-¿Cuántas personas vendrán al concierto de hoy?- preguntó Niall distraídamente. Estaba concentrado en la pizza que comía- es la mejor pizza que me he comido. Por Dios.
-35.000 personas. Niall, aquí hay personas ricas e importantes. Por favor, compórtate- dijo Louis serio cuando Niall cogió un trozo de pizza enorme e hizo tonterías con ella