Capítulo Ocho

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Will

Cuando aparco la moto frente a la discoteca me arrepiento de haberme ido del hotel, aunque sé que ha sido la mejor opción que tenía. Ni siquiera sé cómo he conseguido salir de esa habitación sin poner mis manos sobre su cuerpo. Cuando la tenía tan cerca lo único en lo que pensaba era en besarla.

Entro en la discoteca con el casco de la moto en el brazo y me dirijo a la zona privada de atrás, donde deberían estar Stev y Gina. No puedo creerme que Beth piense que estoy saliendo con ella, aunque eso me ha dado la idea de hacerle pensar que es verdad para que me deje acercarme a ella aunque sea como amigo sin otras intenciones. Seguro que termina por explotar e, inútilmente, intentará competir con Gina. Sólo me ha bastado un segundo para darme cuenta de que estaba celosa, así que tendré que usar eso en su contra. Si supiese que lo único que deseo es volver a tenerla a mi lado...

Entro en la sala de Logan sin llamar y le veo apoyado en su enorme escritorio con una bolsa de hielo cubriendo su nariz mientras habla con mi tío. Gina está sentada en uno de los sillones de cuero que hay al fondo. Ni siquiera se inmuta cuando cierro la puerta de un portazo.

Camino hacia Logan con una nueva furia interna, sin poder contener la rabia, y me paro frente a él con cara de pocos amigos. Él me mira de arriba abajo y tira la bolsa de hielo al suelo, claramente molesto, y sonrío por dentro. 

-Mira lo que me has hecho, estúpido niñato. ¿Crees que puedes hacer esto y luego irte de rositas? -me pregunta mientras da un paso hacia mí, poniéndose tan cerca que noto su asqueroso aliento sobre mi piel. 

Pero ninguno de los dos nos movemos. Él no me intimida lo más mínimo y tiene que darse cuenta de que no es buena idea retarme, sea quien sea.

-Podría hacer que te diesen una paliza ahora mismo, ¿sabes? Pero, para tu suerte, todavía necesito que cuides de mi hermana. -Sus ojos se dirigen hacia Gina por un segundo y los devuelve de nuevo hacia mí. Su voz es un susurro y no estoy seguro de si Stev está escuchando algo. -Además... -dice mientras se aparta al fin de mí-, tienes una amiga que me interesa. 

Logan se aparta de mí y camina hacia la enorme silla que hay detrás de la mesa. Noto la mirada de Stev sobre mí, pero no le miro. Lo único que intento es no abalanzarme sobre el gilipollas de Logan de nuevo. 

Cuando leí los labios a Beth esta noche pidiéndome ayuda no lo dude ni un momento, ni siquiera me importó que la persona que tenía encima fuese el mayor gilipollas de Las Vegas y jefe de mi tío. Él paga mis combates y nuestra estancia, como la de mis amigos, además de pagarme una pasta por cuidar a su hermana, pero le pegaré una paliza como intente algo más con mi chica. Bueno, Beth no es mi chica, pero se merece algo mejor que él. Se merece algo mejor que yo mismo, joder.

-¿Cómo se llama tu amiga? -me pregunta, apoyado contra el respaldo de la silla y sus manos apoyadas por encima del estómago.

-Tengo muchas amigas, pero paso de presentarte a ninguna. ¿Acaso no puedes ligar sin mi ayuda? -mis palabras solamente intentan molestarle y hacer que deje el tema.

Camino hasta el sofá donde se encuentra Gina y me acomodo, cerrando los ojos para que me ignoren. 

-¿Fue él quien te pegó? -escucho que pregunta mi tío, siempre tan lameculos.

-Increíble, ¿verdad? Lo cierto es que lo hizo bien, vino por la espalda como un jodido cobarde. Cuando me conseguí levantar ya se estaba yendo con esa zorra en la moto.

-¿Con qué zorra? -pregunta de nuevo mi tío, completamente perdido. -¿Will?

Cuando escucho mi nombre abro los ojos y le miro, aún con la cabeza apoyada cómodamente en el respaldo del sofá.

Anhelo IncontrolableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora