Capítulo Veintiséis

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El taxi para frente a las puertas del MGM Grand Arena, así que pago el trayecto al conductor y salgo temblorosa del coche. Tan solo hemos tardado diez minutos desde el hotel Mirage hasta aquí, pero durante todo el trayecto no ha dejado de sonarme el móvil. Ryan insiste sin parar, pero eso solo consigue que mi ansiedad crezca. Necesito ver a Will y olvidarme de todo lo que intenta separarnos, aunque no sé si él podrá ayudarme o su orgullo seguirá alejándole de mí.


Will

-¿Por qué estás nervioso? -me pregunta Gina desde el sofá blanco de la sala de boxeadores. 

Toda la sala es blanca, a excepción de la mesa y las sillas que hay a un lado, e intenta crear un sentimiento de paz totalmente confuso porque lo único que hace es crear más nerviosismo. La sala es pequeña y la hicieron exclusivamente para los boxeadores que saldrán al ring esa misma noche, así que aquí me encuentro ya con la ropa de combate y el cuerpo sudoroso por el calentamiento previo que siempre hay que hacer.

-No lo estoy.

-Mientes. ¿Beth no ha venido a verte? ¿Es eso?

Hago una mueca al escuchar su nombre e intento pensar en otra cosa. Verla junto a Ryan esta noche me ha pillado por sorpresa y no se me quita de la mente. Además, estaba jodidamente sexy y no ser yo el que puede disfrutar de ella me cabrea todavía más.

-¿Tu hermano sabe que te van más las tías? -suelto para cambiar de tema y devolverle el daño que intenta causarme.

-Mi hermano es imbécil, es imposible que lo sepa si sólo ve su propio ombligo. Pero no es algo que me preocupe. Sin embargo tú parece que vas a matar al otro boxeador en cuanto pises el ring. ¿Puedes parar un momento y tranquilizarte?

Dejo de caminar por toda la sala y me siento sobre la mesa que queda frente a Gina. Ella lleva un vestido demasiado corto que deja poco a la imaginación y me pregunto si ella realmente se siente cómoda con esa ropa o forma parte de lo que intenta que la gente piense de ella. 

-¿Vives con tu hermano?

-¿A qué viene eso?

-Tal vez intente tranquilizarme -contesto vencido por intentar esconder la verdad.

-En teoría, sí. Aunque realmente Logan pasa todas las noches en su discoteca y por la mañana está liándose con alguna tía, así que eso realmente contaría como que vivo sola. 

-¿Y tus padres?

-No lo sé.

No se me escapa el tono amargo de su voz y la forma en la que su mirada se desvía dolida hacia el suelo.

-¿No sabes dónde están tus padres?

-Mírame, Will. Míranos a mi hermano y a mí y dime si realmente te parece extraño. Nuestro estilo de vida es una mierda de la que unos padres no se sentirían orgullosos.

-Si te parece una mierda de vida, ¿por qué sigues aquí?

De nuevo un silencio incómodo se extiende entre nosotros y me arrepiento de haber sacado el tema. No quería que se sintiese mal por mi culpa.

-Lo siento, no hace falta que contestes. 

-Tranquilo, no pasa nada. Supongo que me he acostumbrado a esta vida. No tengo familia que me quiera a su lado, solamente a mi hermano. Tampoco tengo dinero para salir de aquí, así que no puedo elegir adónde ir.

Su explicación me hace ver que no somos tan distintos al fin y al cabo. Yo también sé lo que es depender de un único familiar al que te gustaría tener lejos.

Anhelo IncontrolableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora