Capítulo Catorce

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El roce de una mano acariciando mi cintura me despierta del maravilloso sueño que estaba teniendo

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El roce de una mano acariciando mi cintura me despierta del maravilloso sueño que estaba teniendo. Hacía tiempo que no dormía tan bien. Me siento totalmente descansada y feliz, por fin. Abro los ojos lentamente por culpa del sol que entra por la ventana directamente hacia mí y veo el sofá de la habitación de Will justo enfrente. Bajo la mirada hacia mi cintura y veo que es su mano la que está sobre mí, encendiendo cada poro de mi piel.

-Buenos días -susurra cerca de mi oído cuando me aprieta contra su pecho.

Separo las piernas de mi estómago y me doy la vuelta hacia él. Tiene los ojos entrecerrados e hinchados de tanto dormir y una sonrisa radiante.

-Buenos días -le contesto con la voz un poco ronca.

Cuando le devuelvo la sonrisa me vuelve a acercar a su pecho, colocando la barbilla sobre mi pelo, y me acaricia la espalda. Cierro los ojos para disfrutar del momento y siento que podría quedarme dormida entre sus brazos de nuevo.

-¿Qué hora es? -le pregunto arrastrando las palabras, decidiendo si quedarme dormida o no.

-Casi las cuatro de la tarde.

-¿En serio? Dios... -comienzo a pensar en la llamada de Charles y en el resto y consigo despertarme del todo-. ¿Sabes algo de los chicos? A lo mejor Scott me ha buscado o...

-No te preocupes, Scott sabía que te ibas a quedar conmigo.

Me aparto con desgana de su abrazo y me siento en la cama, con las piernas colgando del colchón. La cama se hunde por mi lado a causa del peso de Will cuando se acerca de nuevo a mí.

-¿Te preocupa algo?

-Sí... No... Bueno, supongo que no debería preocuparme nada.

-No, no debería. ¿Quieres darte una ducha?

Giro la cabeza hacia él y veo que me mira con una sonrisa pícara, dejando claro lo que quiere decir.

-Anoche dijimos que seríamos amigos -susurro, aunque mi voz delata que lo digo de forma casi mecánica.

Will se levanta de la cama y se quita los pantalones cortos delante de mí sin ninguna vergüenza, aunque mi cara debe de ser todo un poema. Por último se quita los boxers sin dejar de mirarme y se da la vuelta, caminando hacia el cuarto de baño. Por Dios, nunca dejaré de asombrarme al ver su enorme...

-Yo voy a ducharme -suelta de pronto-, te esperaré dentro por si cambias de opinión, amiga. -No se me escapa de largo la forma en la que pronuncia la palabra "amiga" como si quisiese remarcarlo.

Cuando entra en el baño me dejo caer sobre la cama con todo el cuerpo ardiendo de deseo y me pongo las manos en la cara. Tengo que ser más dura y dejar clara mi posición, pero también quiero ir ahí dentro y dejarme llevar.

Con ese pensamiento y, al escuchar el chorro de agua que a comenzado a caer en la ducha, me levanto de la cama con decisión, me quito la camiseta de Will y las bragas y entro al cuarto de baño con la ropa en la mano. Una vergüenza hacia mi cuerpo me inunda, pero decido no darle mucha importancia y seguir avanzando. La bañera en la que está Will no tiene cortina ni nada, así que al ver su cuerpo mojado me quedó inmóvil en el sitio, hipnotizada por ver como cae el agua sobre su piel y como se tensan sus músculos con cada movimiento.

Anhelo IncontrolableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora