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   Llegué temprano a la clase de química, algo no muy normal en mí.
Pero tenía que verla.
   Era la primera clase del día y venía realmente cansado pero eso no era algo que ocupaba un lugar en mi lista de prioridades en realidad.
   Miré el asiento vacío junto a mí mientras el maestro comenzaba la clase. Ella nunca llegaba tarde.
   Mis pies no se quedaron quietos en toda la hora, era algo que hacía involuntariamente cuando algo me daba vueltas a la cabeza. Miré por la ventana los árboles amontonados cerca de las jardineras, me mordí la lengua.
—Hey— dijo Alessia, la chica que se sentaba en la mesa de enfrente —¿No has sabido de Kate?
   Negué con la cabeza.
—¿Y tú?— pregunté esperando una respuesta positiva.
—No— murmuró —Se ha de haber quedado en casa, seguramente se escapó.
—¿Cómo puedes saber eso?
—Soy su vecina— explicó ladeando la cabeza —Tal vez solo necesita un tiempo, con eso de que tiene a su abuela viviendo ahí hasta yo me iría un rato.
—Alessia, Sam— dijo el profesor Harper —¿Algo que quieran compartir con la clase?
   Alessia se volteó y le dirigió al profesor una sonrisa forzada.
—No, profesor.
   Continuó la clase en silencio, solo que mi mente no estaba tan silenciosa que digamos.
   «¿Se habrá escapado?» pensé, aunque lo dudaba un poco. Sabía que era capaz, pero dudaba que lo hubiera hecho sin antes avisarle a alguien...

—¡Lila!— troté hacia ella mientras Liam le daba un beso en la frente antes de saludarme, luego de eso se alejó hacia su casillero.
—Oye, ¿no viste a Kate en química?— preguntó cerrando su casillero.
—No, creí que tú sabrías de ella.
—No, la última vez que supe de ella fue anoche— dijo encogiéndose de hombros —Esa chica me preocupa, tal vez ella se escapó de su abuela, seguramente sigue en su edificio mientras que la señora cree que está en el colegio; no es la primera vez que lo hace.
—¿En serio?— pregunté confundido.
—No la culpo, hasta yo lo haría, créeme.
—¿Tan mala es su abuela?
—A ella nunca le importó Kate o su madre— la seguí mientras caminaba lentamente explicándome —Deberías ir con ella.
—¿De qué hablas?— metí las manos en los bolsillos y la detuve antes de que entrara a su siguiente clase.
—Sí, después de clases. Ella normalmente está en el tejado, creo que un poco de compañía le vendría bien.
—No vas a ir, ¿cierto?
—Formaría un mal tercio— dijo guiñando un ojo —Además, no quiero arruinar una tarde romántica...
   Arqueé las cejas como diciendo, "¿en serio?", pero a Lila nadie la engañaba. Se despidió de mí antes de entrara a su clase y yo no tuve de otra que hacer lo mismo.

—¡Hazlo!— dijo Lila a través del teléfono —¡O voy yo misma y te llevo a rastras!
Estaba frente al edificio de Kate, parado frente a la puerta.
—No sé— dije con una mueca —Capaz y ella quiere estar sola.
—Escucha, se va a volver loca si se queda sola el resto del día ahí— me aseguró y me la imaginé frunciendo el ceño.
—Agh... ok.
–¡Genial! Luego me cuentas cómo te fue. ¡Chao!
—¡Espera!— colgó antes de que pudiera preguntarle siquiera si debía hacer algo más.
«Eso solo Kate» pensé «¿Qué podría salir mal?»

Subí las escaleras de incendios y me despedí de Alessia quien cerró su ventana para borrar cualquier huella de su complicidad con Lila. Lo habían planeado todo desde la mañana y yo ni en cuenta.
Lo único que iluminaba el tejado eran las luces de los edificios y el tráfico que se encontraba abajo, con mi torpeza, probablemente Kate me encontraría primero a mí que yo a ella.
Aunque no fue así; estaba sentada en el borde con las piernas colgando del edificio, tenía el cabello alborotado y una chaqueta negra sobre los hombros, veía a la nada con una mirada vacía.
—No estoy de humor, Alessia— murmuró con voz rota al acercarme.
—Que ni se te ocurra tirarte— le advertí alzando la voz —Sería deprimente no tener a alguien a quien molestar en las noches.
Ella no volteó a verme, pero sabía que estaba sonriendo.
—¿Me crees capaz?— traduje su pregunta en mi cabeza: "¿Para qué suicidarme si de todas formas voy a morir?" Alejé ese pensamiento de mi mente.
—En realidad no, pero eres la clase de persona que tiene sus propias reglas así que, quién sabe— me paré detrás de ella, Kate seguía dándome la espalda. El viento le agotaba el cabello y hacía que me dieran escalofríos repentinos.
—Entonces me conoces bien— declaró dándole vueltas al anillo dorado entre sus dedos
—Pero tú a mí no del todo— comenté metiendo las manos en los bolsillos, hacía bastante frío y podía ver que Kate estaba temblando debajo de la chaqueta.
—Eso crees.
—Bueno, por haberme abandonado con el profesor Harper no te diré lo que con tantas ansias quería decirte en la mañana.
—Entonces seguirá siendo un misterio para todos.
—No lo creo— miré el cielo, «Hazlo, hazlo» la voz de Lila resonaba en mi cerebro, incitándome a seguir hablando—Se lo diré a todos menos a ti.
—¿Tanto así?
—No, se lo diré a todo el mundo.
—¿En serio? Hazlo entonces, quiero ver que lo hagas— sonaba retadora, incluso un poco curiosa.
—Ok.
Me senté junto a ella hasta llegar a su oído y murmurar:
—Te amo.
Eso la hizo voltear buscando mis ojos.
—¿Por qué susurras?— preguntó.
—Porque tú eres todo mi mundo.
Se ruborizó, esbozando una sonrisa y evitando no reír mientras miraba el suelo.
—Sam...— se mordió el labio inferior, un hábito que siempre veía en ella cuando se ponía nerviosa.
Le acaricié la mejilla y con los dedos alcé su barbilla para poder mirarla a los ojos. Estaban rojos de tanto llorar, por la falta de luz su rostro estaba envuelto en sombras pero no pude evitar pensar que seguía viéndose bonita a pesar de que no la veía del todo.
No dijo nada, solo se acurrucó en mi hombro temblando inevitablemente de frío, la abracé, y no pude evitar sonreír.
Después de media hora de silencio, ella murmuró algo débilmente.
—Mañana es el funeral.
—¿Y... vas a ir?— pregunté.
—No estoy segura— admitió. Cerró los ojos con fuerza y una lágrima resbaló por su mejilla.
—Hey— con el pulgar aparté la lágrima y la hice alzar la vista —Todo va a ir bien.
Ella solo me miró, sus ojos oscuros me recordaban a dos pequeñas piedras negras, redondas y perfectas.
—Te lo prometo— murmuré abrazándola más fuerte.
"No puedes prometer algo que no depende de ti" me había dicho mi madre hace ya mucho tiempo.
Y yo había hecho una promesa.

Time to let goDonde viven las historias. Descúbrelo ahora