Finales

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Es ley que todo lo vivido, comience y  acabe. Los finales están predestinados a ser, a existir y llegan como el invierno, helando lo que queda vivo. 

El amor cuando llega es aire puro, es querer vivir y comenzar a hacerlo, pero comenzamos a vivir por alguien y con alguien. Pero cuando esa persona a la que tanto amamos se va, ¿Cómo hacemos para respirar? ¿Cómo hacemos para levantarnos sonrientes? 

Nacemos para conocer a alguien con quien viviremos parte de nuestra vida, para ser parte de la vida de alguien y para que esa persona sea parte de nuestra vida. Pero ¿Si nos olvidamos de vivir por nosotros mismos? A tal punto que vivimos la vida del otro, estando tan enamorado que nos convertimos en la sombra de nuestro amor. 

A veces está bien que las cosas terminen, pero este si que no es el caso, hoy no. Duele que tanto amor quede en el olvido, que sea un final triste. Duele ver tanto perdido, tanto tirado a la basura, ver como poco a poco moría este amor. 

Nuestro amor tenía grietas, quizás, las mismas que hoy tienen nuestras almas. Estamos rotos, porque nos complementábamos, nos completamos, nos construimos juntos; tú eras yo y yo era tú.
No eramos perfectos por separados, eramos desastrosos y tal vez no tomábamos buenas decisiones, no caminábamos derechos y por el camino correcto. Pero juntos eramos uno, perfectos a nuestra manera. No importaba que decidiéramos, si nos confundíamos, aún así estaríamos juntos. Caminar por un camino, el que fuese, lado a lado, juntos... Era nuestro camino, caminábamos distintos a los demás.

Pasamos muchos momentos juntos, buenos y malos, que nos marcaron más que el tiempo. Sin importar que pasara sabía que me refugiaba en este amor, eras mi escudo y te rompiste, te fuiste y dejaste que la soledad, la nostalgia y los recuerdos me rompieran el alma. 

No soy nada, no puedo vivir, mi vida es tuya y lo que queda de mí te lo llevaste junto a tus cosas, empacaste mi corazón roto y ya jamás querrás volverlo a armar. 

Soy lo que no se contó de la historia, que al poner un punto final quedó sin resolver. Estoy en pausa, mi vida se volvió suspenso y espero a que por la puerta vuelvas a entrar, sonriéndome y diciendo "Todo estará bien". 

Los finales son difíciles para esas personas a las que les gustan las historias, quizás no sea el final que ellos esperan, tal vez no es el típico final feliz con cual todos sueñan. 

Esta historia no tiene un final, porque yo decido ponerle puntos suspensivos, porque me gustan las historias con finales felices y tú, todavía, no me diste mi final feliz. 

Carta de despedidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora