¿Celos?

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Me gusta estar sola. Bueno, me gustaba...

Las relaciones traen problemas y acabas herida. Pero, no entiendo si le dije a Nathan que sí por compasión, porque me ha gustado desde que tengo memoria o porque estaba dolida.

Por Scott.

Al ver a Nathan frente a mí con aquel ramo de flores amarillas y una caja de chocolates Hershey's, mis favoritos, mi única y más fácil respuesta fue un resonante "Me encantaría" seguido por un beso que sentí que no acabaría jamás. ¿Me emocioné? Por supuesto, mi Nathan, mi lindo niño con el que compartí tantos momentos en el pasado y con el que compartiría mucho en el futuro, o al menos espero que así sea.

Esa noche, escuché los rugidos fuera de mi casa. No cualquier rugido, el rugido especial que tienen ellos... ya entienden. Me desesperé, los vecinos no podían enterarse, ni siquiera sé si fue buena idea hacerlos pasar a ambos a mi casa, lamentablemente, no tuve el valor de decirle a Scott que se quedara fuera mientras mi nuevo novio y yo entrabamos tomados de la mano descaradamente.

-¿Estás bien?- Pregunta Nathan a mi lado y me besa en la mejilla.

-Sí, perdona.- Me disculpo por mi distracción con los pensamientos que inundan mi cabeza.

Ambos estamos charlando recostados en mi cama. Observo a Nathan y me pregunto si nuestra relación va a durar como espero, si nos va a ir bien como pareja, y sobretodo, ¿Por qué me lo pidió? No sabía que su gusto por mí era tan fuerte.

-Eres tan bonita.- Me alaga sin dejar de mirar al techo y frunzo el ceño.

-¿Se lo dices al techo?- Me burlo y me mira.

-¿No es obvio?- Se ríe y de un movimiento se pone encima de mí, sosteniéndome los brazos sobre mi cabeza.

-Claro que lo es.

Empieza a besarme y lo único que se me viene a la cabeza es: ¿Cómo será tener relaciones con un hombre lobo?

Mis pensamientos me hacen reír.

-¿En qué estás pensando?- Enarca una ceja y sigue trazando besitos por todo mi cuello.

Su mano baja hasta mi cintura y empieza a tirar de mi blusa. Vuelvo a reír, esto es un poco incómodo. Estoy vestida con mi pijama de gatitos y la última vez que tuve uno de estos encuentros apasionantes, saben a lo que me refiero, fue como hace un año, la primera vez que pasó.

Fue espantoso, ni siquiera quiero recordarlo.

-No, Nathan.- Reacciono –Mis padres pueden llegar en cualquier momento.

Sin parar de besarme él responde rápidamente:

-No lo harán.

Suelto un suspiro y me levanto un poco hasta quedar sentada. Lo miro a los ojos y él sonríe. Me quito la blusa y lo atraigo hacia mí otra vez.

Cierro los ojos por la deliciosa sensación de sus labios sobre mi clavícula y entonces aparece él.

Scott besándome de una forma completamente diferente a esta, mirándome como si fuera la última chica en el mundo, tocándome con tal delicadeza con la que tocaría un cristal bastante costoso.

Dios mío.

Pero si eso fue hace tan sólo horas.

-¡No!- Grito entonces y me levanto de golpe.

Nathan me mira un poco asustado y me friego la cara.

-Nathan, yo...- Me quedo fría –No puedo, es que...

NIGHTFALL (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora