Regresó

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-Dea Luna, mi niña.- Susurra el mismo hombre con el que ya había soñado tiempo atrás –Cariño, ten cuidado.

No puedo ver nada, todo es muy obscuro.

-¡Dea Lu! ¡Cuidado!- Grita tan fuerte que mis piernas empiezan a temblar.

De pronto empiezo a tambalear y un agujero gigante se abre en el suelo, caigo hacia atrás sin poder evitarlo y el agujero se acerca a mí, no puedo sostenerme de ningún lado, sólo de la obscuridad.

¡No me dejes caer!- Le grito al hombre, sin embargo no sentí ninguna mano que me ayudara a levantarme.

Y entonces una horrible sensación de caer al vacío se aparece en todo mi ser y por un momento siento como si estuviera a punto de morir.

-Tal vez él no pueda cuidarte del todo porque no está aquí, pero yo lo estoy, Taylor.- Una voz totalmente familiar habla mientras me atrapa entre sus brazos, pero no puedo ver su rostro y tampoco reconocer su voz a pesar de que me es muy familiar.

Una risa muy fuerte y poderosa resuena entre la obscuridad y me tapo los oídos.

-Vas a ver que no la puedes cuidar de mí.

Es lo último que escucho antes de abrir los ojos, despertarme, y darme cuenta de que estoy en medio del bosque.

Me siento como si hubiera corrido un maratón, mis piernas se sienten lo suficientemente débiles como para siquiera caminar, mi corazón palpita con demasiada rapidez y cada segundo que pasa se me dificulta más respirar.

Un zumbido en mis oídos empieza a molestarme mucho y no lo soporto. Clavo mis uñas en la tierra y ni siquiera tengo fuerza para gritar pero no hay duda de que quiero hacerlo con todas mis fuerzas. De pronto el zumbido se va transformando en susurros y cada vez se aclaran más y más.

-Sabía que no te habías muerto, maldito mentiroso.- Gruñe Scott y me quedo paralizada por un momento.

Está hablando con Nathan.

Un par de lágrimas resbalan por mis mejillas mientras espero la respuesta de mi... ¿novio?

-Bueno, al menos valió la pena desaparecer –Se echa a reír –tengo un nuevo plan para mi novia, tengo una nueva manada, hermano.

Hago un esfuerzo gigante por ponerme de pie pero no lo logro. No es posible que esté tan débil.

-¡No te atrevas a llamarme así!- Salta Scott –además, nunca fuiste parte de la manada de mi padre, siempre fuiste un maldito hipócrita, un pobre desahuciado, ni siquiera sé por qué te he dejado vivir tanto tiempo.

Nathan regresó.

Más lágrimas salen disparadas de mis ojos y no puedo creer ni una sola palabra que ha pronunciado Scott.

-Sabes que lo que quiero hacer es para el bien de todos los lobos, para el bien de la humanidad, para el bien de Taylor.- La extraña voz ronca de Nathan no me cuadra, es decir, no parece él pero algo en mí sabe que sí lo es.

-¿Qué dices? ¡Maldición! Si quieres tu estúpida mortalidad, pues anda y pídela. ¡Estas demente!

-¿Pedirla sólo para mí?- Se burla Nathan –Eso sería muy egoísta, Scott.

-¿Por qué demonios quieres extinguir nuestra naturaleza? ¡Si no quieres ser lobo, no lo seas! Enamórala y pídele la mortalidad.- Insiste entre dientes y me muerdo el labio con fuerza, porque sin saber una razón, cada palabra de su conversación está rompiendo algo dentro de mí.

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⏰ Última actualización: Nov 28, 2016 ⏰

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NIGHTFALL (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora