Inevitable e Irresistible

89 12 0
                                    

Han pasado dos semanas y mi preocupación ha aumentado cada minuto que pasa. Desde aquella noche del ataque de los "cazadores", no he vuelto a hablar con Scott. Me he intentado acercar, hablarle, pedirle disculpas por echarlo así de casa, pero él me ignora y me evita por doquier. Hace un par de días finalmente dejé de intentar. Además, las esperanzas de que mi novio realmente este desaparecido y aparezca en cualquier momento, se va desvaneciendo poco a poco.

-¡Taylor!- Thalía me saca de mis pensamientos. –Ian pasa por nosotras en diez minutos ¿me escuchaste?

-Eh sí, yo...

-No –Pone los ojos en blanco –No me escuchaste.

Me miro en el espejo una vez más. El vestido negro amolda perfectamente mi figura, el collar de diamantes que llevo en el cuello decora mi imagen de una forma increíble al igual que los pendientes y ni hablar de los hermosos tacones que me compró mi madre para esta ocasión.

-¿Mi maquillaje está muy exagerado?- Pregunto haciendo una mueca.

-¡Dios! ¿Cómo puedo hacerte entender que te ves demasiado hermosa?- Grita mi mejor amiga mientras me toma de ambos hombros para que me aparte del espejo.

-¿Acaso no te ves a ti? No soy nada si me comparara contigo.- Indico y se sonroja.

-Ya silencio, hay que bajar.- Se ríe.

Hoy iremos a una fiesta de música clásica; suena aburrido lo sé. Pero es muy bonito según he escuchado, es la primera vez que voy a algo así. Mi madre dice que a ese tipo de fiestas se debe ir muy elegante y acompañada siempre por alguien, casi siempre por tu pareja, pero como yo no tengo, invité a mis dos mejores amigos.

-¡Princesas! Ian llegó.- Mi madre sale gritando por la cocina, limpiándose las manos mojadas con una toalla.

-Si mamá, ya oímos la bocina de su auto.- Comento mientras bajamos las escaleras.

-¡Taylor no olvides llevar un abrigo!- Escucho gritar a mi padre desde su habitación pero finjo que no lo escucho, le planto un beso en la mejilla a mi mamá y salgo con Thalía detrás de mí.

Nos subimos al auto y empezamos a hablar hasta llegar al lugar. Con ellos mi vida es mucho más sencilla, más divertida, menos preocupante.

Al llegar, lo primero en lo que nos fijamos es en el lujo del lugar. Es maravilloso. Estacionamos el auto y bajamos; hay una larga alfombra roja en todo el pasillo del edificio, Ian y Thalía comentan los hermosos vestidos que llevan puesto las chicas y lo caros que se ven los trajes de los hombres.

-Es como otro mundo ¿no?- Suelto una risa y luego ellos también.

Cuando entramos en el salón, absolutamente todo era blanco y dorado. La música era tan relajante y hermosa, tan romántica que si volteabas a ver a la pista de baile, habían sólo parejas abrazadas meneándose al ritmo de la música. Los demás estaban tomando vino en sus respectivas mesas de vidrio, charlado, riendo, pasándola bien y viendo a la sinfonía tocar.

-¿Una copa de vino?- Se acerca un hombre de traje con una bandeja en la palma de su mano.

-Por supuesto.- Accedo y tomo una de las copas al igual que Thalía e Ian.

Nos acercamos a una mesa que se encuentra vacía y nos sentamos. Seguimos charlando y riendo sin parar, tomando una copa de vino tras otra y deleitándonos con el hermoso sonido que cada instrumento hace.

-¿Alguna de las dos desea bailar conmigo?- Pregunta Ian poniéndose de pie y extendiendo la mano.

-¡Yo!- Decimos Thalía y yo al mismo tiempo y empezamos a reír.

NIGHTFALL (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora