Capítulo 7: El Libro

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Frank:

No logré dormir nada, no podía dejar de pensar en Alex, en lo enojado que estaba por querer matar a Lele, en su rostro gritándome, en sus manos apretadas conteniendo la rabia, no me había dirigido la palabra en todo el día, sólo me ignoraba, me sentía terrible, me pregunto de dónde habrá salido ese maldito cofre y quién habrá escrito el libro, no estaba firmado y no tenía título, sólo decía "Acaba con ella". Mil cosas giraban en torno a mi cabeza cuando de pronto escuché una voz.

-Ven Frank... -No reconocía la voz, pero sentía que venía desde afuera- Ven...

Rompí un bloqué de la entrada rogando que el sonido no despertara a nadie, noté que ya estaba amaneciendo, salí y traté de escuchar de nuevo.

-Ven aquí...

Bloques de piedra y vallas comenzaron a levitar y se unieron formando un pozo vacío frente a mis ojos, me acerqué y miré el fondo de éste, quizás me estaba volviendo loco pero hubiese jurado haber visto dos pequeñas luces blancas hundirse hasta desaparecer en lo que parecía ser un túnel oscuro, como ojos. Me subí al pozo y me lancé con cuidado, era una caída corta, me levanté y me sacudí. Caminé un poco y vi un cofre rojo nuevamente, me acerqué a él y lo abrí, tenía una armadura de diamantes completa, la saqué y volví a mirar el fondo del cofre y había un libro, este decía "Si lo quieres, protege a tu chico", no sé quién o qué está dejando los cofres rojos pero esto me está dando mal rollo, tomé todo y salí. Una vez afuera me volteé a mirar el pozo pero ya había desaparecido, me quedé mirando el lugar un segundo y luego volví a donde estaban los demás. Entré y vi que todos estaban tomando sus cosas, me acerqué a Alex, él me seguía ignorando pero ya no se veía tan enojado, me puse a un lado de él y le ofrecí la armadura.

-¿De dónde sacaste eso? -Preguntó algo sorprendido.

-Lo encontré por ahí -Respondí con simpleza, sabía que no me creería.

-¿Pero dónde?

-No me vas a creer.

-Dime -Ordenó serio.

-Escuché una voz que me llamaba, salí de aquí y se formó un pozo, adentro había un cofre con esto y un libro que decía "Si lo quieres, protege a tu chico" y eso estoy intentando así que ten.

-No me la des a mí, dáselo a Lele o a Willy, o quédatela pero no la puedo recibir.

-Por favor Alex, tengo un mal presentimiento, úsala -Rogué.

Se mantuvo un momento en silencio, pensando, luego suspiró.

-Sólo las botas ¿De acuerdo? Lo otro dáselo a alguien más.

-Está bien... -Sonreí. Le di las botas a Alex, la pechera a Lele y los pantalones traté de dárselos a Willy o a Vegetta pero ellos insistieron en que me los quedara.

Volvimos a caminar un poco, llegamos a un prado muy bonito que tenía cerca un pequeño lago y había muchos animales cerca, Willy tuvo la idea de hacer una casa y cada vez que anochezca volver ahí para no llenar todo Minecraft de chozas de tierra, todos concluyeron que era buena idea, Alex y yo traíamos y procesábamos madera, Willy y Vegetta construían la casa y Lele se encargó de hacer un huerto con los pocos cultivos que tenía, un corral para animales y de juntar suficientes materiales como para hacer cinco camas.

Una vez comenzaba a anochecer, todos pusimos nuestras camas en alguna parte de la casa y nos dormimos rápidamente. Cuando se hizo de día, nos despertamos todos excepto Willy y Vegetta que estaban muy cansados.

-Tengo que volver al pueblo -Avisó Lele-, con todo este movimiento me olvidé de tomar cultivos.

-Yo te acompaño -Ofreció Alex.

-Te lo agradezco –Aceptó mientras salía a por comida.

-¿Y por qué no va mejor Willy? -Dije cuando ella ya estaba fuera de la casa.

-Porque como Vegetta y yo somos los que pelean, vosotros os quedáis con él y yo voy con Lele, además Vegetta es mucho más fuerte que yo, os va a poder cuidar bien, y así Willy se queda con su novio.

Reí- ¿Crees en Wigetta?

-Wigetta es real –Dijo tomando sus cosas-, Vegetta me lo dijo.

-¿¡Enserio!? -Exclamé sorprendido.

-Sí, ayer por la mañana, él me dijo que no se iba a levantar a menos que Willy le diera un beso y ahí me dijo todo.

-Vaya... no me lo esperaba.

-Yo tampoco, pero, al fin y al cabo, son como nosotros.

-Es verdad -Sonreí- ¿Ya no estás enojado?

-Sólo no ataques a los del grupo ¿Sí?

-Ya te dije que no fui yo -Intenté decir. Alex me miró extrañado, sólo bufé- Lo lamento.

-Ya pasó, te perdono –Se acercó a mí-, no puedo estar mucho tiempo enojado contigo.

-Pero si estuviste enojado todo el día.

-Los días en Minecraft no duran mucho, sólo fue un momento y perdón por eso.

-No importa, sabes que te amo –Me empecé a acercar para besarlo.

-¿Eso crees? -Dijo con una sonrisa coqueta.

-Por supuesto que s... -Ambos oímos la puerta abrirse de pronto.

-¿Estás listo Alex? -Dijo Lele.

-¿Qué? –Dijo alejándose de mí rápidamente.

-¿Que si ya estás listo?

-Sí, sí... sólo... déjame buscar mi espada –Buscó un poco en el cofre y la sacó- Vamos –Comenzaron a salir.

-Adiós Alex –Alcancé a decir antes de que se fuera. Él no respondió pero volteó sonriente y me guiñó un ojo antes de cerrar la puerta.

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