Frank:
Han pasado varios días desde que los chicos se fueron, suponemos que ya estarán de vuelta, pero aprovechando que no están, Alex y yo podíamos ser más cariñosos, lo que me gustaba mucho.
-Alex -Llamé
-¿Qué?
-Yo... quería preguntarte algo...
-¿Qué pasó Franki? –Eso me puso un poco nervioso.
-Tú... ¿A ti te... te gustaría...? –Alex me besó de la nada.
-Tranquilo... ¿Por qué estás tan nervioso?
-Alex, bésame de nuevo... -Ordené, él me obedeció. Me volvió a besar introduciendo su lengua en mi boca, sus besos en algunas ocasiones lograban tranquilizarme casi instantáneamente, era algo mágico.
-¿Mejor? -Preguntó al separarse.
-Sí... gracias pequeño.
-Ignoraré el pequeño, ¿Qué me querías preguntar?
-¿Quieres ser mi novio?
-¿Enserio? –Asentí sonriendo- ¡Por supuesto que sí! –Exclamó abalanzándoseme encima y me besándome, lo rodeé por la cintura con mis brazos. Luego de varios mimos y caricias nos dormimos así, abrazados, con nuestras manos unidas, él descansando su cabeza sobre mi pecho, debe ser lo mejor del mundo, Alex era mi mundo.
-¿Qué habrán estado haciendo? –Dijo una voz a la mañana siguiente, despertándonos sobresaltados. Eran Willy y Vegetta viéndonos, ya volvieron.
-¡Los has despertado, Vegetta! –Dijo Willy, riendo travieso- Se veían muy tiernos como estaban.
-Sólo que ahora no se ven tan tiernos.
No había entendido lo que quiso decir Vegetta, hasta analicé nuestra posición al igual que Alex, yo estaba casi acostado con mis codos apoyados en la cama, Alex estaba frotando uno de sus ojos con el puño cual niño pequeño, su otra mano estaba apoyada en mi pecho y sus piernas a cada lado de mi cadera, básicamente estaba sentado sobre mí. Ambos terminamos de observarnos al mismo tiempo, Alex rápidamente trató de apartarse de encima de mí, pero lo detuve tomándolo por la cintura antes de que lo hiciera y me quedó viendo confuso.
-¡Déjame ir! -Exclamó aún removiéndose.
-No, quiero que te quedes conmigo.
-¿Estás tonto? Willy y Vegetta siguen aquí.
Giré mi cabeza hacia ellos, estaban sorprendido por mi actitud con Alex. Creo que la he cagado un poco, me olvidé que Willy shippea Staxxby, por favor que no grite.
-¡Staxxby! ¡Oh por dios, Staxxby es real! ¡Vegetta, te lo dije! -...Mierda...
Los tres nos quedamos viendo a Willy de manera extraña, a Alex y a mí no nos incomodó para nada el hecho de que gritara que Staxxby era real, ya que de verdad lo era, pero no le íbamos a dar la razón.
-No tío, relájate, Vegetta, contrólalo ya -Pidió Alex riendo.
-¡Willy, tranquilo! –Willy ya estaba corriendo por toda la casa gritando que Staxxby era real, reí un poco al verlo así.
-Chicos ¿Por qué gritan tan...? ¿Qué están haciendo...? –Dijo Lele al vernos cuando entró, ya que seguíamos en la misma posición, Alex se levantó rápidamente.
-¡Lele, Staxxby es real! -Le gritó Willy emocionado- ¡Se me olvidó cómo se respira! –Se agachó simulando falta de oxígeno.
-¡Willy, perdóname esta! –Gritó Vegetta, para luego golpearlo en la cabeza con una pala, haciendo que caiga al piso desmayado. Vegetta suspiró- Uff... vaya niño...
-¿Staxxby es real...? -Preguntó Lele, sonriendo levemente.
-No, Willy está loco, es todo -Dijo Alex.
-Bueno... si tu lo dices.
Alex:
Lele nos vio en una posición un tanto comprometedora, lo que me puso algo nervioso, que Willy y Vegetta nos vieran no nos molestaba tanto ya que siempre nos la pasábamos jugando con nuestros shipps y ya no nos molestaba mirarnos haciendo algo "raro", pero Lele no estaba acostumbrada a vernos así, creo que tanto para Frank como para mí fue igual de incomodo. Fui a decirle a Lele que Staxxby no era real y todo el tema, hasta que noté que en su brazo tenía un arañazo bastante feo, tomé rápidamente su brazo y visualicé mejor la herida.
-¿Qué pasó? –Pregunté serio.
-Nada... sólo... me rasgué el brazo con una rama.
-En Minecraft no hay ramas, no me mientas -Dije algo alterado.
-Es que...
-Dile la verdad Lele, Alex sabe cuando le están mintiendo –Dijo Vegetta mientras acariciaba la cabeza de su novio desmayado, el cual yacía ya en su cama tras ser cargado por él. Lele suspiró.
-Me di cuenta de que usar una espada es más difícil de lo que creí -Confesó-, Vegetta me estaba enseñando a usarla y, mientras practicábamos, se me salió de control.
-¡Vegetta! ¿¡Que cojones hacía ella con una espada!? ¡Tú tenías que cuidarla, no ella a ti?
-Yo no se lo pedí, ella me obligó a enseñarle.
-Sí... como tú estabas muy herido no podías ir a explorar, entonces te quedaste aquí con Frank, y Vegetta no nos podía proteger a ambos él solo así que quise ayudarlo.
-No debiste...
-Ya no importa, estoy bien -Intentó tranquilizarme.
-Alex, estate tranquilo ¿Vale? -Dijo Frank.
-Vale... -Finalicé esa conversación, aún con el ceño fruncido.
Salí de la casa y me dirigía a un bosque que había cerca para tranquilizarme un poco, pero luego de unos minutos vagando por el bosque encontré una bajada, una escalera de piedra que dirigía a la profundidad de la tierra. Comencé a bajar con cuidado cada uno de los resbalosos escalones de aquella misteriosa escalera, y cuando llegué al final, un pasillo de piedra que acababa en una puerta de madera se hizo ver. Caminé por ese pasillo iluminado por pequeñas antorchas ubicadas en fila, hasta que estuve enfrente de la puerta, la abrí despacio y entré con cautela. Cerré la puerta detrás de mí y comencé a caminar, había un cofre rojo en medio de la habitación. Recordé que Frank había mencionado algo acerca de cofres rojos anteriormente, ahora cobraba más sentido. Lo abrí, no había nada adentro pero se iluminó una línea de red stone que chocaba contra una pared y dos bloques desaparecieron abriendo paso así a una nueva habitación, el cofre desapareció en mis manos. Entré en aquella habitación, en una esquina vi un cuerpo tirado que no pertenecía al juego, era de fuera, como nosotros. Vestía formal, con una camisa blanca bajo una camisa negra sin mangas y de su cuello colgaban unos audífonos celestes.
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¿Desea insertar realidad? | STAXXBY
FanfictionUn grupo de amigos que usan un juego en común, un ser que quiere acabar con ellos. Sólo querían jugar pero ocurrieron muchas cosas más; conocieron gente, aprendieron más sobre sus amigos y pudieron darse el cariño que no habían podido darse en su mu...