Capítulo 16: Pues sí, es real

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Estuvimos conversando un rato entre los dos, llegaron los chicos con menas de distintos tipos de minerales, nos pusimos de acuerdo y quedamos en que a la mañana siguiente iríamos todos a buscar la manera de salir de aquí, así que preparamos todo para salir temprano y nos dormimos.

Desperté tranquilo, no tan adolorido como el día anterior. No había sido el primero en despertar, Lenay ya estaba despierta tomando alimentos y armas de los cofres.

-Buenos días Lenay –Saludé.

-Oh, good morning Alex –Sonrió- ¿Cómo te sientes?

-Mejor, gracias, la cara ya no me duele tanto como ayer.

-Esos arañazos son muy extraños, dice Frank que aparecieron de la nada.

-¿De la nada?

-Sí.

-Mm... -Me toqué la cara pensativo. Era como si a Frank se le borrara la memoria cada vez que Zitre lo poseía. Mientras pensaba, Lele se sentó frente a mí.

-¿Puedo? –Levantó su mano y apuntó las marcas de los dientes de Zitre, que para ellos eran arañazos misteriosos.

-Sí, sí.

Acercó un poco más su mano y comenzó a acariciar las heridas con la yema de sus dedos.

-¿Te duele?

-Sólo un poco.

Siguió moviendo su mano, rozando mi mejilla con sus dedos, la miré a los ojos y ella se sonrojó, lo cual me hizo sonreírle, nos quedamos un momento mirándonos, yo disfrutando de su tacto, hasta que escuchamos que alguien aclaraba su garganta a nuestro lado, miramos ambos para averiguar quién era, nos dimos cuenta de que los cuatro chicos ya estaban despiertos, Frank y Germán nos observaban atentos, Frank había sido el que había hecho sonar su garganta, Lele apartó rápidamente su mano, yo me apresuré a tomar la mano de Frank y sacarlo de la casa para llevarlo al bosque, al lugar de siempre. Él me miró algo intranquilo.

-¿Qué hacíais? –Preguntó.

-Lele estaba viendo mis heridas.

-¿Seguro?

-Seguro Frank.

-Vale, confío en ti, no me gustaría sorprenderlos de nuevo.

-Eso no sucederá, yo te amo mucho, ven, acércate.

Se acercó a mí, llevé mis manos a sus hombros y el posó sus manos en mi cintura, nuestros labios chocaron, encajando a la perfección. Frank comenzó a acariciar mi espalda apegándome más a su cuerpo, su lengua se adentró en mi boca de manera atrevida, me puso contra uno de los muchos árboles de aquel bosque e hizo que rodeara su cintura con mis piernas.

-Frank... no es el momento -Murmuré nervioso.

-Vamos pequeño, será rápido –Susurró contra mi cuello.

-Espera... ahora no podemos.

-¿Acaso no quieres, bebé...?

-Yo... -Intenté decir, pero una voz nos interrumpió.

-Frank, el violador del bosque –Dijo Germán burlón.

-¡Germán! –Exclamó asustado soltándome y volteándose hacia Germán- No... no estábamos... no es... nosotros...

-Frank tranquilo, Germán ya lo sabía -Le dije, intentando calmarlo.

-¿Qué?

-Descuida, no le diré a nadie, se lo prometí a Alex -Aseguró.

-¿Se puede confiar en ti? -Preguntó Frank, aún desconfiado.

-Por supuesto -Afirmó Germán.

-Vale... ¿A qué viniste?

-¡Oh cierto! Antes quiero disculparme por interrumpir su momento –Me sonrojé-. Vine a buscarlos para decirles que ya nos vamos, partimos en un par de minutos.

-Está bien, gracias –Germán se fue, Frank se volteó a mirarme.

-Tenemos que ir –Comencé a caminar pero él me volvió a poner contra el árbol.

-Creí no aún no lo diríamos.

-Lo siento, me había puesto nervioso -Expliqué.

-Dame un beso y te perdono –Me acerqué a sus labios y los junté con los míos, en un beso mucho menos fogoso que los de antes- Mm... no me convence.

Lo volví a besar de una manera más feroz, la cual pareció gustarle, nos abrazábamos en beso, él deslizaba sus manos por mi cuerpo desnudo y yo jugaba con su cabello, me separé de él sólo cuando me hizo falta el aire.

-¿Con eso tienes? -Pregunté cuando nos separamos.

-Sí -Sonrió-, ya vamos con los chicos.

Le sonreí de regreso y nos reunimos con los demás. Caminamos por mucho tiempo, tratando de encontrar alguna pista que nos ayude a salir de este mundo, no sabíamos qué hacer o por dónde empezar, simplemente caminábamos por los distintos tipos de biomas que nos ofrecía el juego. 

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