Capítulo 5

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Holaaa! Primero que nada, gracias por los votos y los comentarios. La verdad era que pensé que tardaríamos un poco más en cumplir nuestra meta, pero fue una grata sorpresa. Segundo, amé mucho los comentarios inspiradores que escribieron, son el impulso que motivan que en este momento sean las 12:03 de la noche en mi país (que conste que mañana tengo que ir al cole :P) y que recién haya terminado de correjir el capitulo. Siento no haber publicado antes, pero la verdad es que tube unos días muy ocupados (en el cole nos hacen hacer un informe de Frankenstein y tube que leer la novlea), pero será algo que pasará de vez en cuando. De todas formas, gracias por su paciencia y espero que desfruten del capitulo. Besooooooooooooooooooos :)

Capítulo 5

A la mañana siguiente Charly me despertó a tiempo. Me puse el uniforme y me calcé unas converse negras. Luego de hacerme la colita de caballo con mi pelo, miré a Char. Estábamos ambas frente al espejo de nuestra habitación peinándonos.

—Te queda bien —comentó luego de tomar el bolso y abrigarse. Se paró al lado de la puerta, impaciente. Como todas las mañanas que había pasado con mi mejor amiga, la ignoré y comencé a ponerme rímel. Ella bufó, pero no me apuré. Ya había vivido lo que pasa cuando alguien te atosiga mientras te maquillas: te manchas los parpados sin quererlo y luego, cuando quieres arreglarlo, terminas siendo algo así como un mapache.  Al terminar con las pestañas, pasé a los labios. Los coloreé con un rosa claro, discreto pero no tanto.

30 minutos después, Charlize y yo corríamos al edificio de ciencias. Íbamos retrasadas, y según Charly, por mi culpa. Siempre odié eso de que las personas no se hacen cargo de sus errores. Es decir, ella tenía el celular en la mano. Tranquilamente podría haber visto la hora y decirme que me apurara, no es que la hubiera ignorado mientras me probaba los posibles abrigos para usar ese día tan frio.

—¡Pero si te lo dije mil veces! —exclamaba marchando y tirándose de sus pelos despeinados. Parecía a punto de un ataque nervios—. ¡El profesor nos va a castigar!

Rodeé los ojos. Como si nunca hubiera llegado tarde a clase.

—Vamos Charly, no es como si nunca te hubiera castigado. —Porque la verdad era que ella tenía más castigos que yo.

—Lo sé Joyce, pero sabes cómo está mi familia este año. ¡Estafaron a mi padre! Nos quedamos cortos de dinero. Y ambos me dijeron específicamente que si les llegaba una sola advertencia por mi comportamiento, no dudarían en sacarme. —Parecía realmente apenada.

—Pf, todos los padres del mundo usan esa escusa y nunca sacaron a nadie de ningún colegio —dije solamente para tranquilizarme, porque conociendo al señor y la señora McDonald, serían capaces de hacer dicha atrocidad: sacar a mi mejor amiga de mi lado.

—¡Ay! Vamos a necesitar un buen pretexto. —Estaba a punto de llorar. Por mi culpa. Mi mejor amiga lloraría por mi culpa. ¿Qué clase de monstro fui al tardarme tanto en elegir un puto abrigo? Si me hubieran mandado al infierno por ello, yo no tenía escusa.

¿Soy la única a la que le pasa que cuando más necesitas de la inteligencia, es cuando más desconectada del cerebro estás? Porque en ese momento, luego de llevar a cabo la idea que pasó un microsegundo por mi cabeza, me arrepentí mucho de lo que hice.

Cuando Charlie escuchó el estruendo que hiso mi cuerpo contra el cemento, paró de golpe. Lo único que podía sentir en ese momento, era el dolor que atornillaba mi cabeza. Que idiota.

Sentí la mano de Char sacudir mi hombro, preocupada. Como yo tenía los ojos cerrados, le guiñé uno, para que sepa que no estaba mal.

—Pts. —Llamé su atención—. Tengo una idea. Pide ayuda. —Un alivio recorrió mi cuerpo cuando la comprensión se instaló en sus ojos y comenzó a gritar desesperadamente. Se puso en pie y empezó a girar. Falsas lágrimas recorrían sus mejillas. Creo que una de las mejores sensaciones del mundo es esa que sientes cuando algo que pensabas que terminaría siendo un desastre, es aprobado por una de las personas que más te importan en el mundo.

Todos contra todos: La batalla recién comienza - PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora