Desde que te conocí (Castiel y tu)

Conociendo a los padres de Castiel

Cuando volví a bajar del escenario dos personas se acercaron a mí corriendo. Era un hombre que parecía tener un poco más de cincuenta años, llevaba un bigote y el cabello blanco, a su lado había una mujer de cabello rojo y una especie de verruga en la punta de la nariz, ambos me miraban asustados.

-Sucrette ¿De verdad te encuentras bien?-

-Si...-

-Pequeña guerrera nos tenías preocupados-

-¿Papá?-

-Jaja a que te sorprendimos ¿no?, te dije que pasaríamos inadvertidos-

-¿Sucrette?-Rosa-¿Ellos son tus padres?-

-Oh... tú debes ser su amiga Rosalya-Dijo mi padre imitando la voz de un anciano-Mi hija nos ha hablado tanto de ti y Alexy, por cierto no me gustó mucho la ropa que le escogieron-

-Cariño, no digas esas cosas-

-No entiendo nada, ¿Sucrette no que tus padres eran otras personas?-

-Esto...-

-Rosalya, cierto que tú sabes nuestro secreto-Mi madre se acercó a ella, entonces Rosa la reconoció, lo supe porque sus ojos brillaron-Me encanta tu estilo y no tomes en cuenta el cometario de mi esposo, a mí me encanto la ropa que escogieron-

-Llevan tanto maquillaje, wow de verdad que se ven distintos-Dijo Sorprendida-

-Dime una cosa, el novio de Sucrette era el de cabello rojo ¿No?-

-Si, como lo supo-

-Bueno, tiene la personalidad que nos describió Sucrette-

-Si es un poco difícil de tratar, pero es un buen chico-

-Aun así tendré que ir a hablar con el-

-Oh... claro que no, no hace falta, de verdad es mejor que hablen otro día-

-Descula ¿Tu eres Sucrette no?-

-Eh... sí, soy yo-

-Ves te lo dije-Dijo la mujer de cabello rojo dándole un pequeño codazo al hombre que la acompañaba-Es tal cual como la describió Cassy-

-¿Cassy?-

-Lo siento, somos los padres de Castiel-Dijo la mujer abrazándome-Eres muy bonita-

-Eh... gracias-

-La verdad, no sabes cuánto nos alegra ver que no te pareces en nada a Debrah, además tienes carácter, nunca había visto a Castiel quedarse callado frente a nadie-

-¿A qué se refiere?-

-Los escuchamos mientras le regañabas en los vestidores, lo siento mi mujer puede ser un poco curiosa-

-Sí, fue casi sin querer, solo quería saber que había pasado-

-Así que son los padres de Castiel-Dijo mi padre olvidado su actuación de anciano-Mi nombre es Robert Griffin-

-¡Cariño!-Le recrimino mamá-

-Oh, lo siento, lo olvide-

-¿Robert?-El hombre de cabello negro miro a mi padre un poco confundido-

-O el piloto del avión en el que volvimos, Andriu ¿no?-

-Un gusto, así que esta es la pequeña Sucrette, valla coincidencia-

-¿Qué sucede aquí?-

-Cassy-Dijo la madre de Castiel abrazándolo- Estábamos conociendo a tus suegros-Castiel y yo nos miramos al mismo tiempo, ambos aparentemente sonrojados-

-Yo no diría suegro, no se han casado-Dijo mi padre-

-¿Así que estos son tus padres eh?-Miro a mis padres un poco desorientado-Creí que eran otras personas, por las fotografías que tienes en casa...-

-¿En casa?, Sucrette cuando este jovencito estuvo en nuestra casa-

-No.... No es lo que piensan-

-Él fue junto a nosotros a visitar a Sucrette cuando falto a clases-Dijo Rosalya intentando arreglar la situación-Así nos enteramos de quienes eran sus padres-

-¿Así que has faltado a clases?-

-Claro, ustedes se fueron de la noche a la mañana tuve que hacer compras para sobrevivir, por eso falte-

-¿Algo más que debamos saber?-

-Una vez se quedó en casa...-

Mire a Castiel de reojo, parecía realmente divertido con todo lo que estaba sucediendo. Mire a mis padres y negué con la cabeza.

-Nada más papá-

En ese momento la directora dio un anuncio, índico que los padres debían acercarse a su oficina para informarles respecto a nuestras notas y conductas. Solté un gran suspiro de alivio cuando al fin se fueron.

-Tu madre parece ser muy divertida, aunque creo que no le caigo bien a tu padre-

-No tendrías por qué hacerlo-

-Pensé que les habías contado sobre nosotros-

-Por lo visto tu tampoco le has contado mucho-

-Chicos yo los dejo-Dijo Rosalya alejándose-

-Bueno, no suelo hablar mucho sobre ese tipo de cosas-

-Aun así parece que les hablaste bastante de mí, me reconocieron a simple vista-

-Sí, estoy seguro de que eso te pone muy contenta ¿no?-Dijo acercando su rostro a mí-

-Pff, no te ilusiones-Dije desviando la mirada-Si no les conté lo sucedido es porque no quería que te odiaran, es todo-

-Y tú no quieres que lo hagan-

-Claro que no-

-Entonces significa que tampoco me odias-

-Claro que sí, te odio por ese estúpido espectáculo que hiciste en escena-

-Admite que te gusto, a qué tipo de chica no le gustaría que se pelearan por ella-

-Eres un imbécil-Di media vuelta, pero me detuvo-

-Lo siento, sé que no debí decir eso, porque tienes que enojarte tan fácilmente-

-Mira quién habla-Mire hacia delante y vi a Debrah apoyada en la puerta-Creo que te buscan-