El primer día había pasado, Daysi había estado a mi lado como una sombra, comenzaba a ser tan fastidioso que solo quería que me dejara respirar un poco, así que decidí que era tiempo de hacer que se alejara por las malas.
Desperté antes que Daysi aunque no antes que mi abuela que ya se hacía cargo de su huerta, me vestí para una excursión, botas estilo militar, pantalón negro térmico, cinturón con bolsillos a los lados como toda una Tom Raiden, playera de estilo militar térmica y pegada al cuerpo, junto con dos pequeños guantes de piel que dejaban los dedos al descubierto por si se me ocurría escalar.
Lista para irme pero recordé que había algo en el bolsillo de Daysi que tenía que leer, tome su pantalón que estaba tirado en la piso de madera y encontré la pequeña bolita de papel, lo desenvolví y leí.
"En caso de emergencia llama a Tania 5577190868"
Era la típica letra de Jared, tome el papel y lo guarde dentro del bolsillo de mi cinturón, para algo tenía que ayudarme Tania.
Salí de la casa para asegurarme que mi abuela supiera donde estaría, mi abuela se encontraba regando sus hortalizas.
-Estaré donde siempre-musite a su oído mientras le brindaba un pequeño beso en la mejilla.
Mi abuela asintió y dejo que me marchase.
Sabía que ella comprendería que necesitaba regresar al único lugar donde me encantaba estar, aunque llegar ahí era toda una aventura. Tenía que atravesar por un pequeño bosque en donde se encontraban troncos tirados por la mayoría del pastizal, después atravesaba suelos de arena movediza que se disfrazaban con el fango y al último un riachuelo que era bastante engañoso, si caías al agua esta era capaz de arrastraste hasta las rocas que eran bastante filosas y al fin llegabas al extenso bosque de árboles rozados como le solía llamar de pequeña. Eran arboles del amor, que tenía su pequeña flor color rosa, eran grandes y extensos formados alrededor de un pequeño círculo en donde había construido mi primera casa de los arboles porque todos me cuidaban a mi alrededor, mi casita era realmente anormal ya que no contaba con todos los muros más que con tres y el techo era un pequeño cono de pastizal seco con flores rosas. No había podido concluirla ya que mi madre me había negado ir a la casa de mi abuela desde que el riachuelo me guio hasta las piedras, solo me rompí el brazo derecho junto con un hoyo que me provoco en el estómago una piedra, tenía once años y una tormenta no ayudaba a ser coordinada.
Entre a mi pequeña casita, salió una ardilla asustada por mi presencia aunque las dos nos asustamos al mismo tiempo, aún estaban los juguetes que tenía a esa edad.
-Como me gustaría construir una casa aquí-dije en cuanto salí de la casita.
Comencé a caminar sobre la sombra de los arboles sin un rumbo en específico hasta que recordé que había sembrado unas fresas por el lado oeste y quise ver como habían quedado, camine hacia mi lado contrario para encontrar mis plantas sembradas aunque vi unas cuantas fresas tiradas en fila india, al parecer alguien había estado comiendo durante mi ausencia, pero lo que más me sorprendía es que mi abuela se había encargado de mantenerlas a salvo. Encontré las plantas después de un rato, estaban en perfectas condiciones aunque algún tipo de animal estaba comiéndolas sin mi autorización y este no estaba tan lejos de ahí, seguí el camino de fresas destrozadas y ahí estaba Tania.
-Me había preguntado cuanto tardarías en seguirme-mis ojos estaban como platos.
-¿Qué...?
-Aunque para serte sincera creí que primero me llamarías-me interrumpió.
-¿Qué haces tú aquí?-mencione atónita.
-¿Tu qué crees? Vine a cuidarte, Jared me llamo y me dijo lo que estaba pasando, me dio la ubicación de este bosque mientras ellos se encargaban de destrozar a Tom y Monserrat-menciono tan normal que creí por un momento que estaba delirando.
-¿Por qué Jared confiaría en ti?-esto me olía a trampa.
-Porque era su única alternativa niña, ahora no puedo ayudarlos porque créeme solo los destrozaría así que necesitaba mantener mi mente ocupada y que mejor que contigo "niña problemas"-menciono mientras destrozaba otra fresa, no las comía solo le enterraba sus dedos y las aplastaba.
-¿Cómo esta Jared?-mencione con tal desesperación que ya no podía ocultar.
-Están bien, han matado a Tom aunque Monserrat sigue viva y tiene a tu otro novio, al que estaba utilizando, que ahora lo utilizan como rehén-dijo y soltó una risotada -es genial que primero tú lo utilizaras para olvidar a Jared y ahora todos lo utilizan-menciono con tanta frialdad que hizo que diera un paso hacia atrás.
-¿Cómo estas en contacto con ellos? Sé que no puede ser con celulares ya que están en continuo movimiento y...
-Ya entendí, Jared y yo hicimos como un pacto con sangre para desarrollar un don nuevo, el cual trata de mantenernos en contacto a través de la mente. Créeme es mejor que el internet puedo ver, sentir, oler, lo mismo que el con tan solo concentrarme en el momento que está pasando- menciono con una sonrisa tan misteriosa, no era de alegría ni de burla solo era una sonrisa. -De hecho tú también podrías sentirlo-menciono como si tratara de hablar consigo misma -dicen que es posible pero nunca lo he intentado ¿Quieres hacerlo?-menciono con unos ojos tan grandes como si tratara de comerme viva.
Asentí.
Quería saber cómo estaba Jared y sabía que esa era la única forma.
-De acuerdo primero vamos a tu choza-menciono incorporándose en un brinco.
Nos dirigimos a mi casita, se puso muy cómoda en una esquina, tomo una pequeña vela que yacía en el piso y la prendió con sus dedos y una varita de árbol seca, la puso en medio y perforo con sus uñas su mano izquierda, su piel cristalina fue abriéndose poco a poco, donde se suponía que debía tener venas con sangre pero lo único que había era un hilo de color violeta.
-Dame tu mano-vacile -acabo de comer no te hare daño- menciono y le brinde mi mano como quien no quiere la cosa. Tomo mi mano y la abrió en la misma zona, comenzó a chisguetear sangre trate de no respirar ya que el olor de la sangre me provocaba nauseas, Tania comenzó a vaciar mi sangre en el hoyo que se había provocado, la sangre se absorbía rápidamente y una vez que estaba seco el hoyo se rasco aún más para sacar unos pequeños cristales que metió en mi herida hasta que la sello por completo, los cristales se absorbieron más lento en mi sangre, observe el rostro de Tania y estaba completamente desfigurado aunque trataba de reprimirse para así no convertirse.
-Vete, sube a un árbol y cuando esté lista te llamare-menciono con una voz espeluznante, le obedecí cada palabra, escale el primer árbol más alto que vi. Escuche como gritaba una y otra vez con tal de que no se convirtiera, al parecer era muy difícil, espere hasta el atardecer, Tania había dejado de gritar una hora atrás y la herida que tenía en la mano ahora solo era sangre coagulada.
Me acomode en una rama más gruesa que la anterior, repose mi cabeza en el respaldo del árbol y entrecerré los ojos, pensé en Jared y en todo lo que estaba pasando y peor aún, Cared seguro estaba muerto del miedo sin saber qué hacer.
Ellos dos, dando la vida por mí, mientras tanto yo disfrutando de un atardecer en un paraíso sin nada que pudiera hacerme daño a mí alrededor, claro a excepción de Tania.
Olisquee un poco, al parecer mi herida comenzaba a abrirse de nuevo ya que había un olor a sangre a mi alrededor, de pronto todo se oscureció, la noche había caído bastante rápido, abrí los ojos, ya no estaba en la rama, ni si quiera había un bosque a mi alrededor, ahora era una especie de cueva, escuche que gritaban mi nombre a lo lejos pero no quise seguir esa voz, solo me adentre aún más a la cueva.
Ahora no solo caminaba si no corría aún más rápido, parecía que cargaba algo aunque no podía observar bien por la oscuridad deposite lo que cargaba a un lado.
-Cared- pronunciaba la voz de Jared, estaba en sincronía con Jared ahora entendía, -Hey amigo despierta-musitaba mientras golpeaba su mejilla. -despierta no puedes morirte, April te necesita-No podía creerlo, Cared estaba muy mal y no podía ver su rostro no podía ver su estado de salud.
-April-susurro Cared.
-No te mueras Cared, necesito que salgas de aquí con tus propias fuerzas por favor-musitaba Jared, mientras golpeaba la mejilla de Cared para mantenerlo despierto.
Jared se puso frente a la salida de la cueva, esperando algo, esto solo tardo unos minutos cuando sentí un enorme estruendo en el estómago, después unas mordidas enormes por todo el cuello, sentía que estaba gritando aunque no escuchaba mis gritos, no podía hacer que se quitara esa vestía de mi cuerpo seguía mordiéndome el rostro y cuello, hasta que la avente ya no sabía si Jared estaba haciéndolo o solo era yo tratando de defenderme de mis pesadillas, de pronto comencé a ver con mayor claridad, la bestia se montó de nuevo en mi cuerpo pero esta vez tome su barbilla con una de mis manos mientras su enorme cuello lo apretujaba tan fuerte como podía, decidí enterrarle mis uñas para hacer más efectivo estrangularlo, el animal me sostuvo por mi cintura me elevo tan alto como pudo y volvió a dejarme caer contra el suelo rocoso, sentí un dolor punzante en mi espalda volví a gritar pero ahora si escuche mi voz, volví a sentir más mordidas buscando mi garganta, lo volví a tomar por el cuello hasta que sentí que mis dedos perforaron completamente y jale su piel tan duro que me quede con sus órganos entre mis dedos, pero no dejaba de moverse, decidí hacer lo mismo pero en donde se suponía que debía estar su corazón, incruste mis dedos en su pecho, el no dejaba de morderme hasta que jale lo que lo mantenía con vida eran mucho hilos entrelazados, se los quite de su pecho y la bestia callo frente a mí, avente su cuerpo con las fuerzas que me quedaban, me quede tumbada por unos minutos hasta que recordé que Cared estaba en peligro, gire mi cuerpo para incorporarme observe a mi alrededor y ahí estaba aun Cared, me dirigí hasta el, pero ya no pude acercarme más, sentí un fuerte golpe en mi espalda con tantas fuerzas que me derribo al instante.
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Mi Eternidad
VampirLa vida perfecta, con problemas pero nada que no pueda arreglar, siempre y cuando no regresé tu ex. Te quite la vida soñada y acabé con tu futuro deseado.