Portada diseñada por @Emilytucker
Gracias linda, por realizar las portadas de la trilogía Más allá de la muerte.
Al final logre lo que quería.
Mis sobrinos están a salvo, mis amigos también. Ya no corren el riesgo de que mi gemela Danny quiera pose...
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Nick
—¿Seguro no entrarás con nosotros? —Amaia insiste por quinta vez.
Tiene dos personas por delante de la fila para comprar entradas al cine, ni siquiera preste mucha atención a la película que eligieron. Sé que intentan distraerme, pero no logro dejar de preocuparme por mi hermana.
Nada está bien. Danny se burló de todos al apoderarse del cuerpo de su gemela. El pueblo fantasma que podría estar liderado por un demonio. Mi hermana siendo poseída...
—Daré una vuelta por el centro comercial y llamaré a Alexis —digo enfocándome en mi único pensamiento.
—¿Por qué no le dan un voto de confianza a Cristal? —pregunta en un tono bajo—. Ella podría manejarlo.
—Nada de eso. Ella nos ha estado mintiendo. Nos oculta algo, sea por la razón que sea, no podemos confiar en que pueda manejarlo —le explica Thomas.
—Mi hermana tiene un don que tiene que ser trabajado y controlado. Ella tiene que poner orden en su propio cuerpo y si no puede alguien tiene que asistirla, mi madre, la negra, cualquiera de nosotros dos. Dar acceso a cualquier... no es algo que se haga a la ligera —digo.
—Alexis está con ella ¿no podría ayudar?
—No, él no sabe cómo manejar la situación.
—Déjalo, no vendrá —interviene Thomas—. Además, sí se necesita tener un ojo sobre cada paso que da Cristal. Alexis está con ella, pero si algo pasa...
Él me conoce lo suficiente como para saber que no puedo estar tranquilo hasta encontrar una solución. Además, no quiero arruinarles la salida.
—Necesitan estar allí para ayudarla. Lo entendí —dice Amaia vencida.
—Los veo luego. Que se diviertan —me alejo antes de que ella pueda decir algo más.
Recorro los pasillos en busca de la salida más próxima, un lugar donde pueda estar solo, lejos de miradas indiscretas y oídos chismosos. Esquivo a las personas y entre ellos encuentro un rostro que no esperaba ver. Danna, o, mejor dicho, Danny viene entrando del brazo de su novio.
Fui un imbécil por no haberme dado cuenta. Ella mira a Robert con un amor enfermizo. Aunque pensándolo mejor, el imbécil es él por pensar que después de todo Danna pudiera quererlo.
Retrocedo hacia una vidriera decorada con maniquís y los sigo con la mirada. Ella voltea sobre su hombro, me encuentra.
Sí Danny sé que eres tú.
Sonríe, y tira un beso al aire antes de volver su atención a Robert.
Ella está muy cómoda en el cuerpo de su hermana, no lo abandonará por voluntad propia.
