Capítulo 24:
Encuentro con RodrigoDanna
Son pasadas las doce de la noche y la carretera de tierra parece no tener fin. No tengo idea de a dónde nos ha traído Miguel, pero tampoco he querido preguntar.
Sin darme cuenta, nos detenemos. Bajo el vidrio y observo la casa vieja y rodeada de una intensa soledad.
—Hemos llegado —anuncia Miguel antes de salir.
Se mueve con familiaridad hasta la entrada de la casa. Alexis y yo dejamos el auto, nos dedicamos a buscar alguna otra casa entre tanta oscuridad, pero estoy segura de que es la única a la vista.
La puerta se abre y solo alcanzo a ver la sombra de un hombre encorvado.
Alexis va hasta el maletero y saca nuestras cosas.
Me siento un poco insegura en este lugar, es tan alejado y solitario... estoy acostumbrada a estar rodeada de gente, ruidos, de una ciudad que nunca duerme y este lugar es tan excesivamente silencioso.
—Vamos entra —anuncia Miguel ayudando a Alexis.
Respiro ese aire puro de naturaleza, me relajo un poco. Los sigo al interior de la casa. Es una de esas viviendas viejas, de dos habitaciones y un baño con una pequeña sala, un techo de zinc y el piso de cemento en un color verdoso.
Un juego de muebles de mimbre decora el pequeño espacio, un televisor pequeño y con una protuberancia detrás sobre una consola de madera, también algunos adornos de decoración. Algunas fotografías colgadas de la pared... cortinas floreadas impiden la visión a las habitaciones.
La sombra del hombre encorvado es de carne y hueso, un señor de avanzada edad con ojos risueños y una sonrisa encantadora. Su piel morena arrugada por el paso de los años.
—Qué bueno tenerte en casa de nuevo, mijo —dice alegremente el señor. Dando fuertes palmadas en la espalda de Miguel.
—Si viejo, también es bueno verte —le devuelve los golpes—. Necesitamos descansar, han sido muchas horas de viaje.
—Claro, mijo. Acomódense en ese cuarto y mañana hablamos con más calma —nos invita a entrar a la primera habitación.
El cuarto se ve reducido, una cama matrimonial y una cama individual atravesada en el poco espacio que queda a los pies de la cama matrimonial. El señor desaparece de la habitación.
Me instalo en la cama pequeña, alzo el mosquitero y observo dentro como si fuera un mundo completamente diferente al de afuera.
—Si lo mantienes así los zancudos entraran y te fastidiara toda la noche —explica Miguel con cansancio.
Alexis deja nuestras cosas en el poco espacio libre que queda del cuarto, es decir el suelo, levanta el mosquitero y entra dejándolo caer con rapidez.
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Alma Maldita (Trilogía- Más Allá de la Muerte 2)
ParanormalPortada diseñada por @Emilytucker Gracias linda, por realizar las portadas de la trilogía Más allá de la muerte. Al final logre lo que quería. Mis sobrinos están a salvo, mis amigos también. Ya no corren el riesgo de que mi gemela Danny quiera pose...