Capítulo 46

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El día en que la conocí estaba teñido de gris. Sus manos eran cubiertas por la sangre de sus víctimas, en cambio la ropa que traía no tenía ni un rastro de aquel crimen cometido.

Cuando se volteó y me miró a los ojos, pude sentir toda la maldad que emanaba de ella. Su sonrisa hacia mí, me daba a entender que sabía lo que yo era y no me temía, incluso parecía curiosa.

– ¡Lindo pajarito! –río– ¿Intentarás matarme? –preguntó burlonamente– Puedo ver esas intenciones en tus ojos, pero tú ni mi hermanito podrán detenerme –dio un paso hacia delante acercándose a mí– Se siente bien regresar. ¿Y tú pajarito?–me observó de arriba a abajo sonriendo– ¿Se siente bien ser medio humano?

Ahora solo estaba confirmando que ella sabía todo sobre mí con solo ver mis ojos, mi pasado, las personas que conosco, y mis mayores miedos.

– Lástima que Madelein ya no es la misma, ¿aún así tu amor por ella persistirá? –fruncí el ceño– No lo creo –comenzó a rodearme.

– ¿La conoces? –pregunté sin bajar la guardia.

– Es... un poco complicado –sonrió ante mi expresión de enojo– Tranquilo, ella está bien.

– ¿Acaso te lo pregunté? –lo único que podía hacer era entretenerla hasta que Sebastian venga.

– Pero sientes curiosidad ¿no? –con pasos firmes se acercó más a mí– Desde que ella te rescató la empezaste a querer, ¿qué pasaría si a Madelein... ya le gustara alguien?

– No creo que te importe lo que yo haga.

Al escuchar mis palabras, mostró una enorme sonrisa.

– ¡Correcto! –exclamó como si de un logro se tratara– Esperaba menos de ti –empezó a reír, parecía completamente loca pero no lo era, sabía que estaba estudiando cada uno de mis movimientos y que en cualquier momento me atacaría.

– A ti nunca te importaron los de tu alrededor, solo los ves como objetos –dije observándola atentamente.

– ¿Por qué dices eso? –me miró inocentemente– Me vas a hacer llorar... –bajó la cabeza– ...de risa –volvió a reír.

Ella es realmente insoportable. Aunque tampoco quiero llegar a molestarla, me podría matar en cualquier momento.

– Sabes que puedo escuchar todo lo que piensas, ¿verdad? –sonrió juguetonamente– Y sí, te podría matar ahora... pero no quiero –la miré extrañado– Seguro te preguntas el por qué de esto, pero ni yo no lo sé –observó el cielo mientras pensaba con una sonrisa en su rostro– Quizás te quiero como mi juguete... –me miró fijamente– Aunque prefiero no pensar en eso ahora.

¿A qué se refería con juguete?
Yo también prefiero no pensar en eso.

– Bueno, mi hermano ya está llegando –dijo seriamente– Lo estabas esperando, ¿no? –me miró fríamente– Si no lograran cumplir su objetivo... no sería divertido –mostró una sonrisa leve– Ya me tengo que ir... –cayó de rodillas al suelo, parecía agotada. Me acerqué a ella con pasos lentos, ¿qué era lo que le pasaba?– Lucy aparecerá pronto... ella... es demasiado estúpida –apoyó sus manos en el suelo, bajo la cabeza y empezó a toser, su respiración era acelerada– ¡Mierda! odio tener que irme así.

– ¿Qué te pasa? –pregunté arrodillandome cerca de ella y tocando su hombro.

– ¿Te estás preocupando por mí, lindo pajarito? –fruncí el ceño al escuchar ese apodo, ella sonrió forzadamente y volvió a toser– Dile a mi hermano que... apareceré cuando él menos se lo espere –habló entrecortadamente.

La vida de Lucy [Creepypastas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora