Luna tendrá que enfrentar varios sucesos al volver a ver nuevamente a los chicos, ahora ella tendrá que vivir en la mansión Sakamaki. Llegará como todas las novias de sacrificio: solas, indefensas, confundidas. Ellos no la reconocerán, por lo que la...
Fui abriendo los ojos lentamente, aunque estaba tan más plácidamente dormida. Al momento de abrirlos me llevé la sorpresa de que un rubio de ojos zafiros estaba alado de mí, plácidamente dormido. Parecía un ángel así, era tan hermoso. Y pensar que de ángel no tiene nada.
—¿Cuánto tiempo más vas a estar observándome en silencio? — me dijo Shu aún con los ojos cerrados. ¿Cómo supo que lo miraba?
—¿Desde cuándo llevas despierto? —pregunté un poco asustada y avergonzada de que me descubriera observándolo.
—Mi pregunta primero —me dijo—. Te veías muy complacida observándome —dio una pequeña sonrisa, aunque aún con los ojos cerrados.
—No creo que tenga algo malo observarte —dije algo descarada—. Ahora respóndeme tú a mí mi pregunta.
—Siempre estoy despierto, tal vez parezca dormido, pero nunca duermo. Tengo que estar al pendiente de todo —dijo.
—Pero, ¿sí llegas ha descansar en algún momento?
—Claro. Hay un momento en el que duermo, hay algo que hago cuando estoy dormido, pero nunca nadie se ha dado cuenta de eso.
En ese momento, comencé a recordar todas las veces que había visto dormido a Shu, o bueno acostado en algún lugar. Quería encontrar esa característica que dice hacer cuando duerme.
POV_____SHU
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—Pero, ¿sí llegas ha descansar en algún momento?
—Claro. Hay un momento en el que duermo, hay algo que hago cuando estoy dormido, pero nunca nadie se ha dado cuenta de eso.
Misaki en ese momento se quedó callada, ya no dijo más durante un buen rato. Sólo se quedó mirando un punto fijo y haciendo caras raras, creo que si no la conociera ya tan sólo un poco, pensaría que esta mas loca que nada.
Después de un buen rato fue cuando dio un gran grito, y habló:
—¡Ya sé qué es lo que haces cuando duermes! —dijo emocionada. Aunque sé que no lo adivinará, sólo alguien lo adivinó una vez, Yuma, pero de ahí en fuera, nunca nadie lo ha hecho.
—No lo creo. Nunca nadie lo ha adivinado, ¿qué te hace pensar que tú sí?
—No me subestimes, Sakamaki —me dijo entre cerrando los ojos.
—Está bien, dime según tú lo que hago —le dije ya resignado.
—Cuando estás dormido de verdad, tú respiras por la boca, o sea siempre la mantienes abierta. Pero cuando estás sólo con los ojos cerrados, tú respiras por la nariz. Eso es lo que he notado que haces —me dijo.
