Capítulo 54: queen

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Más vale ser ciego de ojos que de corazón...



...


«¡No definitivamente no lo haremos!»

—¡Por favor, amigos! —suplica.

«¡Es una locura lo que intentas hacer!»

—Ni siquiera les he dicho lo que haré, solo hice una pregunta.

«Pero contigo nada se sabe, ya nos dimos una idea de la locura que tramas, princesa»

—No es una locura, es la única forma de pagarle al destino lo que le debo —explica segura, los árboles y los animales saben que no es Luna quien les habla, sino su princesa. Esa voz de mandato y amabilidad era la de una futura reina.

«Solo hay un ser en el mundo que ha hecho eso, ¿qué te hace pensar que tú podrás sin hacerte daño?»

—Sí, Dios es el único que lo ha hecho, pero sé que yo podría hacerlo si lo intentara.

«¿Todos lo libros que estuviste escuchando en estos días son sobre eso?»

—Sin embargo no obtuve respuestas, nadie lo ha hecho jamás, así que no hay manera de saber cómo hacerlo. Tendré que confiar en mi instinto —expone, rascándose ligeramente la nuca.

«¡Peor aún! Parece ser que tú eres la única que nunca se da cuenta de la magnitud del problema, princesa»

«Por algo tus príncipes no pueden dejarte sola ni un segundo, se crean ideas raras en tu cabeza»

Luna se enfurruña cuando escucha los cientos de risas de los árboles, siempre, siempre esos viejos terminaban riéndose de ella.

—¡Solo díganme dónde están sus cuerpos! —grita, todo se vuelve silencio.

«Nosotros no podemos traértelos, están en lugares que no pertenecen a la tierra y nuestras raíces no llegan hasta ahí»

—Puedo traerlos con un conjuro, solo necesito que me digan dónde están.

«¿Segura que vas a estar bien?»

Luna suspira, comprendía que ella era un imán de problemas y que por eso la gente se preocupaba por ella, pero esta vez era diferente. Su plática con Dios le había dado seguridad y le había dado valor para probar cosas nuevas y poco a poco convertirse realmente en el ser más poderoso del mundo.

—¡Princesa! —escucha el llamado de sus lobos. Siente las ramas del árbol sobre el que está para ver a través de él, no, aún no amanece aún no sale el sol. ¿Por qué sus gatitos ya estaban despiertos?

—¿No es muy temprano para que estén despiertos, gatitos? —pregunta cuando ya ha caído en el suelo frente a ellos, son unos quince, la gran mayoría niñas y de las júniors.

—Tu tío el ceñudo está viniendo hacia aquí —responde una de las niñas más pequeñas, que semeja 10 años. Una de las grandes, de 12, la regaña bajito por referirse así de Richter.

—Su olor es muy fuerte, por eso lo olimos hace rato —explica ahora el único niño que viene con ellas, igual de pequeño.

Luna acaricia sus tiernas orejitas de su cabeza, siente que le gusta y de inmediato las niñas se aproximan para que también empiece a darles mimos. Los júniors aún no aprendían a esconder sus orejas y su cola, por lo que aún en su forma lobuna tenían los sentidos más alerta y definidos que cualquiera en la casa. Por eso ellos eran los únicos que habían percibido a su tío.

"Beast" ||Diabolik Lovers||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora