Luna tendrá que enfrentar varios sucesos al volver a ver nuevamente a los chicos, ahora ella tendrá que vivir en la mansión Sakamaki. Llegará como todas las novias de sacrificio: solas, indefensas, confundidas. Ellos no la reconocerán, por lo que la...
«Cuando escriba tu nombre en la arena blanca con fondo azul, cuando mire el cielo en la forma cruel de una nube gris y parezcas tú, sabrás que no te he olvidado. Yo te llevo dentro, hasta la raíz y por más que crezca vas a estar aquí. Aunque yo me oculte tras la montaña y encuentre un campo lleno de caña no habrá manera, mi rayo de luna, que tú te vayas...»
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Narrador
—Arruinaste el momento, viejo —murmura Ayato, sentándose al último luego de sus hermanos y primos en el sofá de la sala.
—¡Sí, le acabábamos de declarar nuestro amor, ella estaba por decir algo! —añade Kou.
—¿Cómo están tan seguros? A lo mejor y los mandaba a volar —Richter sonríe zancarrón, mientras peina su cabello hacia atrás nuevamente, la lluvia lo había desordenado.
Todos hacen cara de sorpresa, por alguna razón creen la mentira de su tío, mientras él se sorprende de que le han creído, pero le divierte su expresión.
—¡No sean estúpidos! —dice el mismo Richter después de unos segundos—, cuando llegué Luna lloraba, si lloraba es porque le gustaron sus palabras.
—¿Tú sabías que Misaki es Luna? —Reiji enarca una ceja, Richter les sonríe.
—¡Por supuesto! Ella es mi sobrina también, ¿recuerdan? No soy tan bruto como otros —hace énfasis en «otros» y ellos gruñen.
—Por un momento olvidé el incesto —murmura Subaru—. Por un demonio, estamos enamorados de nuestra prima.
—Díganlo por ustedes y los principitos, en nosotros no cuenta —dice Ruki a los Sakamaki y Tsukinami.
—Política y socialmente hablando, sí —añade Richter. Yuma le gruñe en respuesta.
—No lo entiendo, cuando Luna estuvo con nosotros la mordí e inmediato enlacé su sangre a la de Luna. Cuando le conté a mi padre él me dijo que estaba loco, que Luna estaba en México e incluso me aseguró que su pasaporte estaba vencido —dice Carla.
—Si mi hermano te hubiera dicho la verdad, no habría tenido sentido todo el sacrificio de Luna —responde Richter.
—¿Por qué hizo todo esto?
—¿Por qué hacerse pasar por alguien más?
—¿Por qué regresar a nosotros?
—Son preguntas que tendrán que hacerle a Luna, nadie más que ella podrá responder sus dudas —Richter les sonríe, pero luego su sonrisa se borra—. Sobrinos, les contaré algo y espero lo tomen con la mayor madurez que puedan, en especial los tres tarados, sí, hablo de ustedes Raito, Ayato y Kou.
