Alejandro
Estoy harto.
Ella está a unas cuantas habitaciones y yo no me atrevo a acercarme y decirle que me siento totalmente atraído por ella.
Tampoco es que no lo sepa, quiero decir, creo que he sido más que obvio.
He actuado como un imbécil estos días, no le he hablado ni le respondo cuando pregunta si hemos entendido lo que debemos hacer, es solo que cuando vi como el maldito del dictador la abrazaba y cómo ella sonreía, unos celos infernales se apoderaron de mí.
Está bien, es cierto que las hormonas me hacen desearla como un adicto desea drogas, pero mi corazón la desea como un soldado desea volver a su hogar mientras está en la guerra.
Sé que esto es tonto, ella es mayor y estaría arriesgando su carrera y su libertad. Pero o no le molesta lo que siento por ella o está realmente asustada. Si quisiera, me hubiera podido acusar con el dictador por besarla. Tal vez no por tocarla aquella otra vez, eso sería mal visto para ella por haberlo callado tanto tiempo, pero por un beso claro que podría haberme delatado.
Ned lleva una hora dormido, apenas regresamos se quedó dormido, no, ni siquiera dormido, quedó como en coma.
Luego de pensarlo un poco más, decido que debo hablar con la señorita Blake.
Salgo en silencio de la cama y me pongo los zapatos. Cuando llevo la mitad del camino recorrido me pregunto si debí haberme puesto algo en el torso, hace un poco de frío.
Cuando llego a su habitación estoy seguro que nadie está despierto. Puse atención en todas las habitaciones y no había nada de ruido.
Cuando estaba a punto de tocar la puerta, me doy cuenta que está un poco abierta.
La empujo un poco pero me detengo en cuanto escucho algo parecido a un jadeo. Espero un poco pero no vuelvo a escuchar nada. Empujo un poco más la puerta, solo lo suficiente para poder ver un poco en el interior.
Hubiera deseado nunca decidirme por hablar con ella.
–Te dije que debías ser silenciosa.
La ira corre por mi sangre.
El dictador se está follando a la señorita Blake.
No puedo creerlo.
Tiene sus dedos en su boca para que no haga ruido y ella los lame como poseída por el placer.
El maldito se la está follando y ella parece disfrutarlo en serio.
Estoy furioso.
Conmigo por decidir hablar con ella. Eso me trajo a este momento en el que veo como se la follan.
Con ella por follar con el dictador.
Con el maldito del dictador por follársela como a una zorra. Veo su rostro de placer y cómo no le interesa si le hace daño o si lo está disfrutando, aunque parece que sí lo hace. A la señorita Blake se la debe tocar con amor, con delicadeza, no hay que follársela como a cualquier zorra. A ella hay que hacerle el amor.
Estoy muy molesto y lo peor es que no puedo hacer nada.
Ella es libre de hacer lo que quiera y con quien quiera.
Eso lo sabía.
Pero no puedo creer que sea con el dictador, ¡él es un maldito!
No quiero que termine haciéndole daño, ella merece algo mejor que eso.
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Un estudiante peligroso
RandomSi enamorarse es peligroso, lo es más cuando tu carrera y tu futuro están en juego. No está bien todo lo que hacemos ¿está bien todo lo que sentimos? No sé qué pensar al respecto. No puedo verlo como algo más, es mi alumno. Es peligroso. Es ilegal...