Maldito campamento de mierda.
El campamento terminó hacer cuatro días, y al parecer no puedo soportar una salida de nada pues termino en cama, enferma.
Estoy harta de estar en cama.
Al menos la fiebre me ha bajado, pero no puedo volver al instituto aún.
Tengo licencia médica hasta el jueves, pero en el instituto me dijeron que sería mejor que no regresara a dar clases hasta el lunes, por cualquier inconveniente que pueda surgir.
Al parecer consiguieron un sustituto para mí ésta semana.
Es una mierda estar enferma.
Pasan de las cuatro de la tarde. Las clases terminaron hace dos horas y ahora realmente extraño dar clases, solo he faltado dos días al trabajo, pero llevo cuatro enferma y quiero asesinar a alguien.
Deseo salir de este maldito lugar de encierro.
Salgo de la cama a servirme un poco de agua para tomarme los medicamentos.
Son un asco.
Estoy tan aburrida de estar en la cama que decido darme un baño para refrescarme un poco.
Mientras me envuelvo con una toalla seca y limpia el cuerpo, escucho la puerta, al parecer alguien toca. Seguro es mamá que se preocupó cuando le dije que estaba enferma.
Me acerco de lo más tranquila a la puerta y la abro sin siquiera mirar de quién se trata.
Mierda.
Jodida mierda.
–Hola.
–Hola... ¿Qué haces aquí?
–Escuché que estas enferma y quería venir a ver si podía hacer algo por ti.
–¿Cómo sabes dónde vivo?
–Tuve que mover algunas influencias para que me dejaran sacar la información del archivo.
–Eso es ilegal, lo sabes ¿no?
–Mira, solo necesitaba venir a hablar, a ver cómo estás y a disculparme, sé que fui un maldito y la manera en que me comporté no fue la mejor. Lo lamento.
–Mike, eso ya no importa, fue un maldito error lo que hicimos.
–No, no fue un error. Tú lo querías igual que yo.
–Quererlo no evita que sea un error. No estuvo bien, pudieron vernos y acusarnos. No tendríamos empleo y eso sería fatal.
–Eres fatalista.
–Soy realista, Mike, y créeme que no quiero quedarme en paro por una estupidez.
–Mira, Mía, tal vez no fue la mejor manera ni el lugar adecuado, pero lo hicimos y es algo que no podemos negar.
–No estoy negando que pasó, solo digo que es algo que no se volverá a repetir.
–¿Por qué? ¿Te da miedo el placer?
–Eres un maldito narcisista y ególatra. No le temo al placer, ni a mi cuerpo, ni al sexo, ni a nada relacionado. No me gustó la forma en que me trataste. ¡Coño! Hasta te saqué de mi habitación, esa debió ser una señal para notar que la cagaste. Ahora, por favor, vete de mi casa y olvida que tuvimos sexo.
–Esas cosas no se olvidan tan fácil, no creas que no recuerdo tus gemidos.
–Eres un maldito. ¡Vete de mi casa!
–De acuerdo, me voy, pero cuando necesites placer real, sabes dónde encontrarme.
Hasta que salió de mi casa me di cuenta que seguía en toalla y ahora necesitaba otro baño, uno de agua fría para eliminar toda la furia que sentía.
Cuando me hube vestido con unas bragas limpias y una camiseta de algodón limpia que me llegaba hasta las rodillas, fui a la cocina dispuesta a comer algo más que sopa de pollo. Estaba harta de eso y mi estómago exigía comida real. Mientras preparaba un poco de pasta con salsa y sacaba mi nuevo gran suministro de pastillas para la fiebre y la gripa, sonó el timbre de la puerta y estuve a punto de gritar que se largaran, si era Mike, definitivamente no deseaba abrir.
Pensé que se habían ido, pero el timbre volvió a sonar.
Mierda.
Odio que me fastidien.
Me acerco a la puerta dudosa de abrir en caso que sea Mike.
Cierro los ojos, respiro profundo, exhalo el aire y finalmente abro la puerta al mismo tiempo que abro los ojos.
Verlo ahí parado, en el corredor afuera de mi departamento, hace que algo en mi interior se agite. No sé exactamente qué, pero definitivamente algo en mí se alegra de verlo.
–Hola señorita Blake.
–Hola, Alejandro.
***
HOLA A TODOS! sé que seguramente me odian por no haber escrito en mucho tiempo, pero ahora seré otra vez regular con los capítulos, además esperen uno más para más tarde o para mañana, esta semana intentaré escribir al menos tres capítulos más y tres para la otra, tratar de cubrir la falta de capítulos de las semanas que no estuve subiendo.
Espero les guste el capítulo.
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Un estudiante peligroso
RandomSi enamorarse es peligroso, lo es más cuando tu carrera y tu futuro están en juego. No está bien todo lo que hacemos ¿está bien todo lo que sentimos? No sé qué pensar al respecto. No puedo verlo como algo más, es mi alumno. Es peligroso. Es ilegal...