Capítulo 15: La Llegada De Una Nueva Pesadilla

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—    ¡¡¡¡Ustedes no me van a sacar ni me van a sustraer las fotos, no no no no, ¿me escucharon?, ¡¡¡Ustedes si me la quieren sisar antes, pero se los aseguro bien, antes ustedes, me van a tener que matarme a mí!!!!, para poder llevárselas- Se replicó consigo misma hacia sus interiores de su cuerpo, mientras que la joven y ex novicia de aquella casa del todopoderoso, se dirijía corriendo lo más ferozmente que podía, hacia la morada de su antigua compañera de milagros.

Mientras Tanto, en el hogar de nuestro salvador.

— ¡¡A ver!!! ¡¡¡A ver!!!! hagan silencio y escúchenme por un minuto señoritas- Pidió con un tono de voz de firme, mientras que El mosén Mauricio, suplicaba haciendo con sus ambas manos, unas fuertes palmadas, como para intentar hacer callar aquellas risas y aquel bullicio, que hacían sus jóvenes novicias.

En Esos precisos Minutos, en los cuales, las voces de cada una de las jóvenes señoritas se iban acallando, a medida hasta que la última voz de algunas de Ellas, se callara y aguardaran hasta las veintitrés y treinta cinco de la noche,  para poder seguir conversando, para poder así, dar por iniciado aquel sermón que iba a dar el Párroco señor Mauricio.

― ¡Bien!, supongo que todas ustedes saben que hoy, va a llegar a este nuevo convento, una nueva compañera suya, y yo quiero en especialmente, de que todas ustedes, en especial usted señorita Luana Juorofreg, que es especialista en preguntar y en saber cada vida y cada milagro de aquella persona, de lo que le ha pasado, de lo que ha vivido, de lo que ha sufrido, entre  tantas otras cuestiones ¿Estamos? ―

― sisi Padre, lo entendí- Replicó Luana con un tono de voz casi arrepentida, mientras que la joven y futura monja agachaba su cabeza hacia el suelo, como si Ella estuviera avergonzada por hacer esas preguntas innecesarias.

La mirada gozadora de depravación que tenía el clérigo Mauricio y la sonrisa de perniciosidad que tenía desde un extremo hacia el otro lado del morro, hacia que las jóvenes damas, quienes estaban en la habitación, se quedaran petrificadas, inmóviles y casi sin decir ni una sola dicción de sus bocas, enfrente de su eclesiásticos y a su vez de su supervisor de aposentos.

- Bueno, ¡¡Muy bien!! Muy bien, así me gustan como están ustedes, calladas, obedientes y respetuosas hacia la persona que hasta en el momento, hasta en el día de hoy, tiene el poder de decidir junto con la madre superiora, si puedo expulsarlas o no por algún comentario, por algún hecho, por algún vocabulario o por alguna acción indebida, que tanto yo como la madre suprema, tengamos que tomar cartas en el asunto o mejor dicho de este modo, que siempre lo sabemos decir en este propileo, tomar a los toros por las asta, pero, volviendo a la conversación que tuvimos, como les estaba informando a ustedes, quiero que todas ustedes, le den una muy buena bienvenida a su nueva compañera, ¿Puede ser?- 

A Los Pocos Minutos Después, Luego de que el párroco terminara de hablar......

― ¡¡Ay!!, ojalá que finalicé pronto esta mini homilía, porque si no, mis ojos automáticamente comienzan a cerrar y una vez que se cierran, tanto mis compañeras de esperanzas como los fantasmas de mis antiguos familiares, no me van a poder desadormecerme-

― Iri….. Iri…. Será mejor de que vos te callaras la boca, porque De lo Contrario, me parece que nuestro abate, nos va a cortar la cabeza, nos va a sepultar, nos va a……..

Antes de que la la joven dama novicia, pudiera continuar diciendo el resto de su oración, En Esos Precisos Minutos, cuando Irina la interrumpe a Ella, para poder así que la joven dama le pudiera poner su mano derecha hacia la boca de una de sus mejores amigas, para poder hacerla callar, por un par de horas.

― Disculpe Padre, lo que pasa es que la joven señorita novicia Mónica, es muy extrovertida, p…… p……. p…… pero yo le prometo y yo asumo con toda la responsabilidad, de que este acontecimiento no se va a volver a repetir, se lo aseguro señor―

Sin Embargo, En Esos Precisos Segundos en los cuales, tanto la mirada de soliviantada como la mirada y los ojos de desazonada, hacían que aquella mirada de vacilada que tenía dudara por unos pocos instantes.

― ¡¡Ay Díos mío!!! , pero B…. b……. .…… bueno, confío en su palabra señorita Montizervioldrik y Además, por ser tan solamente hoy, les dejo pasar esta mini charlita de ustedes, para la próxima vez que yo las vea a ustedes dos conversando sin parar de hablar como dos loros, tanto yo como la madre superiora, vamos a tomar las decisiones fínales que sean necesarias para aplicarles tanto a ustedes dos como al resto de sus compañeras ¿De Acuerdo? ¿Me escucharon o hace falta que yo se los grabe en un casete?

―¡¡¡¡Hola!!!! ¡¡¡¡Hola!!!!!!!, Bienvenida al hogar, bienvenida a la casa de nuestro superior, Soy Viviana, tú nueva compañera de cuarto― Replicó estrechándole su mano derecha y  a su vez mirándola a los ojos con una grávil sonrisa, hacia su nueva compañera de alcoba, hacia aquella nueva compañera suya, gigantestca, sus ojos eran negros como la noche, su piel era más pálida que una hoja de papel de impresora y su contextura física, era un poco rellena.

 En Esos Precisos Segundos, en los cuales la mirada de adusta que poseía la nueva compañera, volteando su cabeza lentamente, para poder ver aquellas paredes empapeladas fucsias con una amalgama de rojos y dorados variados, que tenía toda aquella cámara.

― Brauziel Myrozio y vos no me interrumpás, mientras que yo estoy chequeando cada rincón de este lugar―

 ― ¡¡¡¡¡A Ver!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡A Ver todas ustedes!!!!! escúchenme muy bien porque yo misma, no pienso volvérselo a repetir a cada una de ustedes,  primero, yo no quiero, que me toquen ni mis cosas, ni mi celular, ni siquiera mucho menos la cama en la cual voy a dormir, segundo, yo personalmente, odio que todos o la mayoría de las personas que conocí, hablen a mis espaldas, sin siquiera decirme cara a cara, lo que ustedes tenga que decirme si es que, "están a mi altura de enfrentarse conmigo" ¿Estamos?, tercero, cuando yo ingrese a esta habitación, quiero que todas ustedes se callen, para que yo pueda dormir y para que Al día siguiente, yo pueda levantarme con todas las baterías cargadas y así poder comenzar a trabajar acá y lo último que les quiero pedir, es que, ni me molesten ni mucho menos, ni hablarme cuando estoy realizando mis quehaceres de nueva novicia, ya sea en el granero, en el gallinero, en la huerta o en las otras áreas, ¿Estamos de acuerdo? ¿Me escucharon todas o hace falta que yo misma con mi puño y con mi letra, se los anote a cada una de mis condiciones laborales?― Enunció cada uno de sus precepto s, co n un tono de voz de severa.

― ¿y está chica quién se cree para darnos esos requisitos hacia nosotras? ¿Una diva de televisión, una actriz muy importantísima de los medios de comunicación? ¿Eh?―

La mirada de enfurecida y a su vez de encolerizada de Viviana, le hacia casi sacar de las casillas de aquella nueva señorita.

 ―  No sé, P…… p……. p……. pero ¿Quién nos habrá enviado a esta sargentona, para venir a arruinarnos a cada una de nosotras la vida?, pero si fueron de nuevo, de esos intercambios de novicias por un tiempo, creo que yo, no la voy a tolerar ni un solo día más con Ella, Además ¿ustedes escucharon, de cómo se dirigió Brauziel hacia nosotras, como si fuera una especie de mandamás?, ¡¡¡¡¡¡Uy!!!! ¡¡¡¡¡¡Uyyyyy!!!!, si a esa señorita, me la llego a encontrar, ya sea en los corredores, en la cigarral, en los patios de almuerzos y de meriendas que tenemos cada una de nosotras o acá adentro, les cauciono a todas ustedes, de que le saco esa vestimenta de sargento que habrá traído en sus valijas, se las tiro en la ventana en medio de una pdoderosa tormenta y ahí si, yo la quiero ver enfurecida como un toro―

― Lu..... Lu...... Lu....... Luana, me parece que tú problemita, está atrás tuyo, escuchándote todo de lo que vos decís―

― ¡¡¡¡¡A Vos te querría agarrar!!!, ¿Así que sos vos la que hablás mal a mis espaldas? ¿Que les dije a cada una de ustedes de mis reglas? ¿Eh? ¿Qué les dije, a ver si vos con esa poca memoria que seguro debés tener, te acordás?

― Primero, bajá la velocidad de tu autómovil nenita, porque vos estás en la casa de nuestro señor y Segundo, vos no sos ni la madre superiora ni el Padre Mauricio para que ada vez más, vos elevés tu tono de voz de diva-.

Secretos De Una MonjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora